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Relatos de la Noche

La Posesión de la Tía Patricia (y otros relatos paranormales)

Relatos de la Noche

Sonoro

Drama, Fiction

51.7K Ratings

🗓️ 17 October 2025

⏱️ 37 minutes

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Summary

Muy buenas noches, comunidad. Bienvenidos a un nuevo episodio de este octubre de Relatos, donde seguimos trayendo las historias más inquietantes, más perturbadoras y, sobre todo, más reales que nos han llegado.

Relatos que vienen de distintos lugares de México y del mundo, pero que comparten algo: esa sensación de que hay cosas que no terminamos de entender… y que, sin embargo, siguen ahí.

Así que apaga la luz, acomódate, y prepárate para escuchar lo que algunos de nuestros oyentes han vivido. Historias que, quizá, no deberías escuchar a solas.

Comenzamos.

📖 Ya puedes conseguir nuestro libro en librerías físicas y digitales. Búscalo en tu tienda favorita o sigue el enlace: https://www.amazon.com.mx/Relatos-noche-Uriel-Reyes/dp/6073836201/

🎧 Disponible también en audiolibro.

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Transcript

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Lo he pasado, pero no lo he pasado, pero no lo he pasado.

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Lo he pasado, pero no lo he pasado.

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Lo he pasado, pero no lo he pasado.

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Lo he pasado, pero no lo he pasado.

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Lo he pasado, pero no lo he pasado. Lo he pasado, pero no lo he pasado. Lo he pasado, pero no lo he pasado. Lo he pasado, pero no lo he pasado. Lo he pasado, pero no lo he pasado. Lo he pasado, pero no lo he pasado. Luego él dijo a mi tío que no podía ser nada para ayudarla y nunca lo volvíamos a ver.

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Estábamos completamente solos. Luego él dijo a mi tío que no podía ser nada para ayudarla y nunca lo volvíamos a ver.

