¡Vamos, listos, y uno!

Siempre suelo mencionar y me encanta el tema, que la neurogenesis nunca se detiene

en el cerebro adulto, el cerebro es el único órgano del ser humano que nunca deja de crecer

y las orejas de los barones, por supuesto que se van haciendo como las de un coca,

la medida que uno tiene más edad, pero el cerebro nunca se detiene, toda la creación

no hay nada más misterioso que ese kilo y medio de materia gris alojada en el

cráneo humano, no hay nada más misterioso, yo pienso que es la obra magna de la creación

de la cumbre de Dios, nuestra mente es una computadora de altísimo nivel, de mucha

complejidad, en líneas generales el cerebro consiste de 12 emisferios conectados por un

conjunto de 300 millones de fibras nerviosas que se llama el cuerpo cayoso y ambos emisferios

el izquierdo y el derecho son como si fueran dos procesadores paralelos, el emisferio

izquierdo del cerebro es lineal, el lógico, resolvemos los temas de matemáticas, de física,

de química y el derecho es intuitivo, creativo, los que son más creativos, los que tienen

una beta artística o instriónica desarrollan más el emisferio derecho, los que son

más lógicos, por ejemplo contadores, notarios, arquitectos, desarrollan más el emisferio

izquierdo y como dije, Dios nos creó con la capacidad de seguir aprendiendo, hasta

el día en que muramos, los neurólogos afirman que tenemos la capacidad de aprender algo

nuevo cada segundo, de cada minuto, de cada hora, de cada día, por el resto de nuestras

vividas, y yo pienso que esto es una inmensa responsabilidad porque aprender no es un lujo,

no es una opción, es una cuestión de mayor domía de saber gestionar ese regalo, es un

don que Dios nos da, el cerebro, y la aprender, gestionar como lo aprendemos es la manera en

que manejamos ese don o ese regalo, pero en algún lugar de la vida dejamos de vivir

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