Si creen que esa terradora trabajara en una funeraria, y de arcon cada vez todos los días, déjenme decirles que tienen toda la razón. Quiero contarles algo que viví cuando trabajaba en una. Yo era el encargado de ser traslados, recoger cuerpos en casa de sus hospitales, o donde se necesitará y llevarlos a preparación. Con el tiempo no se costren muchas cosas, a la soledad, a los silencios largos y fríos, a manejar de madrugada con un cuerpo a tus espaldas. Habido recoger el cadáver de un señor que falleció por casos naturales, la familia estaba tranquila dentro de lo que caeve. Firmaron, bien volvimos, lo subían a Camilla y emprendió el camino de regreso a la

funeraria. Eran como las dos de la mañana. Manecare esa hora es feo porque todo está demasiado silencioso. El motor y el sonido de la noche, nada más. Recuerdo perfectamente que iba llegando a un semaforo. estaba parpateando el rojo pero como venían carros tuve que frenar. Y ahí justo ahí,

escuchen... que iba llegando a un semaforo, estaba parpariando el rojo pero como venían carros tuve que frenar. Y ahí, justo ahí, escuche el sonido. Atras, un movimiento seco, como si algo se hubiera movido en la camilla, un deslizamiento, como si algo pesado hubiera girado apenas. Por supuesto que pensé primero enológico, la bolsa quizás no quedó bien ajustada a la camilla se movió, aunque yo siempre la soca estaba bien. Me forcé a pensar así. Pero entonces escuchó otro ruido, suave pero clarísimo, como si dentro de la bolsa algo se hubiera acomodado. Ahí sí me va que abri la puerta trasera con mucho cuidado iluminando con la lampra de mi celular. La bolsa negra estaba distinta, tensa la altura del pecho, como si el cadáver hubiera movido los frasos, como se hubiera cambiado de posición. Se me subió el corazón a la carganta, pero pensé que tenía que revisarlo, que era mi responsabilidad, así que habría rápido el cierre de la bolsa esperando encontrar algún error mío. Y no, no había ningún error. El hombre estaba muerto, completamente muerto, piel marmoria, lividé se asfícas en la espalda, pupila se reflejo, pero tenía los ojos abiertos, y su mano derecha la tenía sobre el pecho, justo donde estaría el corazón, y el dedo índice estaba extendido como si señalara algo, como si hubiera hecho ese movimiento segundo sante se que yo llegara. Yo mismo había acomodado sus brazos rectos a los costados dentro de la bolsa, no había forma ninguna de que esa mano estuviera así Sobre todo porque se movió cuando el carro estaba parado. Se relabulsa tan rápido como pude, regresa al volante si mirara atrás. No dije nada en la funeraria, no quería que pensaran que estaba subestionado. Uno no puede ser mi a todos o si tienes el trabajo. A partir de entonces siempre hizo

una pequeña oración en silencio, por cada cuerpo que tenía que trasladar. Y jamás gracias a Dios, volvi experimentar algo parecido. Ningún muerto se volvió a mover. Muy buenas noches comunidad, gracias por acompañarnos de una cuenta en un episodio MES, relato a la noche, hoy les esperan historias en encuentros con lo paranormal y también conceptas, con cultos, que es algo completamente real, aunque algunos imaginen lo contrario, despido que escuchen con mucha precaución y que estén atentos a cualquier sonido cercano, a sonidos que parezcan fuera de lugar. ¡Listos, listas! Comenzamos, ya estás escuchando relatos de la noche. Y espósame, permitió contar contar esta historia siempre y cuando no digaran nombres ni ubicaciones exactas. Lo único que puedo mencionar es que pasó cuando ella era niña, en una casa que tenía en sus abuelos al sofá de Abandaro, un pequeño poblado turístico cerca de Valle de Bravo en el estado de México. Para que se de una idea, creo que fue por ahí ser que donde se grabó vacaciones el terror.

Esa casa yo no la conocí, y ella dice que era vieja, de hace muchos años,

con paredes gruesas, techos altos y un patio trasero enorme lleno de árboles,

donde siempre había sombran que fuera metiodía.