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Estábamos completamente solos. Quédate hasta el final de este episodio porque te vamos a decir como ganar un libro fotografiado de relatos de la noche. Se ha venido bienvenidos a un nuevo episodio de Octubre de Relatos, donde como ya habrá notado, hemos estado llevando a ustedes algunas de las historias más aterradoras que nos han llegado en los últimos meses y que por supuesto teníamos que dejar para este mes, para el mes más aterrador del año, para nuestro octubre de relatos. Le recordamos suscribirse si no lo han hecho para que se vuelvan parte de esta comunidad de la mejor comunidad de internet y sin más preámbulo vamos a darle, se acabaron las excusas, es hora de iniciar con el episodio de hoy, relatos de la noche. Hola comunidad, mi nombre es Ivana, esta historia pasó hace algunos años en 2016 cuando yo tenía 12. Soy desitado por un sonora y esto ocurrió en san Carlos durante las vacaciones de verano. Mi mamá ya rentaba un condominio en la playa por una semana para pasarla todos juntos. Mis papás, mi hermano y yo. Era un condominio muy bonito, de esos que dan justo frente al mar, con grandes ventanales. Todo parecía perfecto pero, desde la primera noche algo raro se sintió. primera noche, ya muy entrada la madrugada. Mi hermano y yo escuchamos risas en el pasillo, pero no desde adultos, sino risas de niños. Pensamos que serían los hijos los vecinos porque lugar estaba lleno de familias. Mi hermano y yo solo nos reimos también, tratando de no sustarnos y nos volimos a dormir sin pensar mucho en eso. Pero la segunda noche pasó algo todavía más extraño. Yo estaba costada, ya me había quedado dormida viendo la tele cuando escuché que mi hermano me habló de ese baño. Me dijo, ¿Oye Iván, ¿pásame a tu haya? Me levanté, caminé hasta el baño y le pregunté, ¿cualquieres? No me contestó. Empujé la puerta pero estaba atravada. Entonces te esté dentro y escuché su voz otra vez. La blanca. Le pasé la tualla por debajo de la puerta y en ese momento escuché la voz de mi hermano detrás de mí en la cama. ¿Qué haces? Me volteé. Mi hermano estaba ahí sentado como si se acabara de despertar. Me dijo que él no se había levantado, que tenía rato dormido, que yo lo acababa de despertar hablando y solo en el baño. Los dos nos quedamos callados, solo escuchando el ruido del agua cayendo en la regadera. Mi mamá entró a ver qué pasaba pero no encontró nada más allá de la regadera abierta, del baño lleno de vapor. Nos dijo que Segura ha ha sido el viento, una confusión que nos hormiramos. No tenía ningún sentido lo que dijo, pero la gente prefiere creer lo que sea antes que en algo que no puede explicar. ¿Cómo comprenderán esa noche no pude pegar un ojo? Ya por la mañana mi mamá me dijo que antes de dormir había escuchado pasos en el pasillo del condominio, como si alguien caminara de madrugada de escalso. Mi papá dijo que seguro a gente que regresaba de la playa afuera, pero ya estaba segura de que no, de que había sido adentro. Decian que eran pasos de niño, cortitos, y además aunque que hubiera sido allá fuera, sería muy raro que un niño andoviera despierto las tres de la mañana. Al tercer día nos fuimos todos a la alberga, cuando regresamos la puerta del clóset del cuarto donde dormíamos estaba abierta, mi mamá se nos juebe porque decía que habíamos dejado todo desordenado, pero yo estaba bastante segura de que le había cerrado antes de salir. Esa noche mientras jugábamos a el celular, escuchamos una risa adentro del closet, una risa bajita, como si alguien tratara de no ser oído. Pensamos que era el vecino, pero elf no daba otro departamento, sino el baño. Mi hermano que siempre fue más valiente, se acercó, abrió la puerta y dijo, ¿hay alguien ahí? Nada, sólo reflejo del baño en el espejo del fondo. Cerro la puerta y se fue a dormir. Yo me quedé dormida con la sensación de que alguien estaba mirándonos. Y esa noche soñé con un niño que tenía la misma cara que mi hermano. Aunque yo sabía que no era él. En el sueño me hablaba desde el paciente del condominio. Me pedía que saliera con él, que lo acompañara. Desperté de golpe en papá de en su dor, eran las tres y veintisiete de la madrugada. Entonces ya completamente despierta, escuche pasos afuera del cuarto, pasitos rápidos, y después un golpecito suave en la puerta. No habrí, por supuesto que no habrí. A la mañana siguiente le conté a mi mamá, pero me pidió que no le dijera nada mi hermano porque podía asustarse más. Y esa misma noche pasó algo peor. Mi abuela, que había llegado a pasar el fin de semana con nosotros, durmía en el sofá del área común. A esos de las dos, la mañana escuchó que alguien caminaba hacia la cocina. Abrió los ojos. Vió un niño flequito en la escuridad. Dió por sentado que era mi hermano. Le habló bajito. No puedes dormir, mi amor. El niño se quedó quieto frente a ella, pero no le respondió.

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Ella me contó que tenía la misma estatura, la misma pillama, la misma cara de mi hermano, pero que no le dijo nada.

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Que solo dio media vuelta y caminó hacia el pasillo de las habitaciones.

