Puedes estar muy, pero muy orgulloso, orgullosa de no haber hecho el daño que te han hecho a ti.

Así que quiero recordarte que aferrarte a lo perdido, pues siempre va a causar daños muy significativos.

Mira, irte, de donde no te quieren, es un acto de amor enorme.

Ese apego que está causado tanto dolor, es tiempo de tirarlo.

Porque en ese apego también has terminado ofendiendo a otros que no tenían vela en el entierro.

El apego es anímicamente agotador.

Al nivel que puede llegar a ser devastadora en nuestra vida.

Y yo sé que a veces no entiendes cómo salió de ahí yo también.

Pero mantenerte aferrado requiere de una energía mental y emocional constante y masiva que es destructora.

El apego es un resentimiento.

Siempre te va a llevar a la irritabilidad, a la estrés, a la ansiedad.

Y lo que va a terminar por impactar negativamente tu salud en todas las esferas.

Capiche con eso, te estás minando por dentro.

Estás minando tus relaciones poco a poco y estas van a terminar muy dañadas.

Para, porque si te aferras a ese resentimiento, es muy probable que ya estés comunicándote con los demás, con las perezas, con desconfianza.

Eso no va a ser de beneficio para ti.

Porque aferrarte una pérdida que branta la calidad de tu vida.

Te va a llevar al aislamiento total.

Vas a terminar desarrollando una incapacidad para crear nuevos vínculos que son muy importantes para tu salud y que son muy buenos para tu vida.

Mira, todos tenemos esos días que no sabemos ni entendemos que carajos estamos haciendo y se vale.

Pero esa no tiene por qué ser la tendencia de tu vida.

Alegarte de todo y de todos, no es algo bueno.

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