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🗓️ 3 September 2020
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0:00.0 | Queridos oyentes, durante la pandemia de coronavirus, varias de las charlas Ted que les compartimos fueron grabadas en las casas de los oradores sin público en vivo, como por ejemplo la charla de hoy. En un mundo en el que el machismo histórico ya no tiene espacio, ¿cómo está evolucionando la masculinidad? Bienvenidos al podcast de Ted en español, soy Jarriga Arbullski. Cés Argalicia, psicólogo y sexólogo. En su charla de TDQ Ciudad de México nos muestra como la noción de Cervaron se asoció históricamente al manejo del poder, también nos propone cómo crear nuevos modelos de masculinidad. Mi primera pelea fue a los 14 años. En aquel entonces, un compañero llamado Mario me voleaba prácticamente todos los días. Yo era un adolescente flaco, timido, medio nerd, al que le aterraban los golpes, y por lo tanto, cada vez que me molestaba yo no hacía nada, despiarviaba la mirada y ya. Pero un día, algo cambió. Durante un aclase libre, Mario se puso frente a mí. Me empezó a decir de cosas como el usual. Yo solo miras y otro lado. Y de un momento para otro, me metí un cabezazo. Y yo ya no pude más. Me levanté, comenzamos a forsejear. todo el salón se puso alrededor de nosotros y empezó a gritar de cosas, cuando de repente Mario que era más grande y más fuerte que yo me tiró al piso. Y ahí en el piso sentí una furia, una tristeza y humillación como las que nunca antes había experimentado en mi vida. Me levanté, le metí un golpe en la nariz, otro en la boca, y lo seguí golpeando hasta acabar con las manos temblando y manchadas de sangre. Y con cada golpe me sentí tan fuerte, tan bravo, tan poderoso, que a la fecha recuerdo esa primera pelea como uno de los momentos de mi vida en que más me sentido como un hombre. Sentirse como un hombre. Parias veces, en talleres conferencias o terapia he hecho la siguiente pregunta. ¿Cuáles son los momentos de tu vida en que más te ha sentido como un hombre? Y siempre he obtenido una variedad interesante de respuestas. Cuando traigo en era lugar, cuando doy una orden y se cumple, cuando ganó una pelea, cuando mis hijos me atienden, cuando abrazo a mi pareja por la cintura y me siento grande fuerte, protectoro, cuando coqueteo con una mujer atractiva y la pongo nerviosa, cuando tengo sexorudo por horas, entre otras. El punto en común de estas experiencias es que todas son experiencias de ese poder, el poder de prover, el poder de dar órdenes, el poder de vencer un |
2:25.5 | contrincario, el poder de ser atendido, el poder de seducir, el poder de proteger. A los hombres se nos enseña desde niños, que nuestro valor en tanto hombres depende de que todo el tiempo tengamos poder. Nuestros juegos suelen ser de competencia porque hay que aprender a dominar a los otros, nos enseñan a seducir conquistando como si las personas que nos gustan fueran territorios libres en espera ser controlados. Nos dicen que ahora somos los hombres de la casa apenas falta nuestro padre o llegamos a la adolescencia. Casi todos recibimos una variación del famoso Los hombres no lloran, porque creemos que demostrar vulnerabilidad es lo puesto a demostrar poder. Y como decimos cuando un nombre no puede tener una elección, impotencia. A través de esta educación nos vuelven adictos a buscar experiencias de poder, en gran medida, porque quien es poderoso tiene privilegios. Y la promesa del machismo es que uno, tú mereces esos privilegios solo por ser hombre y dos, si tienes privilegios no vas a sufrir. Porque en esta cultura machista, ¿quién no es hombre o quien no es suficiente hombre, sufre mucho? Yo no quería pelear con Mario, pero era la única manera que tenía de recuperar |
4:05.3 | cierto poder frente a todo la cosa que sufre cada uno de los días que estuvo en secundaria. Pero ¿por qué Mario me molestaba? Ahí les va a un girar la trama. Mario me molestaba, porque él también era buleado, y mucho peor que yo. Cuando él era niño, tuvo un accidente en el que perdió algunos dedos de la mano. |