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Mi abuela se levantó para seguirlo y al llegar al cuarto, vio que mi hermano dormía profundamente en la cama. Dijo que entonces se sintió un frío horrible, como si todo el cuarto estuviera en un congelador de repente. Las últimas noches todos sormimos con las luces prendidas. El último día, mientras mi mamá guardaba las maletas, yo me quedé sola en la habitación. Estaba recogiendo unas cosas con escuché que alguien me habló con vos. Infantil. Muy suave. Disciento mi nombre. Tienes que ir a mi hermano, pero cuando sería el pasillo, ¿víe que le estaba fuera con mis papás? Reresé al cuarto y me quedé quieta. Dimi reflejo en el espejo. Detrás de mí estaba él. El miso niño, identico mi hermano pero muy pálido. Con los ojos extremadamente abiertos. Solo me miraba, no se movía, no parecía intentar asustarme. Yo no dije nada, no grité, solo salí del cuarto y me metí al coche si mirara atrás. Mi mamá me preguntó que tenía pero no le dije nada, no tenía nada. Regresamos asiodado por alguna esa misma tarde. Todo volvió a la normalidad hasta que un par de semanas después, cuando ya nadie hablaba del viaje, me esperte a media noche porque escuché a alguien resando en el cuarto de el ato. Era la voz de un niño, resaba muy despacio como en sus uroos. Me levanté y fue al cuarto de mi hermano, pero le estaba dormido. Estaba sucediendo de nuevo. Volvía al mío y la voz y yo unos segundos más, hasta que finalmente se tuvo de golpe. Desde entonces no lo vuelto a escuchar, pero nunca me traía a preguntarse alguien más lo hizo ya en la casa. Creo que ese niño se vino con nosotros. ¿Quién sabe? Quizás después de tantos años y ya aquí. Pero a menos ya no lo podemos escuchar. Hola, Oriel. Y Hola comunidad. Mi nombre es Mariela y soy de Santiago de Chile. Hace un tiempo me dijo me hizo escuchar relatos a la noche y junto a él y mi familia nos hicimos fans de sus historias. Yo les conté una que sucedía en mi familia cuando mi hijo mayor tenía tres años apenas. Nesejos luego de escucharle a mi marón en vértela. Me gustaría que les escucharas y pudieras contarle a la comunidad. Si lo haces, te pido solo por favor que nos cambies los nombres. A mi familia no le gustaría. Aún después de tantos años, no les gusta hablar de lo que sucedió. Y los que en ese entonces eran niños ya no lo recuerdan. Y es mejor así. Esta es mi historia. Fue en el año 1995, junto a mi marido y mi hijo nos íbimos a vivir a la casa de mi abuelita. Ella me dejó su clasita y la compratía con mi teor Raúl y su familia. Mi abuela se viva a vivir con su hija menor, patricia y sus dos hijas Elisa de 4 y 5 años. Y su esposo Héctor vivía en otra comuna. Una noche nos llamaron por teléfono. Era mi teo Héctor avisando que mi tea Patricia estaba muy enferma. Mi teo Raúl y su hijo mayor partieron del metiato. Yo me quedé tranquila, esperando hasta muy tarde a que regresaran con noticias cuando lo hicieron mi primo golpe a la puerta. Le pregunté que había pasado, ¿cómo estaba mi tía? Recuerdo bien que era de madrugada y así ha mucho frío. Mi primo entró a mi cuarto y no te que venía muy asustado. Me dijo que si podía dormirse en la cama de mi hijo. y que te que sí y pase al niño a mi cama. Al poco rato sin poder dormir, mi primo me preguntó si tenía una vivia. Le pregunté por qué y me respondió. Porque tengo mucho miedo. Mañana te cuento. No quiero, no puedo hablar ahorita. Estaba completamente pálido. En ese tiempo yo no tenía viven y nada de eso. No creían absolutamente nada. Al día siguiente nos contó muy por encima lo que había ocurrido. Dijo que mi tía parecía poseída, que no era ella. Contó que vio que quiso clavarse en cuchillo, que tenía una fuerza es como un al, y que lo más le había impactado era como hablaba, los cosas que decía, pero no quiso entrar en detalles, solo repetía que estaba muerto de miedo, que nunca lo iba a superar. ese día acordamos ir a verla, mi primo no quiso y me pidió que dejar a mi hijo en casa,

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dijo que no era buena idea que los niños fueran, él se quedó cuidando a mis sobrinos ya mi hijo, así que fuimos mi teorraúl, su esposa, mi esposo y yo, al llegar mi abolita y el marido de mi tía estaban muy nerviosos, había empezado a colgar cruces hechas con ramas de parque y y los rojos en las puertas y en las ventanas de la casa.

