Hola, buenos días.

Gracias por estar aquí en despertando podcast.

Iniciemos este día presentes y conscientes.

No se necesita una tragedia para decir a Dios.

A veces pensamos que sólo en situaciones extremas o eventos catástróficos,

tenemos el derecho de alejarnos de alguien o abandonar una relación.

Pero la verdad,

es que no necesitamos esperar a que algo enorme o trágico suceda para tomar esta decisión. Estamos en todo nuestro derecho de sacar a quien sea de nuestra vida,

o de salirnos de la vida de otras personas en el momento en que sintamos que es lo correcto. En ocasiones nos aferramos a relaciones tóxicas o pocos saludables, simplemente

porque creemos que no tenemos suficientes motivos para decir a Dios.

Nos convencemos de que debemos soportar situaciones incomodas, abusos emocionales o faltas de respeto,

con tal de evitar el conflicto o el dolor de la despedida.

Pero ¿qué ganamos al mantenernos en un lugar que nos lastima?

¿Qué sentido tiene a ferrarnos a algo que ya no nos nutre ni nos hace felices.

Lo más importante al momento de decidir, si nos quedamos o nos vamos de un lugar,

es hacerlo porque es lo que realmente queremos.

No debemos dejarnos llevar por las expectativas de alguien más.

La presión social o el miedo al cambio.

Si sentimos en lo más profundo de nuestro ser, ¿qué es hora de decir a Dios? Devemos honrar esa voz interior y

tomar la decisión que nos lleve hacia nuestro bienestar y el crecimiento personal.

Es cierto que las relaciones requieren trabajo y dedicación. No todo será fácil y siempre habrá desafíos y conflictos que enfrentar.

Si nos interesa nutrir una relación con alguien, debemos tener la disposición de hacer ese trabajo

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