Escuché algo y me asume al patio de la vecina por una rendija. No fue curiosidad sino reflejo. Vícmigo y vecina estaba descalza con un vestido largo, levantado hasta las rodillas para no suciarlo. Rudiada de velas negras que parecían clavadas en el pasto. Frente a ella había una figura hecha de ramas, como una pequeña estatua con algo que parecían cuernos. Bienvenidos, bienvenidos a comunidad, espero que estén del mejor morpa para escuchar historias a terror, de brujas, demonios y fantasmas y si no, de verdad espero que estas historias al menos les acompañan.

Recuerda que este espacio, esta comunidad, va a acompañarte siempre que lo necesites. Estás escuchando relatos de la noche. Bueno, chau, quiero contarles algo que todavía me cuesta confesar que estoy viviendo. ¿Por qué nos dará pena aceptar que vivimos algo paranormal? Inicia, el año pasado, cuando me mudé por fin a una que cita que pudo rentar barato. Pequeña, vieja, pero lo tenia su propio patio y para mí eso ya era mucho. La primera semana no puso nada raro, lo único que me llamaba la atención era mi vecina. Vivían a casa del lado pero siempre tenía las cortinas cerradas y casi nunca encendía las luces. No hablaba con aabi, apenas sería sacar la vasura y volvió a metirse sin levantar la vista. No era mala onda, simplemente, era de esas personas que viven hacia dentro. Una noche como las diez, salía el patio sacar unas cajas que he usado para la mudanza. Cuando abría la puerta, escuché algo que no supía identificar. Como un canto, pero o bajo, grave, repetitivo. Pense que venía alguna televisión a no tengo un radio encendido, pero cuando me acerqué al fondo del patio entendí que venía del otro lado de la varda, de su jardín. Lo siguiente no fue por curiosidad, Uriel, fue un reflejo. Dido os paso si me asomé por un hueco de la madera. Y que mi vecina estaba descalza con un vestido largo, levantado hasta las rodillas para no ensuciarlo, rotada de velas negras que parecían clavadas en el pasto. Frente ella había una figura chaterramas, con una pequeña estatua con algo parecido a cuernos. Tenía las manos extendidas hacia esa figura mientras mururaba algo. Definitivamente no era en español. Y había algo más, el olor. Un olor estableó fuerte que se sentía dentro del anariz, como si viera animales encerrados ahí, respirando justo debajo de nosotros. Yo solo le habimos segundos. Ella no volteó. No dejó de murmurar. Pero levantó ligueramente la cabeza. Como si supiera que alguien estaba ahí. No se giró. No hizo ningún movimiento. Nada. Pero yo sentí clarito que se había que le estaba viendo. Esa noche fue terrible, incluso cuando me fui intentar dormir, a olvidarlo que vea visto, pero luego fue todavía peor. Al día siguiente la vecina pareció mi puerta, no toco fuerte, sólo dos golpesitos. Cuando abrié tenía una canasta con pan, me sonrió pero no era una sonrisa normal, era una sonrisa falsa, como si lo hubiera estado ensayando, me dijo, para que descanse, a veces uno necesita silencio y una mente tranquila. Me lo dijo así, tal cual, y yo solo le dí las gracias por que no supe que otra cosa ser. Esa misma noche comenzaron los ruidos. Primero pensé que era la casa porque era vieja, pero no eran ruidos de madera. Eran pasos, pasos que parecían descalzos, lentos, justo tras el aparente que compartíamos. También escuchaba recitas bajitas, como si hubiera niños jugando del otro lado, pero ella vivía sola, eso si lo sabía, y en tesólo del olor. En mi cuarto de repente, a mitad de la noche entraves en mismo olor estable, y no es una metáfora, era un olor real. Me despertaba y sentía como se hubiera

tierra un me daba con la cama, su ciudad como se hubiera respiración de animales dentro del closet. Lo busque revisemo vi muebles, nada. La primera vez que la vi a la otra mujer Pense que estaba soñando.

Fue una madrugada pasando las tres.

Yo estaba acostado sin poder dormir por el olor. A la otra mujer, pensé que estaba soñando. Fue una madrugada pasando las tres.

