Hola, buenos días, gracias por estar aquí en despertando podcast.

Iniciemos este día presentes y conscientes. No necesito una relación, pero quiero una.

Esa es la verdad. No me hace falta encontrar a mi media naranja para estar completa. No

necesito a alguien amilado para ser feliz. Tengo una vida plena y maravillosa.

Tengo amistades increíbles.

Un montón de sueños cumplidos y muchos otros por cumplir.

Pero, de vez en cuando, siento esa necesidad de conectar con alguien a un nivel más profundo.

De contarle las ideas que le cuento a la almohada.

De compartir las mañanas y las tasas de café.

A veces me dan ganas de construir ese refugio en el que me pueda esconder cuando lo necesite

y tener quien me abraze ahí adentro.

No es que necesite a alguien para ser feliz, sino que quiero a alguien para que me tome

de la mano.

Quiero a alguien que me haga reír hasta que me duele el estómago, que me acompañan

mis aventuras y que me abrazo cuando lo necesite.

Alguien con quien pueda hablar durante horas sobre cualquier cosa, sin importarlo trivial

o profundo que sea el tema.

Amo mi soledad y disfruto muchísimo de mi propia compañía.

Los días de silencio y de conectar conmigo son los que a veces me mantienen en pie.

Pero hay momentos que saben más bonitos compartidos.

Una risa que se contagia y se alarga hasta que ya no sabes de qué te ríes.

Una lágrima que es cachada por alguien que conoce tu tristeza.

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