Creo que nos urge una mente entrenada para soportar y tolerar el conflicto, que no controla el río de sus pensamientos terminado en un mar de emociones.

Cuando era más joven, tuve la oportunidad de convivir con personas sumamente inteligentes. Algunos de mis compañeros eran superdotados mentales, terminaron doble maestría o doctorado.

Grandesos que tenían memoria expansiva, yo de niño apenas si lo grababa recordar la capital de un estado, lo prometo, de niño, fui menos inteligente o apto según la sociedad.

Pero sin duda fue lo triple de preservantes, siempre sude más que aquellos que con un simple esfuerzo lo conseguían, donde algunos con un paso llegaban, a mí me costaba lo doble o lo triple, siempre tuve que esforzarme lo doble.

Pero clamé tanto, que rompí las ventanas de los cielos y la sabrí con disciplina y con obediencia, nunca me daba por vencido, no lo haré nunca.

Los que me conocen saben las tormentas que me han tocado, los que no llegaron era porque solamente estaban interesados.

Los que sí llegamos es porque estamos comprometidos el liceo, recibió una doble porción y yo quiero una doble porción de la doble porción del liceo.

Yo no sé lo que estoy pidiendo, pero siempre quiero más de él, nunca me voy a quedar con ganas de pedir más a Dios, nunca se le acaban las ganas de darme y a mí nunca se me acaban las ganas de pedirle a ti, te preocupan los problemas finitos, teniendo un dios infinito.

Tienes poco, porque pides poco, porque crees que mereces poco, lo eres todo, lo eres todo, pide más, mucho más, jamás te conformes.