Se abrió la puerta del elevador y había alguien. Una mujer, despaldas, a unos tres metros el elevador. El pasillo estaba muy oscuro como si no hubiera luz en ese piso, pero alcanzaba a ver su silueta. Tenía el pelo largo, completamente canoso, y caía como si estuviera húmedo muy pesado. Las manos las tenias tiradas fijariamente hacia los costados. No se movía nada, no respiraba, y no tenía nada que estar haciendo en un edificio vacío. Muy buenas noches comunidades, que bueno tenerles por aquí una vez más, espero que estén tranquilos, tranquilas de buen humor y si no es así, entonces ojalá que puedan desconectar un ratito con lo que están por escuchar. A veces el miedo es la mejor forma de relajarnos por un rato por más ironico que suene. Esta noche traemos historias muy diferentes entre sí que van desde carreteras embrujadas hasta departamentos vacíos solo habitados por fantasmas, pero cada una con su propia inquietud, así que estoy seguro que este episodio se quedará con ustedes rondando buen rato después de haberlo terminado. Así que como dice por favor, apague en la luz y dejen se envolver por lo que viene. Esto es relatos. Hola comunidad, esto me pasé unos meses cuando andaba buscando un departamento en el centro. La verdad es que ya estaba desesperado porque todo estaba carísimo y de pronto encontré uno que se veía muy bien en fotos, recién remodelado, amplio y a un precio que era demasiado bueno para ser verdad, para estar donde estaba y tan cerca de mi trabajo. Te vís a ospechar ahí pero cuando estás buscando algo con urgencia a veces te dejas llevar y no ves los detalles, las fanderas rojas. La que yo no estaba el edificio era rara, no vacía si no como apagada, no había tiendas abiertas ni gente pasando o en el ruido, todo está oscuro, parecía una cuadra que nadie usar allá. Aún así ahí estaba la mujer de los moviliarios esperando me entrada. No me había equivocado. Pero, ¿te es el primer segundo note que estaba nerviosa? Y no nerviosa como alguien tímido o alguien comprisa. Estaba inquieta. No dejaba de ver hacia dentro del edificio y al mismo tiempo volteaba mucho hacia la calle, como si no quisiera quedarse sola conmigo pero tampoco quisiera estar dentro.

Me dio la mano rápido y me dijo, vamos, es en el quinto piso. Intente hacer un chiste para relajarla pero no me sigo el ritmo, ni siquiera sonrío. Lo único que dijo fue algo como, mire, le enseño rápido porque tengo otras citas seguidas. Y así entramos al edificio. El recibidor estaba completamente oscuro, salvo por una luz amarillenta que venía de un

foco viejo. Las pareces tenían humedad, y aunque el anuncio decía recién remodelado, se notaba que eso solo aplicaba al departamento. El edificio parecía abandonado. No se escuchaba nada, ni una tele, ni voces, ni pasos, nada. porimos por los escaleras porque me dijo que no confiaba en el

elevador, pero cuando llegamos al quinto piso ya se os daba como si hubiera corrido. Me decí no el departamento en menos de tres minutos, y no exajero. Me abrió la puerta, me señaló la cocina, me mostró el baño por encima, y cuando le iba a preguntar sobre el contrato me interrumpió para decir, ya va a llegar al otro interesado, si le gusta me manda mensaje hoy mismo, pero

tiene que bajar.

Y luego dijo algo que me pareció muy raro, me repitió varias veces que alirme, por favor dejar a la puerta de la inficicia abierta, que no la fuera a cerrar, para que no tuviera que bajar ella por la siguiente persona. Pero el tono era de alguien que quería que me fuera y ya, de alguien que no quería bajar, me dijo que ya se quedaba ahí y yo al cerrar la verdad pensé en irme por el elevador, estaba muy cansado y que ya ver que sirviera, no pensaba rentar ese lugar y subir todos los días en copizos. Cuando me iba solamente me repiteo que no me fuera de tener ningún piso, que fuera directamente hasta abajo. Y ahí sí me sentía al corraro, como si estuviera dando mis succiones para no encontrarme con alguien. Me subía el elevador y la puerta no se robían, que de una rendija de unos 2 centímetros por donde podías ver el muro del piso. Por dentro el elevador temblaba con si el estructura estuviera floja y era uno de esos que tardan en reaccionar cuando presiona su botón. Comenzaba ajar, era lentísimo. Entre el cuarto y el tercer piso escuché que alguien picó el botón de ese abajo. El elevador

