Ser audaz y tener coraje es mucho más que un simple rasgo de personalidad. El coraje

implica a sumir responsabilidades por nuestras acciones y decisiones queridos que

hice conmigo un par de minutos para escuchar este mensaje. Porque el coraje en realidad no

espera que sucedan las cosas sino que te empuja a tomar iniciativa ante retos que realmente

son equivalentes, estás a estar dispuesto a tomar riesgos que no siempre están

perfectamente calculados, aunque el que tiene coraje, pues no se averguenza si el resultado no es

en esperado, porque depende de ti encontrar el equilibrio entre la valentía y la prudencia,

entre el riesgo y la precaución, entre lo bueno y lo trascendente entre el ordinario y la

grandeza. Pero sin coraje, pues todo queda muy lejos. El coraje es uno de los motores que

impugha la innovación, el progreso en todas las áreas de la vida. Desde los grandes

descubrimientos científicos, hasta los logros artísticos son los avances tecnológicos.

Siempre ha sido el coraje y seguirá haciendo el coraje en la fuerza motora detrás de todas estas

maravillas. Ahí están los mejores capítulos de la historia.

En el coraje, sin coraje nos estancamos.

Cada vez que tú y yo encontramos el coraje adentro de nosotros,

hemos experimentado en la transformación muy poderosa.

Y ya no he vuelto atrás.

El coraje no únicamente es para los valientes en las batallas éticas

o para aquellos que se enfrentan las situaciones extremas, no quiero porque sobre toda cosa el coraje. El coraje está presente en las pequeñas

acciones cotidianas en estas acciones que requiere de una dosis extra de audacia.

Se necesita coraje para respetarse, para cuidarse, para atenderse, para amarse,

se necesita coraje para querer ser muy bonito porque en cada uno de la ciudad, que es un lugar de la ciudad, que es un lugar de la ciudad,

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