Sus papás y van seguido, eran muy unidos a los abuelos, y cada que podían se escapar a allá para descansar, así que ella tenía muchos recuerdos bonitos en ese lugar. Los pasios al ago, las noches frías, el olor al leña quemada, los huevos en el patio con sus primos. como un aderro, nada que diras señales de lo que pasó esa vez. Todo comenzó por un accidente. Su papá viajaba y da algo con un amigo para resolver un asunto de trabajo y en la carretera tuvieron un choque bastante fuerte. No fue fatal, pero si lo suficiente para que su mamá se eniera de inmediato a verlo. Todo fue tan rápido que no había tiempo de planear quien se quedaba con ella. Una vecina se ofreció llevarla con los abuelos, a la casa que ella también conocía. Por mientras, dijeron, y es que su mamá nos había, si todos resolverían una noche o si pasaría en tías afuera. Dice que era una tarde gris, como de lluvia, aunque no lluvió. y que el camino se sintió raro, feo. Ella no sabía por qué. Tal vez porque era la primera vez que iba sin sus papás. Tal vez porque la vecina, aunque buena onda, iba demasiado callada. Tal vez porque en ese momento no le dijeron lo grave que fue, pero una si sabía que su papá estaba mal. Cuando llegaron a la casa, sus abuelos ya estaba por oscurecer. Y desde que cruzaron el sacuan, algo se sintió fuera de lugar. Sus abuelos salieron a recibirla, pero no como siempre, no con el entusiasmo que siempre mostraban. No salieron tensos, con el seño froncido, como sorprendidos de verla y no por gusto. La vecina les explicó lo del accidente y que su mamá le tenía que irse de enmediato, pero ellos ni siquiera preguntaron por el papá ni por el amigo ni si estaban bien. Lo único que dijeron fue no debieron traerla así, avisenos antes. Mi esposo que tan solera una niña no entiende nada, pensó que le estaban regañando a ella, que tal vez era su culpa, pero no sabía cómo podía hacer lo que su papá hubiera chocado, sin embargo así se sintió como si estuvieran molestos con ella. La vecina se fue muy rápido y los abuelos le dijeron a ella que era mejor que descansar, que había tenido un día muy movido. Pero mi esposa recuerda perfecto que no era un tono cariñoso, era como si quisieran sacarla del camino, como si le se estorbara. La mandaron a dormir temprano, muy temprano. Apenas le dieron algo de senar y a las ocho ya estaven el cuarto donde siempre dormía con sus papás, pero esa noche lo ocuparía sola. Su abuela le llevó un té para que se relajara, sabía muy amargo. Ella nunca tomaba té para dormir pero no quiso cuestionarlo, debió un poco y se quedó profundamente dormida. Mi sueño pesado, extraño.

Como se lo hubieran desconectado del mundo.

¡Ah, quise esto!

¡Ah, quise esto! No sabe cuánto tiempo pasó cuando algo le despertó. un sonido, no sabes si fue un golpe, un sussurro, su nombre, pero algo la jalote se soñó tan profundo. Abrió los ojos y el cuarto estaba en penumbra, iluminado solo por la luz del pasillo que se filtraba por debajo de la puerta, escaneó rápido a la habitación buscando la voz y vio algo.

Pensó que era un niño sentado en la esquina, una forma chiquita encorbada, pero cuando escuchó la voz entendió que eso no era un niño. Solo...

La voz era rara, como si intentara imitar una voz humana sin lograrlo. Ella se incorporó rápidamente y la figura se levantó también. Y entonces lo vió bien. Para nada en un niño, era alta, muy alta. Una figura desnoda que tenía cuerpo humano, ombrosros, brazos, torso, pero la cabeza, la

cabeza era la de una cabra, de una cabra grande, con el pelo corto, los ojos como muy abiertos

