Queridos míos, no preténan alcanzar nuevos niveles en su vida viendo desde el mismo lugar.

Pérenme por favor atención, si tú dejas tu mente en el mismo lugar y por debajo de lo que Dios quiere para ti,

pues estás codido. Múepete, cambia el lente, tienes que cambiarnos únicamente lo que ves,

si no como lo ves, como lo interpreta, como lo significa, si eso viene desde adentro, es esencial

comprender que los verdaderos cambios y duraderos en la vida comienzan desde adentro hacia afuera,

al cambiar tu forma de pensar empiezas a transformar tu manera de interactuar con el mundo,

no se trata únicamente de ajustar tu visión externa sino de alterar tu percepción interna. O sea, esa voz que te está diciendo que sí es posible y que lo vas a lograr es real.

El ajuste de tu perspectiva puede ayudarte a desbloquear puertas que antes

estabas viendo cerradas. Te pueden enseñar a revelar caminos que antes

no existían, te va a llevar a una dirección que tú no contemplabas para una meta.

Por ejemplo, cuando tú comienzas

a ver las adversidades por más crudas y fuertes que estas sean como una oportunidad para

crecer, pues el obstáculo se convierte en una elección importantísima porque te poda,

te forma, te depura. Entonces la vida empieza a desplegarse de una manera que tú no imaginabas.

En lugar de quedarte atrapado en una rutina de pensamiento,

una rutina de acciones que ya no te están sirviendo, te liberas. Entonces comienzas a experimentar,

reempiezas a disfrutar de la riqueza de las posibilidades que la vida tiene. Para ti, cuando te mueves,

mueve, cambia de dirección. Múébete aún en foque mucho más elevado, más optimista la transformación, comienza con un pensamiento renovado,

con un pensamiento inspirado por la esperanza, por la fe, por la fuerza, por el coraje,

tu mente es un museo de mi labor, es este movimiento del que yo te hablo,

no es únicamente físico, sino es un movimiento espiritual, emocional,

anímico, pero implica que te desagas de los viejos patrones de pensamiento que te siguen limitando

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