Y escuchó que algo pesado se acercaba por la iglesia, cerca del altar, y él estaba la mitad.

Lo que fuera, que fuera, parecía haber salido de la Sacristía, de la Sacristía cerrada con llave. Estaba seguro de que estaba solo, de que nadie más había entrado ahí.

Empezó a silbar de los nervios, y si fuera una caricatura,

la fingir que nada pasaba,

y a concentrarse en el pedazo de techo que estaba reparando.

No que sé que se rostraba, se estaba cercando.

Muy buenas noches a la mejor comunidad de internet a la comunidad relátusa de la noche. Es un placer enorme poder recibirlos de nuevo en este rincón oscuro, iluminado por unas cuantas velas.

Busquen un lugar donde sentarse y por favor

ponganse cómodos, cómodas, porque estamos a punto de adentrarnos en una de las historias

de horror reales que he experimentado en la comunidad.

Espero de todo corazón que se encuentren del mejor ánimo para asustarse y si no es así,

les recuerdo, te recuerdo que este es una oportunidad para que te olvides

de cualquier pendiente, al menos por los siguientes minutos, porque nada de eso cabe aquí.

Te pido que te concentres en cómo te hace sentir la siguiente historia, que construyas cada

escenario en tu cabeza y te dejes llevar, pero no por completo. Siempre queda la posibilidad de que en esta ocasión, nos escuches como siempre entretenimiento.

Pero para la próxima, seas tú, el protagonista de relatos de la noche.

Y bueno comunidad, hoy finalmente me toca a mí contar mi historia. Creo que es algo

común en la comunidad. El tener una historia que queremos compartir pero que resulta

complicado redactar, rememorar, revivir cada detalle.

Sobre todo cuando son historias que nos marcaron, cuando representan los momentos más aterradores

de nuestras vidas, cuando conocimos de frente al mundo de los sobrenatural.

Mi historia comienza en la pequeña ciudad donde nací.

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