y respiraba, la respiración era lo que más miedo le dio. ¡Es miedo, letío! ¡Tespierto! La figura levantó una mano como hacia ella y le dijo ¡Tespierto! Y de alguna forma ahí volvió a abrir los ojos, como si hubiera despertado de nuevo, y esta otra vez acostada en la cama. Solo que esta vez la puerta del cuarto estaba entrabierta, y ella recuerda perfectamente que sus abuelos se la habían cerrado por fuera. Alguien la había abierto. y justo cuando volteo hacia la puerta, vio algo saliendo del cuarto, algo alto. Para nada como sus abuelos eran muy chiquitos, y se movía despacio, como flotando o rastrándose. No vio la cara, pero estaba segura de que era la misma figura que acababa de ver en su sueño. Sólo que ahora estaba completamente convencida de que lo que vio era real. Y escuchó como ese algo avanzó hacia el jardín. Ella sin saber por qué se acercó a la ventana. No quería ver, pero al mismo tiempo tenía la necesidad de asomarse y lo que vio la dejó sin aliento. La fía varias personas en el patio, no alcanzó a ver cuántas exactamente pero al menos eran seis, siete, estaban de pie formando un círculo. Tenían capas rogas, de un rojo que resaltaba incluso en la oscuridad y aunque llevaban esas capas, se notaba que sus piernas y que parte del torso estaban desnudos. Algunas velas iluminaban el patio apenas, pero lo suficiente para que ya viera las sombras, los cuerpos, el vapor del frío saliendo de su respiración. No podía escuchar bien pero había un sonido, como un canto bajo y regular. ¿Ura en palabras? ¿O al menos no palabras que ya conociera?

Sintió que algo dentro de ella se congelaba, se tapó la boca para no hacer ruido, se rola cortíne y se escondió bajo las cobijas. No sabe como, pero se logró volver a dormir. Al desigentes sus abuelos se actuaban como si nada, como siempre. Le prepararon desayuno, la abaron con cariño, le preguntaron se vea dormido bien, como si no hubieran escuchado nada, como si ellos no hubieran estado ahí. Años más tarde murieron, nunca hubo rumores raros sobre ellos, nunca seca se mencionó nada sobre grupos extraños, rituales, cultos, nada. La única cosa curiosa fue que la casa la heredaron a una pareja de vecinos, no a la familia. Fue tema por varios meses pero luego lo dejaron pasar, respetaron su decisión. Mi esposa nunca volvió a vándalo, no quiere. Mi siquiera porque su oridad pasa por ahí. Y nunca heredijo a su mamá o a su papá lo que vio. Pero hay algo más. La razón por la que me contó toda esta historia. A veces todavía soña que está en ese cuarto, en esa casa, a su madre en la ventana y las figuras de ese culto están ahí, como esperando a que ya salga y se les una, esperando que despierte. o lo real como estás o la comunidad. usó ni contactarlos para poder contar mi historia. Bueno, en realidad es la historia que vivieron mis papás, pero yo fui testigo de cada uno de los acontecimientos que ocurrieron. Te diré que mi nombre es Joana. Vivo en Chile y me cría en un pequeño pueblo llamado Raúl, al interior de la ciudad de Curico. Esto sucedió por ahí en el año 2000, después de que me separé de mi esposo y volvía a vivir a la casa de mis padres junto con mi pequeña hija de un año. Debo mencionar que mi papá fue uniformado y siempre fue un hombre muy atractivo. Desataba pasiones en las mujeres del pueblo y quizás esa fue la causa de todo lo que empezó después. Mi madre llevaba tiempo enferma, visitándome de dios distintos, siguiendo diferentes tratamientos, pero nunca encontraban la causa de sus males. Un día con las pocas fuerzas que le quedaban, mi mamá quisó ordenar su ropa como para sentirse útil. Cuando abrió el cajón donde tenía la ropa que usaba menos, encontró

una bolsita de terciopelo negro. Le llamó la atención por lo que las acuó y por simple curiosidad natural, labrió. Dentro encontró una tierra muy oscura, como si estuviera húmeda, pero no lo estaba. En ese momento en la casa estaba mi mamá, mi papá y mi pequeña hija, Yo estaba en mi trabajo. El día siguiente los tres amanecieron muy enfermos. Cada uno con una patología distinta, pero tan fuertes, tan intensas, que ninguno pudo levantarse de la cama esa mañana. Me vien a obligación de pedir días a vacaciones a mi trabajo para poder atenderlos. En vista de la situación llegó mi hermano