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Alguien se había dicho que eso podía chuzar. había empezado a colgar cruces hechas con ramas de parque y lo rojo en las puertas y en las

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ventanas de la casa. Alguien se había dicho que eso podía ayudar. Entre a la pieza donde estaba mi tía. Estaba costada, se veía mal. Se estaba quejando mucho de dolor de cabeza y pedía que apagaron las luces porque le molestaban. así que la casa estaba en penumbra, con un ambiente bastante pesado. Ese día me pidió que le acompañara al baño, le costaba caminar, el baño quedaba justo frente a su cuarto, con un espejo grande sobre las mamanos. La compañía se apoyó a junpoco la cabeza y se miró en el espejo, De miro a mí a través de él, y entonces empezó a reír, pero no era una risa normal. Era ronca, aterradora, ella jamás se había reído de esa manera. Parece a que su mandíbulas se veis locados de la abierta que la tenía, como las películas de terror. Curiosamente, será la única pieza de la casa que no tiene una cruza parque en la ventana. Las sacamos el baño y las sentamos en una silla en la sala. Ella hablaba con una voz casi masculina, diciendo cosas sirientes a todos los que estábamos cerca. Muy herientes, reales. Cuando mi esposo les escuchó a Gorrón mis sobrinasñas y la sacó a la calle. Como pudimos la llevamos a nuevo a la pieza, era increíble la fuerza que tenía, sobre todo considerándolo flaquita que era. Forsejaba, cerría. Yo al igual que mi esposo quise salir corriendo pero reaccioné. Pensé cómo me voy a ir, es mi tía. Así que entonces se empecé a hablarle, a pedirle que reaccionara. En ese momento, cuando me volteo a ver, por primera vez en mi vida sentí un escalofrió que me recorrió todo el cuerpo, un tipo de escalofrió que no ha vuel a sentir, aun así logramos llevar a la cama, mi abulita resaba, al igual que al esposo de Meteor Raul, en un momento a mi tía, con esa misma voz ronca, y lo hacia donde estábamos mi tío Raul y yo, y dijo, ¿Para qué trae a su papá si esta mía. Y de pronto, la puerta de la habitación se cerró sola. Por un segundo, por un segundo, mi tía. Podría decir que mi tía le evitó unos cuantos centímetros de la cama y luego cayó. Quizás fue imperceptible, pero yo lo vi. Yo vi cómo se levantó, cómo se elevó unos centímetros, estando costada. Justo en ese momento había llegado mi abuelo. No sabíamos que venía por entrar a la casa y se cayó violentamente al cruzar la puerta. Yo siendo séptica trataba de encontrar una explicación lógica a todo. Pensaba que quizás mi tía estaba enferma, una enfermedad mental que la afectaba mucho, que algo le pasó de chica, que se va dado un golpe en la cabeza, no sé. Intenta explicarlo de cualquier manera, antes de aceptar que estamos ante una posición, cuando volvimos a casa solo podía pensar en que se había vuelto loca, que mi tía se había vuelto loca para siempre. Por eso decidimos que alguien tenía que quedarse con mi abuela para ayudar a cuidar de mi tía y de las niñas. Le pedía a la esposa de mi teorraúl que cuidara a mi hijo y yo me comprometía ir cada mañana a ayudar a mi abuela. Me fui valiente, o eso creía, porque estaba reasia convencerme de lo paranormal. A esa vez que llegara a casa no te que las niñas estaban raras, asustadas. Normalmente andaban detrás mío, pero ese día estaban pegadas a mí, como si buscaron protección. Esa noche mi tía se quejaba de que no podía dormir, que se sentía mal. Mi abuela ha llenado a la pieza con cruces hechas con parque, y no paraba de rezar. El marido de mi tía, Héctor, torrajo a un cura. Estamos conversando con él en la sala cuando mi tía salió de la habitación. Fue era de sí, gritando y ofendiendo al cura. Yo trataba de calmarla cuando de repente se le aventó encima al padre, entre él y Héctor por fin le sujetaron y la tiraron al suelo de la sala. El cura se subió sobre ella, sujetando las manos con