Esto es el rámbulante desde NPR, sodaniel Alarcón.

Esta historia comienza mediados de los 80 en Bacabal,

una ciudad al noreste de Brasil, en el estado de Marañao,

el más pobre del país.

Hay vivía pureza López Loyola,

tenía cerca de 40 años y cinco hijos que mantener.

Había dejado su esposo unos años atrás,

cuando sus hijos todavía eran pequeños.

Hasta ese momento, pureza había trabajado en varias cosas,

como jornal leer en el campo, limpiando casas y escuelas,

y en esos años se dedicaba a hacer ladrillos.

En Bacabal, la producción estaba en auge,

y no eran pocos los que vivían de hacerlos.

Empezó a aprender a hacer ladrillos,

mirando a los vecinos que también dependían del barro

para sobrevivir, y al mismo tiempo les enseñaba

cada paso a sus hijos.

Era un trabajo pesado,

con palos afilados, pureza habría huecos en el suelo

para sacar arsía.

La mezclaba con agua y barro,

y comenzaba a pisar fuerte con los pies.

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