nuestras abuelitas siempre nos han dicho que no tomemos decisiones con la cabeza caliente y eso claro que esa beduría puri popular pero la verdad es que en la vida es muy difícil separar el pensamiento del sentimiento cuando al final pues uno está molgado con el sincél del otro. Creo que uno se tiene que hacer dos grandes preguntas antes de tomar una decisión. Estoy tomando esta decisión porque estoy feliz o porque las condiciones en realidad están dadas para ello. Estoy tomando esta decisión porque estoy triste o porque realmente esto es bueno para mí. Creo que quien entra en el dominio propio siempre va a mejorar sustancialmente la toma de decisiones en su vida. Creo que lo único que podemos hacer para minimizar el efecto de esta cabecita caliente ofría, pues es comprender, pero sobre todo, cosa hacer consciente de cómo opera nuestra cabeza y estar preparado para el efecto de esta cabecita. Las emociones siempre van a afectar los procesos de nuestras tomas de decisiones, y esto es un rango muy complejo y hondo, esto va más allá de la dualidad positiva negativo, porque

dos estados negativos, por ejemplo, tienen influencia distinte y a su vez se pueden comportar

como una emoción de naturaleza positiva, sí, me vamos a explicar mejor. Ok, te vieron

un ascenso, después de ese ascenso que pasa, sales de allí con unas tremendas ganas de cambiar

tu nave, tu coche, estás en este estado de emoción, eso va a tener sentido para tu cabeza porque ahora vas a ganar más

dinero, tus relaciones van a cambiar, pero también tienes que comprender que al mismo tiempo estás en un estado que está promocionando en ti una conducta que no es del todo acertiva y que esa conducta está repleta de sesgos, lo mismo vas suceder cuando tu jefe se pasa de pistola te hace pasar por un coraje te vas a

redactar esa renuncia porque ahora sí según tú vas a hacer el negocio que querías, porque ahora sí vas a avanzar en ese emprendimiento que siempre soñaste. Nada. Esas sí no es una buena forma de avanzar en la vida. Eso no es un buen momento para tomar decisión, porque no estás midiendo las consecuencias, estás avanzando en la impulsividad.

Te voy a decir algo de lo que a lo mojón ores del todo consciente. La alegría y la raria se parecen muchísimo. Los estados de felicidad pueden ser igual de peligrosos o propensos al riesgo como el estado de la ira o de la angustia. Yo he utilizado una forma en en mi vida para reducir el riesgo de mis emociones es aprender a medir la intención y la intensidad de la emoción. Esto te ayuda a compensar. Mire, yo soy un tipo que puede avanzar de manera impulsiva. Pero he aprendido a entrenarme el dominio propio. Respira baja un enorme porcentaje de mis decisiones simpulsivas, una respiración diafragmática, tres segundos o guardar silencio, una decisión es mejor cuando viene de la análisis y de una emoción armonica, únicamente de la análisis o de la emoción, sino de la dupla, de la emoción y de la decisión armonica, tú tienes que dominar la emoción, no al revés, es importante no vivir decidiendo de acuerdo a los humores del día. Mira, hay momentos para la tormenta, hay momentos para la calma, pero nambos, tenemos que aprender a ser prudentes y no dejar que las aguas de las emociones empiezan a llevar nuestro navío en la vida. Si tú dejas que las emociones manejen tu vida tarde o

temprano, los vientos te van a llevar a perderte en donde no querías, capíse con eso.

Entrenla en el dominio propio y antes de decidir respirar.

Parece una preinejada, pero lo cambia todo.

Respira.