¿Quién dice que tener estrellas o paca tu belleza?

¿Quién fue el idiota que despreció tus caderas anchas y te pidió que las ocultaras?

Está muy ciego, esa persona que te avergonzó por la forma de tus senos o te condenó por la marca de un embarazo. Está perdido el que no sabe encontrar belleza en tus arrugas o gozo en esa voz cansada. Mujer eres más que en opinión, más con estandar, más con imagen.

¿Eres lo que Dios dice que eres primero?

No lo que un hombre dice que debe ser. Tú no naciste para encajar en un molde hecho por la mente de un nombre que está roto, no estás aquí para disculparte porque existieron un cuerpo que real. Sato piel está hecha para contar historias que la vanidad no podrá entender y esas curvas que tienes son el camino

que la perfección no va a poder recorrer. A quien entender que la autenticidad en la vida no está la venta, la dignidad no es negociable querida. Tú eres templo, eres testimonio, eres tierra fértil en donde Dios ha sembrado propósito, no hay una cicatriz que te reste, no hay un peso que te quite valor, no hay un espejo que pueda reflejar todo lo que verdaderamente eres, tú eres diseñada con intención. Ha sido amada desde antes de tu primer latido y está sellada con el valor de lo eterno. Levantate, crida, ahora. Quien se atreva un día mirarte con ojos verdaderos de amor, va a ver en ti lo que el cielo celebra y lo que la tierra nunca podrá ignorar una mujer completa. Sagrada, imperfecta, y no te machiques. No te borres, no te calles, eres hija, no objeto, eres linaje, no sobra, eres una promesa cumplida, no eres un accidente en la fábrica y si alguna vez dudas de quién eres, recuerda esto. Eres la obra maestra del artista que nunca falla.

Bendita eres.

Hoy y simple.