arrodillas y resaba con una cruz grande de plata. Mi avuelita y actor también resaban, yo estaba detrás de ellos. El cura sella resando con acrusen alto y en momentos se la metió en la boca mientras ella gritaba y se retorcía. Cuando se las acó la cruz estaba amarilla, como si se hubiera excit Después de eso se calmó, la tomaron y la dejaron en la habitación. El cura chóago avenita por toda la casa, luego llevó a Eto repacio, conversaron por un rato y luego se fue. Eto me dijo que el cura no iba a volver, le dijo que no podía hacer nada más. Estábamos completamente solos. Al día siguiente me fue temprano de nuevo para ayudar a mi abuela. Ella anda a mi enferma y se veía muy cansada. Era de esas abuelas antiguas que nunca dormía siesta, siempre cocinando, plantando, siempre siendo algo. Pero ese día se sento en su sillón y se quedó dormida porque había pasado una noche terrible. Después se dejara metir dormiendo me senté en la sala, entonces le lisa y la cara se sentaron conmigo en el sillón grande. Me empezó a dar mucho sueño, no podía mantener los ojos abiertos, luchaba por no dormirme. A ti cuenta de que las niñas también se habían quedado dormidas en mis brazos, las tenía abrazadas, volteé a ver a mi abuela y también estaba dormida. De repente muy lejos escuché mi nombre, me parede en mediatur y fui a donde miía patricia. Cuando entrey me tía me gritó. No, sale aquí. Lo intentaba calmarla con la mano y él insistía. No, andate sale aquí. Le tomé la mano y le dije, patricia, soy yo. Entonces se puso a llorar Bracea le pregunté que le pasaba, me dijo, te estaba hablando de ese rato y entraste dos veces, pero no eras tú, le dije que se tranquilizara, que si era yo y la Bracea solo quería que se sintiera mejor, ella tenía una vible, yo no con agua en t en ti tan sumacita de noche. Le puse leer la vible aunque yo no rezaba, la abrí en el salmo 23. El señor es mi pastor y empecé a leer apoyada en el respaldo de la cama con mi tía brasada a mi. Y de repente pasó algo muy muy extraño. Por fuera de la puerta vi pasar una cosa negra por el pasillo, cruzándose a la pieza de las niñas. Me pare, tomé el agua bendita y me fui al cuarto donde estaban. Más por ravi a que por miedo, empecé a gritar la groserías, todas las que se me ocurrieron, había escuchado que eso se debía hacer cuando un espíritu te molesta. Me ha vuelado esperto a escucharme gritar y empezó a arriesgar, entendiendo lo que estaba pasando, yo sé que ya furiosa, cambié el miedo por la ira por el resto de la noche para soportarlo. El otro director trajo los hermanos abanjélicos porque el cura ya no quiso volver. Llegaron en detarde. A eso el tour de las niñas ya estaban con mucho miedo. Mi abuelita lloraba y resaba. Y te apedía que trajeran a alguien que la ayudara. A quien fuera. Ector y el tío Raúl llegaron con los abanjélicos, yo estaba ahí, entraron todos al cuarto de mi tía y empezaron a horrar, de repente el pastor se paró frente a mi y me dijo, usted salga, por lo que corta la oración, usted no cree, me salí y no se vien que paso esa vez, pero escuché muchos gritos, Escuchaba desde afuera pero no supe exactamente que tanto ocurrió allá dentro, porque el teorragón nunca quisó hablar del tema. A él también le habían pasado cosas antes, así que creo que le daba miedo incluso mencionarlo. Al día siguiente, actor se quedó en la casa y no fue a trabajar. Yo aproveché y fui a hablar con un cura. Fiel centro buscar una iglesia, entré a la primera que encontré y pedí hablar con el sacerdote. Me hicieron esperar un rato, pero al final pude hablar con él. Le conté todo, tal como lo había vivido, porque esto me salgo que me contaron. yo lo viví, el cura me miró y me dijo mira yo no te puedo decir que esto es verdad que hay una posesión pero tampoco te puedo decir que es mentira, me preguntó si tenía hijos le dije si que tenía unos de tres años entonces Entonces me regaló una cadenita de plata que

