Por motivos ajenos a mí te extraño, te extraño mucho, quise detener el tiempo de hecho

cuando estuve contigo, pero eso fue como querer parar el mar con las manos, aprendí

el valor de un segundo, porque ese segundo me marcó la vida para siempre, ¿verdad?

Muchos me dijeron que donde quedan cenizas hubo fuego, pero yo creo que donde quedan cenizas,

la ausencia siempre sigue quemando, a quienes detienen en sus manos, ¿verdad?

Al solamente dejarte caer, y aunque yo intuí en desastre, que sería marte, pues no pude contenerme

las ganas de estrellar mentir, no, no resapta para cualquiera, lo tuyo no es calmar tormentas,

no desatarlas, tengo que aceptar que nadie te rompe el corazón, eres tú quien lo rompe

tratando de meterlo por la fuerza, donde bien sabes que no cabe, pero poco a poco estoy sanando,

y sabes que estoy quedando muy bien, estoy aprendiendo el arte de cicatrizar y silencio.