A finales de marzo de este año, después del fin de semana más violento del siglo en el Salvador,

el gobierno decidió implementar un régimen de excepción.

Eso permite que se suspendan ciertos derechos en situaciones extremas,

como de tener a personas sin una orden judicial.

Una de las primeras ciudadanas en sufrirlas consecuencias implícitas de este régimen fue Roselia Rivas. Roselia es cosmetóloga y tiene un salón de belleza pequeño en San

Marcos Lempa, un municipio de unos 90 kilómetros al sur este de San Salvador.

Ahí también vendía bebidas, gaseosas, agua y cervezas.

La Roselia la llegaron intimidar al 26 de marzo, el día que fue más homicida en toda la

historia del Salvador. Él es Jaime Quintanilla, periodista Salvadorenio en la prensa gráfica.

Jaime entrevistó a Roselia.

Entonces, le llegaron a preguntar si tenía permiso de venta del col.

Y él le dijo que no.

Y una policía le dijo con estas palabras y así ven disponiendo derechos.

Luego se fueron, ya yo no habido domingo,

un esmarte por lo mismo que había tenido mucho

a pozo de ello. El 29 de marzo volvieron los policías.

Ella estaba en su casa, estaba tranquila, acababa de hacer limpieza y esta vez una llamada

con su esposo, llegaron los policías y le dijeron que salieran. Ella se acercó al

portón y le dijo que deseaban, que porque le han buscado. En abril, porque no es abierto, dicen que vende aquí abajo, me dice una gente,

donde yo le dije que no, que yo estaba enferme, que no estaba abriendo.

Porque no les podía decir a Dios que por el hostil y a la idea.

Y las policías le repetieron que salieron.

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