4:02.4 | Todo el salón se burlaba del constantemente por eso. Molesarme era una forma que tenía para recuperar el poder que los otros compañeros le quitaban al burlarse de él por ser un hombre incompleto. Los hombres tenemos tanta presión por mantener el poder y nos enseñan de tantas formas a buscar y a disfrutar su sensación como si fuera una droga, que su falta se vuelve psicológicamente intolerable, lo que nos lleva en muchas ocasiones a violentarnos o a violentar otras personas con tal de probar que somos hombres poderosos. Por poner algunos ejemplos. Una de cada tres mujeres sufrirá violencia sexual por parte de un hombre en algún momento de su vida y se piensa que uno de cada seis hombres sufrirá busos sexual y digo se piensa porque es muy difícil conocer las estadísticas precisas por la vergüenza que supone para un hombre reconocer que sufrí a buso porque ocurren estas violencias en gran medida por la experiencia de de poder que implica dominar el cuerpo y la sexualidad de otra persona. Los accidentes de tráfico son la principal causa de muerte de hombres jóvenes en el mundo. En gran medida, porque los hombres jóvenes suelen tomar más riesgos al volante para demostrar su audacia. Los hombres no suicidamos más y tenemos más infartos relacionados al estrés en parte, porque no hablamos de nuestra angustia, nuestra tristeza, nuestras preocupaciones, porque eso significaría reconocer que no somos omnipotentes, sino que podemos el vulnerable, como el resto de la humanidad. Y de alguna manera, nos hemos comprado la idea de que todo esto es lo normal, pero no tendría por qué hacerlo. Frente a la gran crisis de violencia de parte de hombres, hacia mujeres, personas LGBT, otros hombres y así mismos, hay un reclamo y petición urgente. Los hombres tenemos que cuestionar nuestra masculinidad, hacernos responsables de las violencias machistas que cometemos y ejercemoscemos y recibimos y construir nuevas formas de ser hombre. Esta es una tarea titánica y creo que un primer paso puede ser entender cómo es que la educación que recibimos por nuestro género nos afectó profundamente y nos hizo crecer con terror, llenos de presión, adictos al poder en capaces de sentir y expresar emociones, porque eso es lo que está detrás de muchos de nuestros dolores y violencias. Y mi trabajo como terapéuta me ha demostrado que cuando nos preguntamos individual y colectivamente por la relación que hemos tenido con el poder y con su falta nuestras historias de vida, pueden suceder cosas increíbles. He visto a hombres con problemas de ir a incontrolable entender que ese nojo fue un mecanismo de defensa que surgió en una situación de falta de poder vivir en la infancia y he visto que pueden sanar esas heridas pedir perdón, resarsir al daño y aprender a vivir en paz y sin violencia. He visto a hombres reconocer que sufrieron a busos sexual después de años de estar en silencio y entender que haber sufrido esa experiencia de dolor y falta de poder no significa que no se indignos de amor, porque son dignos de amor. He visto a hombres profundamente de primidos recuperar poco a poco su salud mental a través de reconciliarse con su narrabilidad y aprender a sentir y expresar emociones y de esta manera volver a conectar con el sentido de sus vidas y con las personas a las que man. Y me estoy viendo mi mismo poco a poco aprender a vivir sin tanta presión de ser un hombre que en el fondo no quiero ser, porque esa búsqueda permanente de poder en todo momento, simplemente no lo vale. No es un camino fácil, pues implica renunciar a muchas de las prácticas para las que nos educaron y a muchos privilegios costentamos, así como hacer una revisión muy crítica y a veces muy dura de la propósoria. Pero creo profundamente que podemos reducarnos para aprender a ser hombres que permiten la ternura, que aprenden a cuidar a ser cuidados, que se reconcilian con su vulnerabilidad, que renuncian a la violencia que supone asociar masculinidad con poder y que finalmente son más felices. Podemos |
8:46.6 | hacerlo. El mundo nos lo está pidiendo, nos conviene y además ya no tenemos otra. Muchas gracias. Si les gusta te den español, la mejor manera de apoyarnos es compartiendo el podcast con sus amigos. |
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9:14.6 | Soy Chari Garbulski y los espero en el próximo episodio. |
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