¡Uvo!

¡Estamos listos! ¡Dígame conmigo! ¡Estoy listo!

Voy a transmitirte uno de esos mensajes que...

Yo sé que es una obiedad, sino no estarías aquí,

o de el otro lado, pero necesito que prestes mucha atención

porque preste es mucha atención con los cinco sentidos,

porque hay, de tanto en tanto mensajes, que son muy coyunturales.

Hay cosas que tal vez dije en algún momento que voy a volver a insistir

y sentía de parte del Espíritu Santo,

de decir que lo digo otra vez, hay cosas que he hecho hace dos, tres años.

Sin embargo, el señor siempre la palabra no vuelve así,

cuando el señor nos insiste con algo es porque alguien necesita recibirlo ahora.

Por eso necesito que hagamos un trato, que me preste tus cinco sentidos

y yo va a transmitirte lo mejor que pueda lo que creo el apuesto a mi corazón.

Estamos listos para eso, sí o no?

Así que, aunque el título esté nebroso

y asusta y siempre causa con moción en las redes,

es maravillosa la manera en que Dios nos va a hablar.

Hace tiempo leía el fragmento de una novela

que describe un episodio en los cielos,

tal como se lo imagina el autor.

Resulta que los justos llegan a la puerta de los cielos

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