La primera imagen de Jesús, que recuerdo cuando era chiquito, era un Jesús con un cabello

mucho, muy largo, suelto, rubio, carangulosa, piel blanca, pálida, casi un galán,

era casi un galán venezolano, no cierto, o un galán brasileiro, como el Jesús más

moderno, pero yo lo recuerdo cuando era niño que me pasaban diapositivas y llevaba una túnica

blanca con una banda roja cruzada y en sus brazos os tenía un cordelito dormido y era como

para mí era un tío bueno, Jesús que acariciaba las cabezas de los niños y de las niñas y

daban consejos tipo, sean buenos con mami, sean buenos con papi, hagan la tarea, preferimos a ese

Jesús, son Jesús altos, a un Jesús bien parecido y por sobre todo, es velto, no cierto,

armónico y nos gusta la idea así de un Jesús con ojos azules, la gran mayoría de su consciente

colectivo, Hollywood lo ha retratado así, un Jesús con ojos azules, europeo, no sabemos por qué,

pues no hacía un judía pero ha gringado, casi un hueso colorado, como le dicen aquí a los gringos,

alejado totalmente de las fisonomías del medio oriente, pero los castín de Hollywood no respetan

la realidad, ni la veracidad, el Jesús de Hollywood o todos los Jesús que han defilado por la

pantalla grande, por el celuloide siempre han sido unos Jesucristo perfectos y cuando en algunas

culturas retratan a un Jesús regordete o fieo o distinto porque cada cultura dice que

que tiene su Jesús, o como se lo imagina, a nosotros en occidente hasta nos parecen ofensivas

esas imágenes, no, hasta blasfemas en cierto punto, porque si no, ese no es el Jesús que yo

imagino, pero sea que imagina cada quien, digo en términos físicos y debido al silencio de los

evangelios no podemos saber cuál era la apariencia de Jesús, cómo era y me parece muy no que sea así,

es creo que intencional que es así porque nuestras representaciones de lo que creemos que era

Jesús estéticamente dicen más acerca de nosotros mismos que de él, o sea es lo que nosotros creemos

que es la estética o el canon de la belleza, para cada quien la belleza es relativa y nosotros

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