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todavía tengo y me dijo, pánsela tu hijo. La bendijo en mí es muy maraviteo. Pánsela, no lo lleves a ese lugar por ningún motivo, porque de nuevo, mi intención no es asustarte, pero no te puedo asegurar que todo esto sea una mentira.

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Quede como una sensación extraña, como si me confirmara sin hacer lo que todo si era verdad, que algo realmente estaba pasando. Me senté en iglesia por primera vez en mi vida y me fijé en una virgen que había ahí.

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Era la virgen del rosario, la misma que mi mamá tenía en su tumba. Yo no tenía idea de eso en ese momento, de esa tan extraña casualidad. Me salió de la alma por meterle ir a rezarle nueve jueves seguidos ayuta a la metía. Salí de inglés y justo afuera había puestos que vendían estampitas y que de mitas de plata con crucificos. Compré dos cadenitas más y volví a hablar con el cura. El epidismo de haber decirlas para las niñas de mi tía ya si fue. Volvía a la casa de mi pobre tía. Le puse las cadenas a las niñas y les dije bien claro. No se las sacan por

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nada del mundo, si alguien le dice que se las tienen que quitar, no lo vayan a ser. Como siempre me se han caso, sobre todo la más chiquita, no se las quitaron. Mi tía se vio un poco mejor aunque no del todo bien. Pasaron varios días en que parecía que todo se había calmado.

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Después de la visita de los abangeljélicos la casa se sentía mucho más tranquila. Pero un día las niñas me contaron que la noche había pasado algo raro. Que algo bajo del techo. Una figura que las invitaba a jugar. le decía que para ir con él tenía que quitar esas cadenas al cuello Elisa la más chiquita le dijo que no Me contó que le respondió que yo le he dicho que no se la podía quitar así que no iba a hacerlo y así fue Después de eso de nuevo todo se calmo. Fue una semana tranquila, pero de un momento a otro volvieron a llamarnos. Estamos en la casa del pinar cuando nos avisaron que Patricia había recaído otra vez. Todos partieron para allá, pero yo no fui. No recuerdo bien por qué, pero creo que me quedé con mi hijo. Después de eso, decieron llamáramos monges tras y leños que sean trabajos espirituales a distancia. Estos monges eran muy fuertes espiritualmente y desde que ellos empezaron con sus rituales, mi tía comenzó a mejorar de a poco, pero cada día un poco más. Al poco tiempo no se diffone mes o dos. Mi abuelita nos contó algo impresionante. La vecina de enfrente estaba pasando por lo mismo que Patricia. Pero la vecina le estaban haciendo curas de sueño. La internávan y la hacían dormir. Al final, como seis meses después, nos enteramos que la había internado permanentemente en un manicómios, pero yo sé que esa señora nunca estuvo loca y también sé que eso que molestó a mi tía aunando por ahí. Esta casa después intento vender pero nunca nadie la compró y yo cumplí mi promesa, fuimos nueve jueves a rezar el avirgen de Rosario. Años después conoció una religión que se llama Santería. Hoy soy Santera y me dedico a ayudar a personas que tienen este tipo de problemas. Tengo, por supuesto, más historias que he vivido en los últimos años y espero poder contarlas pronto. Como les dije, sé que eso que atacó a mi tía aún está por aquí, pero ya estoy mucho más preparada para enfrentarlo. Gracias por leerme, que tengan muy buenas noches. Y gracias a ustedes por seguir por aquí, ya casi logra sobrevivir a este episodio aunque aún no os quedo una historia más bastante, bastante aterradora. Sin embargo te queremos decir que, celebrando que nuestro libro, Relatos a la noche, ya está disponible en España, con una edición española 100% vamos a regalar 5 libros en Instagram y 5 en TikTok.

