Todo golpe, todo embate nuestra vida, siempre es una invitación a renacer.

Y no renacer dos veces o tres, sino las veces que sean necesarias y que sea

más capaces de hacerlo. Porque en una vida queridos la verdad es que

caben miles de vidas, pero cuántas estás dispuesto, dispuesta, bien,

porque en un solo día puedes determinar una nueva existencia,

no solo día puedes equipsar una vida entera, porque no solo día puedes cambiar de naturaleza,

no borrándolas, sino interviniéndola, transformándola, interpretándola, resignificándola,

porque esta biología está viva, y si esto está vivo, toda biografía puede ser modificada, mejorada, largada,

trascendente, etcétera, tú y yo sufrimos en grandes cantidades porque

pensamos que las cosas deberían de ser de otra manera, o sea a nuestra manera.

Creemos que la mejor justicia es la de salirnos con la nuestra y que el futuro

siempre sabe menos que lo que nosotros sabemos de él, el futuro siempre

sabe más porque ya estuvo ahí, sabe porque de llegar somos nosotros los que tenemos que aceptar,

prepararnos, anticiparnos con la intención de provocar el futuro a nuestros favor, no

dejes que nada ni nadie te corte, las alas y mucho menos que sea tú misma, tú mismo el que se

desplume. Te quedan cientos de cielos por navegar. Perdónate, perdónate, porque a pesar de los

dolores tú y yo, en este preciso momento tenemos que volver a encontrar una forma de sonreír y el

luchar, con lo que tú y yo amamos con los que amamos con nuestros

sueños, con nuestras netas, no mañana, eh, no después, sino ahora mismo carajo.