Yo estaba acostado sin poder dormir por el olor cuando vique alguien cruzó frente

a la puerta de mi cuarto.

Una silueta del gada, un corbada, con un camisón largo.

El café o blanco larguísimo rastrándose casi por el suelo.

No caminé, no se acercó, sólo pasó y desapareció en la pared de la sala. Yo me quedé quieto sin saber ni cómo reaccionar, entendí que correr, que salir me no iba a ayudarme. Al día siguiente, da nuevo móvil a cama, revisee de las ventanas, cualquier señal de que alguien pudiera haber entrado, pero no había nada,

todo estaba bien cerrado. La segunda vez que la villa no lo pude negar, no pude negar que era algo paranormal, desperté cuando escuché mi nombre, ¿sabe? ¿Cómo si me lo hubieran dicho de ese dentro de la almohada? abril los ojos y ahí estaba, para de la esquina del cuarto, de frente a mí. Una viejita flakísima de piel gris con el mismo camisón. No me veía directamente, tenía la que ves inclinada hacia un lado con un citratara de oír algo que estaba dentro de la pared. Y el olor, ese maldito olor era tan fuerte que me artían los ojos. Pronto vi que se metió a la pared, nada más que se metió en ella y deje de verla. Esa misma mañana fue a tocar la puerta de la vecina para preguntarle si tenía animales. Si habéis visto algo raro por ahí. En realidad, iba a preguntar lo que fuera, solo quería un pretexto para hablar con ella, para caerle bien o algo para que me dejara en paz, para que viera que yo no era ninguna amenaza, pero no abrió, aunque sé que estaba ahí, porque escuché su respiración pegadita al otro lado de la puerta, y no respiraba normal, respiraba como si se estuviera riendo. Te sento un susma me habla, pero aparece que solidad con esto ya fuera. Siempre me dice cosas que no son amenazas pero que suenan como si lo fueran. Durmió bien, a veces se meten en estas casas, si escucha ruidos, voy a salir. Y así, lo prioriz que las apariciones a la viejita no han terminado. Varios veces al mes se aparece un poco más cerca, ya no la esquina, ya no fuera del cuarto. Las últimas veces se la ha visto muy cerca, la noche estuvo sentada al pie de mi cama, con ese camisón blanco que parece mojar el piso cuando se mueve, aunque no deja rastro. Y el olor establece que cada vez más tiempo, más fuerte, a veces siento que me lo llevo yo cuando salgo de la casa. No sé qué está haciendo mi vecina, ni qué cosa le pertenece a ella y qué cosa está entrando a mi casa por mi miedo, pero de que algo cruza la barda por las noches, eso no lo puedo negar y cada vez está más claro que no fue accidente ver la que ya noche, y siento que ella sabía que algo tenía que brincar de su lado al mío, y ya lo hizo. Y no sé cómo deshacerme de eso. Oloriel, hola comunidad. Quisiera contarles una de las experiencias que más me han marcado. Una que de verdad todavía más de duda, sin serio pasó así como la recuerdo. Esto fue en el 2018 en Alaguela, Costa Rica. Era 30 de diciembre. Mi familia suele pasar el fin de año en la finca de mi abuelo. Esas fechas son cuando todos nos juntamos, comemos, hacemos relajo. Y también, bueno, han pasado cosas ahí que podría contarles en otro momento. Algunas bien pesadas y otras simplemente raras, pero ya tenía años sin que pasara nada o eso creíamos. Ese domingo 30 todos estaban jugando y bailando en el rancho con música. Y esprimos si yo estábamos en la plaza jugando football en oscuridad eran como la 11 y media, o ya casi la media noche y pues para nosotros charat. En una de esas se nos ocurrió jugares condidas, ya no se han dicho muchas veces que no lo hicieramos de noche, que es hora malo, que podía salir un espíritu, o que te podían asustar o que te acalaran las patas, ya saben. Cuando una tía vio que queríamos jugar a eso, decidieron mejor hacer una focate y dormir dormir entienda de campaña, para que no endubiéramos metidos entre los pastos. Como a la una de la mañana estábamos ahí, asando mal babiscos y una carne asada, y yo le pedí permiso a mis papás para usar el cuadriciclo, la 4 y moto como también le dicen. era chiquito y ya estaba medio descompuesto, pero mi papá y yo teníamos un troco para encenderlo manipulando el caro burador, a veces se encendía empujándolo también. Los saquí de la bodega donde lo guardábamos, y cuando lo logré arrancar medio un montón de gusto porque casi siempre me costaba. Me subí y empecé a subir por las manzanas a la finca. En ese entonces el encargado de cuidar la la tenía muy bien trabajada. Había divisiones por manzana y por hectárea.