mayor a visitarnos, y mi mamá, entre lo mal que se sentía, le comentó lo de la bolsita de terciopelo negro. Mi hermano siempre ha sido muy creyente y muy respetuoso en los temas de brujerías, males y todo lo relacionado con eso. Yo era séptica hasta ese momento, Así que el tomo de la bolsita con guantes, con mucho cuidado, le chó dentro de una bolsa plástica y se dirigió la casa de una señora a la que siempre acudía cuando tenía situaciones extrañas. Dice mi hermano que al llegar, sin que él de comentara nada, la señora que se llamaba Patricia le dijo, mi hijo, usted tra algo fetido, trae pestilencia, me trae algo muy malo. Mi hermano le entregó a la bolsita y le contó todo, a lo que la señora respondió. Eso es tierra es el entero, lo que es que quien puso esta pesta en su casa es inexperte y no sabe cómo hacer el mal completo, no está bien concurada, si no sumo Maya no estaría en este plano. Los signora Patrises y todas sus casas a mis papás, cuando lograron sentirse un poco mejor la visitaron, ella les indicó en sendernas velas, rezar unas oraciones y realizar ciertos rituales. Además de lo que ella comenzaría a trabajar desde su casa. Y así lo hicieron. Recuerdo que lo último que hizo mi papá fue llevar los restos de una de las velas, tirarlos en un camino de tierra y caminar si mirara atrás. Bosteriora eso, la señora Patrícia informó que la persona que había realizado el mal era una mujer joven que quería sacar a mi madre de la vida de mi padre para quedarse con él. Pero que el trabajo se vienta rompido a tiempo gracias a ella ya los rituales que mis papás siguieron al pie de la letra. Yo hasta ahí aún no mantenía un poco... incédulaula. Pasó aproximadamente un mes, y mamá mejoraba lentamente y el ambiente en la casa se sentía más liviano. Pero de pronto comenzaron a morir las gallinas que mis papás tenían, una por una. Yo ya creyendo un poco más en lo que estaba pasando, visite la señora Patrícia para preguntarle que estaba pasando. Mija, en mal se descarga con los más de híbles de la casa. En este caso, los animales y aves que tienen, menos mal que son varias, así también está protegida tu hija. Me dijo, además agregó. Si alguien hace un mal, una brujería, un hechizo, todo se devuelve, por lo que esta persona tendrá su merecido. Esa última frase me pareció sobractuada, exagerada, hasta divertida como de película, así que no hice ningún comentario. como ellas senten si ol las gallinas siguieron muriendo, una a una hasta completar las 22 que teníamos. Respecto a la persona que quiso hacerle daño mi mamá, especulamos muchas veces, analizamos actitudes tratando de descubrir a la culpable. Podría ser cualquiera, porque la casa llegaban muchas amigas de la familia, decinas, conocidas, etc. Pero mi mamá tenía dudas sobre un en especial, la hija de una vecina, Rosio. A mí me pareció increíble porque era muy joven, si acaso tendría 17 años. Y pasó el tiempo, como se hizo meses y mal lo recuerdo. Rosio dejó de visitar nuestra casa y a que así no se lo daba nadie de la familia si nos encontrabamos por ahí, pero aún así yo no podía procesar que ella fuera la culpable. Sucedió que los primeros días de diciembre, Rosío se comprometió con un muchacho. En

mi país se dice ponerse las ilusiones, que es el paso previo a casarse. Cuando la pareja comienza a su oronanillo muy delgado en el dedo celular de la mano derecha, con lo que todos saben que están comprometidos. Ellos llevaban poco tiempo saliendo, pero la relación avanzó muy rápido

Tías después, justo el 25 de diciembre, no llegó una noticia impactante una noticia que hasta hoy me sorprende el novio de Rosillo había fallecido, se costó descansar en ocho buena y nunca más despertó A un empanico, a un inshoc le hablé a la señora Patricia. Mi hallo les dije, era alguien joven muy cerca de ustedes, que trató de desambrar el mal en su casa. Pero tranquila, con este hecho el mal fue regresado a su origen y se ha terminado el ciclo. Cada vez que pienso en todo lo sucedido me parece tan irreal que si no lo hubiese vivido sería muy difícil creerlo. Siempre he tenido la duda, realmente fue mal que se regresó o fue simple coincidencia. Gracias por leer mi historia, quizás alguien más le haya pasado algo parecido, y en ese caso me encantaría saberlo también. Gracias por seguir por aquí comunidad y antes de continuar con la siguiente historia recuerden revisar que estén

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Tratamos ignorarlo y seguir disfrutando de la noche, pero los humbidos no pararon.

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