¡Buenos días! Gracias por estar aquí en despertando pocas. Iniciemos este día presentes y conscientes. Tienes una actividad importante que realizar con fecha límite de entrega, pero en lugar de sentar de hacerla, te pones a contestar correos, al impiar tu cuarto, o le llamas a tu mamá para ver cómo está. Te suena este escenario, te presento la la procrastinación, uno de los grandes enemigos de la productividad. Pero ojo, antes de seguir, quiero hacer una importante aclaración. Quien suele procrastinar, no necesariamente lo hace desde un lugar de floogera. En muchas ocasiones, lo que pasa es que detrás de eso, hay un mal manejo de emociones. Ya que no sabemos cómo hacerle frente a situaciones retadoras, a actividades que nos parecen aburridas o complicadas, o incluso a les tres y la ansiedad. Así que si alguna vez te has encontrado en estos escenarios, intentan no juzgarte y conecta con la autocompación. Intenta no ser tan dura o duro contigo y mejor busque herramientas que te ayuden a hacerle frente a esta situación de forma assertiva. Hoy me gustaría compartirte 5 tips que te ayuden a evitar la procrastinación. Así que toma lo que te hagas sentido y ponlas a prueba para ver si te funcionan y logras cumplir con tus actividades de forma más rápida y eficiente. 1. Crear rutinas que te ayude a nadarle orden a tus días. Recuerda que tener una rutina la que podamos volver todos los días nos ayuda a que llevar a cabo las tareas cotidianas sea un poco más fácil. Ya que al automatizarlas requieren de menos esfuerzo de nuestra parte. Ahora, es importante buscar formas de hacer que esta rutina sea lo más disfrutable posible. Así que intercala las tareas que menos disfrutas con las que más te gusta hacer. Piense en pequeños cambios que puedas llevar a cabo. Por ejemplo, si una parte de tu rutina que te cuesta mucho trabajo es lavar los platos, ponde fondo un podcast o música que disfrutes y, a lo mejor, así se hace un poco más llevar deero. 2. Divide tus grandes metas y empieza con pasos pequeños. A veces nos cuesta trabajo empezar a hacer algo, porque lo vemos como algo enorme y nos abrumamos. Pero si dividimos esa gran tarea en pequeños escalones, de pronto todo es más realizable. Por ejemplo, si tienes un entregue en el trabajo en la escuela de un proyecto, dividelo en partes y preocupate de una a la vez. Ponte una meta pequeña para darle inicio al proyecto, y una vez que la termines pasa lo siguiente. Eso te irá dando ciertas dosis de satisfacción y motivación, que te permitirán seguir adelante con más facilidad. 3. Date tiempo para planificar. Es importante no saltarnos este paso y realmente crear espacios en los que podamos organizar nuestro tiempo y definir cuando vamos a hacer qué cosas. De otra forma viviremos improvisando y esto no solo es vivir más cansado, sino que también abre el margen de error y hace que evitar hacer ciertas cosas sea mucho más fácil. Así que hasta la vida más sencilla y usa gendas, calendarios, o cualquier herramienta que te permita planificar tus días, tus semanas o tus meses. Cualquier cosa que te ayude a marcar un plan de acción para cumplir con tus metas objetivos. Cuatro. Aprende a priorizar y a decir que no. Muchas veces también os cuesta trabajo empezar a hacer cosas, porque pensamos que todo lo que esté nuestra lista de pendientes es urgente e igual de importante. Así que empieza a priorizar y a definir que necesita primero de tu atención y de tu energía. También es importante que sepas darle a tu tiempo el valor que merece. Así que, dí que no, cuando sepas que no puedes abarcar más actividades. Y nunca olvides lo importante que es tener espacios para el descanso y el entretenimiento. Tenimiento. 5.

Define bloques de tiempo para hacer las cosas. Una de las técnicas más útiles para hacer lo que necesitas hacer es definir bloques de tiempo usando técnicas como el método del pomodoro. El cual propone que te concentres completamente en una tarea a la vez, sin ningún tipo de distracción por 25 minutos. Una vez que se termine ese tiempo, pon un cronómetro por 5 minutos en los que te permitas descansar y distraerte con lo que tú quieras. pites de mismo ciclo 3 o 4 veces. Y después toma de un descanso largo de 15 a 30 minutos. Esto te permitirá concentrarte con más facilidad, teniendo también esos espacios para descansar. Y ahí te va a un tip extra. Una técnica buenísima que no falla es la regla de los dos minutos. Es sumamente simple. Si tienes algo que hacer, que te va a tomar menos de dos minutos, no lo planifiques. Simplemente hazlo. Espero que te sirvan estas herramientas y que las puedas aplicar en tu vida diaria para decirle a Dios a la procrastinación y poder hacerle frente a esas listas que tienes

dependientes.

Gracias por estar aquí.

Esto es despertando pocas en colaboración con Eikas. Kiss.