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Ves a seguirnos por allá y comenta yo quiero un libro para participar, estamos como RDLN oficial en ambos lados. Cualquier otra cuenta que tenga puntos o guiones o números, cualquiera otra es pirata,LN oficial, es la única real, la única verdadera. El libro te va a llegar no importa en donde estés, escuchando. Continuamos. Hola comunidad de relatos en la noche. mire movictro valera y quiero compartirles una historia que me pasó hace poco. Y bueno, aprendí que no siempre es adecuado encontrar lo que uno anda buscando. Esto ocurrió apenas hace dos semanas sin San Pedro Cholula, Puebla, específicamente en el Cerro Zapotecas. Un lugar que además de ser una reserva ecológica, es conocido por algo más oscuro, una cueva que se concuenten, está habitada por el diablo, dicen que hay dentro se hacen pactos que la gente ha visto figuras oscuras y que el tiempo no corre igual cuando entras, cuando estás ahí. Se habla de un hombre vestido de negro que se aparecen a la madrug. De voces que te llaman desde el fondo si está cerca. Y de personas que entran pero nunca vuelven a salir. Mi amigo que rellove habíamos escuchado sus historias desde hace mucho tiempo. Una noche entre platic y platican nos preguntamos. ¿Y si vamos? ¿Y si comprobamos por nosotros mismos que hay ahí? Lo planeamos por semanas. La idea era subir al cerro de noche a campar y estar justo a las tres de la mañana en entrada de la famosa cueva del diablo. El día llegó era 8 de julio de 2025. Nos vimos en casa de mi amigo que vivió un poco más cerca del cerro, ejan como la 7 de la noche,

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alistamos mochilas, linternas, comida y salimos pocos despuesa las 9. El camino fue tranquilo, caí solitarias como siempre entre semana, los que viven por ahí saben que esas calles rumbo al cerro siguieran desiglistas los fin de semana, pero entre semana no pasa nadie. Vamos a la entrada del cerro pocos después de las 10.

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Suimos con estas linternas, los sleeping bags o bolsas a dormir, y lo necesario para pasar la noche. No hacía frío pero el aire se sentía fresco. El cerro incluso desde abajo tenía algo extraño en la noche. Un silencio raro, como si los amigos naturales estuvieran apagados por algo. No sé, por algo más viejo, más profundo. Pasamos por algunas zonas abiertas con árboles que por un momento sentí que parecía moverse en más el humor mal. Encontramos un claro y ahí armamos la tienda. Serían las 11 y media cuando ya estábamos listos para dormir un rato antes de seguir subiendo la cueva. El cielo estaba completamente negro, ni una luna, ni una estrella. A que rale costo trabajo dormirse, yo seré los ojos pero lo que viví o soñé, no sé cómo explicarlo. Me dejo mercado. A las 12, 37 sentí que algo tocaba la tienda. Al principio tense que era el viento o algún animalito, pero luego escuchó una respiración. Difficultosa, lenta. Muy cerca de mi oído, pero, desde afuera. No, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no,, ¿verdad? No respondí. No sabía si hablaba dormido si él también estaba escuchando. Pasar unos minutos, el sonido se de tú y después no se escuchó nada más. Casi las dos de la mañana nos levantamos, no pusíamos dormir. El ambiente se sentía operativo como si alguien nos apretara el pecho. Recogimos todo y comenzamos a caminar hacia el sendero que llevaba la cueva. Guerra empezó a quedarse atrás. Le pregunté si estaba bien y solo dijo, ¡uey! No estoy seguro de que esto sea buena idea. Ya estamos aquí aguanta. La respondí. Y justo en ese momento escuchamos, pasos detrás de nosotros. Claro, secos, como si alguien nos estuviera siguiendo. Nos estuvimos, no había nadie, ni un grillo ni el viento, el cerro parece a contener la respiración. Al mejor habita se burran de mí pero en ese momento de mi me emocionaba, la verdad, por eso precisamente habíamos ido, pero mi amigo tenía otra cara, estaba palito, como si supiera que algo iba a pasar. unos minutos después lo encontramos, la entrada de la cueva, no estaba señalizada, solo era una verdura entre piedras negras y terraúmeda. Desde fuera ya se sentía una escuridad diferente, como si la luz no pudiera entrar ahí. Encendimos las linternas y entramos. El olor fue lo primero. Una mezcla entre el hierro viejo y tierra podrida. Después las linternas empezaron a parpadear como si se quedaran sin carga. Y nuestras voces comenzaron a zonarraras. Yo hablaba pero la voce guerra se escuchaba como si viniera desde ese otro lugar. Más lenta, más historionada, de Hanna. En una de las paredes había marcas semanas. no pintadas sino, un tidas en las piedras.

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Abansamos un poco más y entonces, escuchamos lo peor de aquella noche.

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