llenas de pasto para las vacas. La hierba ratan alta que sin exagerar, podía estar más alta que yo en muchas partes. Con los faros alógenos de la moto se alcanzaban a veloc árboles del camino, pero fuera de eso no había nada de luz. Si apagabas la moto no ve veía es absolutamente nada. Cuando díba llegando a otro rancho donde se mete el ganado, la 4 moto se apagó de golpe. Y si estaba dañada, pero, fuera normal que se apagar a sin nada más. Más viene lo malo para aprenderla. Cercaia vacasachadas en el pasto, durmiendo. Enendila luz del celular para ver qué pasaba y de repente escuché murmullos entre los pastos, murmullos fuertes y algo moviéndose ahí dentro, se escuchaba como... Me quedé tratando de entender que era, pero seguir intentando conectar un tubo pequeño que se había soltado el carburador, el que llevaba la gasolina al motor. Fue entonces cuando con la luz de la luna, vi algo al fondo, entre los árboles más grandes, unos de 15 o 20 metros. Algo estaba brincando de un árbol a otro, los árboles se movían raro como si algo

pesado los empujara ahí sí sentí como se merezó la piel pero por completo intenté arrancar la moto de nuevo y justo en ese momento escuché algo de ese donde estaban las vacas una voz, una voz que dijo, ya es muy noche para que esté solo, y luminé con el celular si donde los escuché y el que se aberó unos ojos brillando en la oscuridad, que aparecían mirarme directamente, levanté la mirada hacia el rancho donde comen las vacas y vique la puerta se abría lentamente, y entre los cuidad salió algo negro, incorporado, caminando despacio, el escuro que se estaba arriendo, escuchó una risa muy fea, muy rara mientras esta cosa subí entre los pastizales. Me quedé quieto, quise acercarme un poco, no sé ni por qué, pero mientras vacía, todas las vacas se levantaron de golpe y empezaron a lejarse. Todo lo que pasó ahí arriba, desde que se apagó la moto hasta eso que vi habrá sucedido en cuatro minutos, pero para mí fue eterno. Después se escuché un grito horrible, como un lamento, ahí se me terminó de agarrar el miedo, empujé la catrimoto con todas mis fuerzas para arrancarla. Normalmente costaba un montón encenderla así, pero siento que el miedo me dio fuerza. Cuando por fin encendió me subí ya se le haré con todo. Y ahí, creo que ahí cometí la peor tontería de mi vida. Volvía a ver hacia atrás. Y arriba sobre el rancho estaba ese bicho, observándome, señalándome con el dedo. En el camino de los nervios terminé quebrándonos de los alógenos, pero no me importó nada. Solo quería regresar donde estaban todos. Viva con miedo, pánico, ansiedad, un montón de emociones mezcladas. Cuando llegué mi papá me regañó porque ya me había advertido que no corriera con el cuadro y ciclo, y cuando vi el faro de alojen o quebrados en ojo más, me dijo que subiera con él, caminando, para ir a encontrarlo y arreglarlo el día siguiente.

Mientras si vamos subiéndole con te lo que había visto, me dijo que seguro yo estoy inventando, que no me creía nada. Pero más arriba cuando recogimos el faro le dije, ¡Pah! ¡Miraya! En el fondo, un punto negro estaba moviendo uno de los árboles.

Él no dijo nada ni me contestó.