se detuvo. Se abrió la puerta y ahí había alguien. Una mujer despaldas, a unos tres metros del elevador. El pastillo estaba muy poco iluminado, pero alcanzaba a ver su silveta. el pelo largo, completamente canoso, y cayé como si estuviera un medo muy pesado. Las manos las tenía ligeramente estiradas desde los costados, como hace alguien cuando da la bienvenida. No se movía nada, pareció un estatua que no respiraba, o al menos no se le notaba. Dije buenas noches pero no se mutó. Pero es en el botón para cerrar pero tardaba. Sentí que pasaron 20 segundos y no se cerraba, evidentemente fue menos tiempo. Por la rendija veía sus hiloeta exactamente igual, ni un milímetro de movimiento. El elevador si llevajando y en el piso 2 volvió a sonar el timbre de que alguien lo llamó. Volvió a detenerse. Sabrío. Era, ella otra vez. en la misma posición, en el mismo ángulo, a la misma distancia. Si no hubiera visto que bajábamos, si la puerta del elevador no se quedara ligeramente abierta, hubiera jurado que estábamos en el mismo piso, pero no era cierto. Estaba su cuerpo estaba girando un poco, como si quisiera voltearse a mí. Era apenas un movimiento, pero lo suficiente para que notara que se había movido. No podía bajar tan rápido ese piso por las escaleras, no sin hacer ruido, no para alcanzar el elevador. No dije nada, ni respiré, solo empecé a picar el botón para cerrar. No quería que me escuchara ni que pensara que quería acercarme ni entendía por qué pensaba eso pero así lo sentía, como si fuera peligroso que me escuchara. La puerta tardó, tardó oí tardó. La mujer seguía ahí, inclinada apenas apuntando con la mitad del cuerpo hacia mí. Finalmente se sorró, y el elevador siguió bajando. Vence que llegaría directo a la planta baja, pero no. Antes son el timbro, a alguien había llamado desde el primer piso.

Cuando no puertes se abrió, no vi nada.

Literalmente nada.

Ese piso estaba completamente oscuras.

Había luz ni un punto de referencia, ni reflejo.

Era un cuadro negro, un vacío.

Y entonces se escuché algo. Pasos, no pasos rápidos, pasos muy lentos, como de alguien que camina rastrando un poco los pies, venían desde el fondo de ese pasillo que yo no podía ver. Cada paso se escuchaba va a macercar, traté cerrar la puerta pero el elevador no reaccionaba. Le presionaba y más yenada como si estuviera atravado y los pasos se llena cercándose, despacio, constantes, sin detenerse. Yo ya estaba respirando fuerte sin querer hacerlo, sentía el espal de empapada. Cuando los pasos sonaron cerca que parecía estar frente al elevador, y finalmente la puerta se cerró. Cuando llegué a la planta baja salí sin ver atrás, ocurri. Ni siquiera se si el elevador terminó de abrir antes de que yo ya estaba saltándose afuera. El entrada había un tipo tocando la puerta del edificio, confundido como yo. Otro joven estaba junto a él y por como estaba estido, perdón, por un segundo pensé que le estaba saltando. Pero no, al parecer era un vecino, le estaba diciendo que no firmara nada, que ese no era un buen lugar para estar, que ahí no vivia nadie, que nadie podía vivir ahí deshace mucho. El tipo que evidentemente iba a ver el departamento como yo lo escucho pero aun así entró, seguramente pensando que estaba loco o que estaba exagerando, yo habría pensado lo mismo exactamente 10 minutos atrás, quise detenerlo pero no me salían las palabras,, sentía las piernas flojas y no me daban las ideas para explicar, salí y me fui directo a buscar un taxi pero no, ahí tenía que llamarlo de su otra calle, ahi no, no sé qué habrá pasado con él y tampoco sé qué fue lo que vi, a veces pienso en ese momento como si hubiera sido un sueño.

En toda la visita, como si no hubiera sido...

completamente real.

Pero sigo buscando departamento en esa zona.

Sería un sueño poder irme caminando al trabajo.

Pero lo experimento que yo si ve otro anuncio demasiado barato para ser verdad.

Ahora sí ya no iba a verlo. Hola comunidad, esto pasó hace unos 25 años cuando yo era niño y vivía en una coluna tranquila del hongo anajuato. Era una coluna de esas donde casi no pasaban coches todavía, donde aún se podía jugar futbol o escondidas afuera sin que nadie

te dijera nada. Sobre todo en la calle detrás de la mía, la última de la colonia, te

enlejan a de todo que aun era de tierra en la parte del fondo. Dispopas podían verme

desde la ventana y mientras no nos alejáramos en la cuadra no había problema.

...