Ase un par de días se cumplieron siete años de la muerte de mi padre.

Y hoy una vez más amenéci pensando en él.

Soñé con él y pensé que podría llamarle, pero ya no está aquí.

Solamente quería escucharle, sentirle o que me visitar en mis sueños y me dijera cómo le está lleno del cielo.

Lo lo he misodillas para hablarle, pero obviamente no me contestó, que si me contestó fue mi padre celestial.

Una certeza y mi corazón queridos que decía aquí está conmigo. Yo creo que mi mente

se obligó. Se obligó a escuchar y estamos orgullosos de ti Daniel. Eres un buen hijo.

La verdad es que no sé si eso se ha agradado, no, pero yo sentí mediato las

dagres de mascaer en mi rostro. Sentí un parza con mi alma. No digo que muchas

veces reproche a mi padre, que yo leí que no entendí su accionar. De hecho hasta el

día de hoy hay cosas que no comprendo. Y corazón se sigue quedando

al solamente decir su nombre. Al solo imaginar su rostro,

o que a veces lo pude abrazar y platicar con él. Es un nombre muy preparado, ¿saben?

Una firmesa que pocas veces he visto en mi vida. Y miren que lo vi muy poco, su caráter,

su fortaleza, me generaba mucho respeto. Tengo entendido que era un nombre muy solitario, un callado también,

pero cuando yo no escuchaba hablar, casi todas las arcasmo,

tenía un sentido del humor muy peculiar.

Sus manos estaban repletas de callos.

Ejan manos labradas por el trabajo manual de un nombre

que se ensucia a las manos y al mismo tiempo come con ellas.

No que lo vi, usan traje ni corbata. Usaba dos plumas y dos lapiceros en la camisa.

En un ingeniero, una bal.

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