Solo vi... En el fondo, un punto negro estaba moviendo uno de los árboles. Él no dijo nada ni me contestó. Solo hubiese otro lado. Al bajar cuando llegamos al rancho donde estaba la familia. Mi papá no me comentó nada, pero sí di que habló con mi mamá. Cuando le pregunté que le había dicho y ya me dijo que lo que yo había visto era la muna. En Costa Rica las muna son brujas que se transforman en animales para tormentar o robarse a los niños o a los hombres. Tiempo después supe que esa figura, esa cosa que vi, no era la primera vez que se pareciera finca de mi abuelo. Antes que yo naciera, lleva a ser ido tres veces más. Al algo busque esa mujer ahí, esa mona, algo que no ha logrado encontrar. La última vez que apareció fue también durante una focata, con la familia reunida contando historias. Muchas gracias por escuchar comunidad, en esa finca como les digo pasan muchas cosas y si ustedes gustan la próxima a les cuento lo que me contó mi tío, esas tres noches infierno que vivió mi abuelo cuando compro ese terreno. Esta historia si pasó, les prometo que lamentablemente si ocurrió. Gracias por continuar por aquí. Recuerda que se ha llegado este punto y aun muestras suscríbete o suscríbete. No hay ninguna razón para que no te vuelvas parte de la comunidad, relato de la noche. Suscríbete y vuelvete parte de esta familia. que si quieres ayudarnos todavía mes, déjanos un comentario y un pulgar arriba si

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Continuamos.

Hola Oriol, soy Sofia, seguido ratuida desde que empezaste en YouTube, literal crecius escuchando tus historias y creo que por fin llegó el día de contar la mía. Ojalá puedas leerla, gustaría saber qué opinan la gente. Les saludos de este Colombia, soy de un pueblo pequeño que casi nadie conoce. Mi abuela, Lala, era bruja, aunque a mi familia no le guste hablar del tema. Ella murió antes de que yo naciera, pero crecía escuchando las historias de mi papá, ella la escarta, hace el cigarro, hace rituales. Mi abuela lála hace muchas cosas así. Mi historia empieza en 2020, en plena pandemia. Yo acaba de terminar con mi pareja y después me enteré de que estaba embarazada. En ese tiempo yo vivía en España y él en Estados Unidos. El esto quedó allá a un buen rato hasta que pudo viajar. Aún así seguimos viviendo separados hasta que mi hijo nació. Mi hijo que ahora tiene cinco años. Yo no me considero bruja, pero sí práctico, gruquería y santería. Aguolecturas y retuales para gente cercana. Lo que te quiero contar es lo que pasó durante mi embarazo y los tres primeros años de vida de mi hijo. En España nos vimos a vivir una cabaña lejos de todo, como 40 minutos al pueblo. Ahí vivimos hasta que mi hijo cumplió 3 años. En esa casa pasaron muchas cosas, algunos se uno quiero creerlas, pero se vien lo que vi. Lo primero que puedo contar fue la manera en la que me enteré del embarazo. Yo he llegado a la mayor cae un día de la nada, empezaron a aparecer usanos blancos, de esos pequeñitos de basura. Yo superé en medio de esto que eso era un trabajo, porque no había forma de que hubieran aparecido de la noche en la mañana. No tenía basura en la casa, y aún así los usanos estaban trepando por las paredes. yio una limpieza profunda y un ritual de volteo. Durante ese ritual vi sombras, les cuché voces, todo se sentía como estar en una película de terror, pero curiosamente ahí no tenía miedo. Y se misoraciones fuertes en la tin hasta que las velas apagaron solas. Después vi un silencio que me dejó los oídos un bando, me dieron aos y así terminé vomitando hasta despacharme. Mi mamá fue verme tres y después, según ella yo parecía muerta, pálida, delcada, inconsciente. Me llevó al médico y ahí me enteré de que estaba embarazada. Yo estaba en la universidad y sentí que se me vinía al mundo encima. Los yas siguientes soñé mucho con la muerte. La belleza en tada mientras yo estaba como en una piscina cargando un bebé. Y siempre era lo mismo. Cuando me estaba cuento el bebé estaba agado y ahí me despertaba. Siempre un poco después de la estrés de la mañana.

Yo sella trabajando haciendo lecturas para la gente de la universidad y uno que otro ritual también.

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