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🗓️ 25 April 2019
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0:00.0 | Queridos amigos de Teden Español, ahora que terminamos la séptima temporada de nuestro podcast, |
0:05.1 | queremos volver a compartir con ustedes algunos de los episodios que más nos gustaron. |
0:09.6 | Les cuento también que estamos preparando la octava temporada que empezará en febrero de 2022. |
0:15.8 | Recuerden que si quieren suscribirse al boletín semanal de ideas en nuestro idioma, |
0:20.4 | ver las charlas de Teden Español o seguírenos en las redes sociales, |
0:24.2 | pueden hacerlo en Teden Español.com. Los dejo con la charla de esta semana. Una de cada cuatro mujeres sufre un ataque sexual en su vida, pero la gran mayoría no hace la denuncia. ¿Por qué? La razón tiene más que ver con el resto de la sociedad que con ellas. Bienvenidos al podcast de Ted en español, soy Jarry Garbulski. La socióloga Inésar Covich espionera en el estudio de la violencia sexual contra las mujeres. En su charla, Inés dice que lo que más influye en el silencio de muchas víctimas son los pre prejuicios sobre qué consideramos un acoso sexual y queno. Les advertimos que esta charla contiene descripciones explicitas de violencia sexual. Hoy, en este lugar, somos aproximadamente 5.000 mujeres. 1.250 de nosotros sufrió o va a sufrir en algún momento de su vida un ataque sexual, una de cada cuatro. Solo el 10% va a ser la denuncia. El 90% restante se refugia en el silencio. Una mitad, porque el hecho ocurre en el seno mismo de la familia o con alguien conocido y eso lo hace mucho más difícil de vivir y de contar. La otra mitad no habla porque temen que no les crean y tienen razón porque no les creemos. Hoy quiero contarles por qué pienso yo que no les creemos. |
2:29.4 | Hoy quiero contarles por qué pienso yo que no les creemos. |
2:34.6 | No les creemos porque cuando una mujer cuenta lo que le pasó, |
2:38.0 | dice cosas que no nos imaginamos, |
2:42.1 | que nos perturban, que no esperamos escuchar, |
2:44.1 | que nos asombran. |
3:26.0 | Nosotros esperamos escuchar historias como estas. Joven violada en las vías del ferrocarril mitre, ocurrió en la medianoche cuando volvía a su casa. La joven contó que un sujeto la saltó por la espalda le dijo que no gritara que tenía un arma y que se quedara quieta. La violó y luego uso. Cuando escuchamos o leemos una noticia así, inmediatamente se nos representa una imagen. El violador, un depravado de clase baja. La víctima, una mujer, joven atractiva. La imagen no dura más de 10 o 20 segundos y eso oscura, es plana, no hay movimientos, no hay sonidos, es como si no hubiera personas. Pero cuando una mujer cuenta lo que le pasó, su historia no cabe en 10 o 20 segundos. segundos. El siguiente es el testimonio de una mujer a la que vamos a llamar Ana, una de las 85 mujeres que yo entreviste en el trascurso de una investigación que hice sobre la violación sexual. Dice Ana, habíamos sido con las chicas de la oficina al mismo pub que vamos siempre. Conocimos unos pibes y yo me enganché con un flaco repiola. Hablamos un montón. A eso de las cuatro les dije a mis amigas que no fuéramos. Ellas quisieron quedarse. Entonces el flaco me preguntó dónde vivía y me dijo que si me parecía bien él me acercaba. Acepté y no fuimos. En un semáforo me dijo que yo le gustaba y me tocó la pierna. A mí no me gusta que un tipo avance así, pero había sido amoroso toda la noche. Pensé no puedo ser tan paranoica, por ahí le digo algo y el tipo nada que ver y lo fendo. |
4:47.0 | Cuando tenía que doblar siguió del largo, |
4:51.0 | pensé que se había equivocado y le dije te pasaste. |
4:54.0 | Pero algo feo sentí. |
4:59.0 | Ahora pienso ¿por qué no presté atención a lo que sentí? |
5:06.0 | Cuando paró en la auto cerca del autopista, ahí si tú me miedo. Pero me dijo que me quedara tranquila, que yo le gustaba y que no iba a pasar nada si yo no quería. Me hablaba bien. Yo no le decía nada porque me daba miedo que se enojara y todo fuera peor. Pensé que podía tener un arma en la guantera. de repente se metieron encima y me quiso besar. Le dije no, querían pujarlo pero me tenía los brazos. Cuando me solté trate de abrir la puerta pero estaba atravada. Igual si salía del auto a donde iba. Le dije que él no era la clase de tipo que necesita ser eso para estar con una mina. Que él también me gustaba, pero no de esa manera, trataba de calmarlo. Le decía cosas lindas de él, le hablaba como si yo fuera su hermana mayor. De repente metapó la boca con una mano y con la otra se desabro desarrolló el cinturón. En ese momento pensé que me podía matar a Orcarza, ¿sabes? Nunca me sentí tan sola como se cuestrada. Le pedí que acabara rápido y me llevara a mi casa. ¿Qué les pasó escuchando esta historia? Seguramente, que desaparecieron varias preguntas. Por ejemplo, ¿por qué no bajó la ventanilla y pidió auxilio? ¿Por qué no se bajó del auto cuando presentió que algo feo podía pasar? ¿Cómo pudo pedirle que la lleve a la casa? Ahora, cuando no estamos frente a una noticia en los medios, o frente a una historia que una persona como yo les cuenta desde un escenario como este, cuando estamos frente a alguien que conocemos y que no se eligió para confiarnos su historia, lo que le pasó, vamos a tener que escucharla y vamos a escuchar cosas que no vamos que esperábamos esto. Y eso nos va a sentir muy mal culpables. Entonces, para defendernos de esa incomodidad tenemos un recurso. Les subimos el volumen a todas esas cosas de la historia que esperábamos escuchar, el revolver en la aguantera, las puertas travadas, el aislamiento del lugar. Y le bajamos el volumen a todas esas cosas que no esperábamos escuchar y que no queremos escuchar. Como por ejemplo cuando ella le dice que él también le gustaba o cuando nos cuenta que le hablaba como si fuera la hermana mayor o que le pidió que la llevara a la casa. ¿Para qué sirve hacer esto? Para creerle. |
8:25.0 | Para poder confiar en que realmente ella fue una víctima. Yo llamo a esto, dictimización de las víctimas. Dictimización, porque para poder creer que es inocente, que es una víctima, Necesitamos pensarlas, |
8:22.0 | inermes, |
8:24.0 | paralizadas, |
8:26.0 | mudas, pero hay otro camino para deshazarnos de la incomodidad. Y que es exactamente el inverso. Le subimos el volumen a las cosas que no esperábamos escuchar, como yo le hable bien, le pedí que me lleve a mi casa, le pedí que acabara rápido. Y se lo bajamos a las cosas que sí esperábamos escuchar, el revolver en la aguantera, el aislamiento. Esto para que sirve. Sirve para que podamos agarrarnos de las dudas y sentirnos más cómodos con las dudas. Entonces, aparecen nuevas preguntas, por ejemplo, ¿quién la manda a ir a esos boliches? ¿Vos viste, cómo se viste ella y las amigas, no? Las minis, los escotes, ¿qué esperás? Preguntas que no son ciertamente preguntas, son más bien juicios. Y juicios que terminan en una sentencia. Ella se la buscó. La sentencia se vería corroborada por el hecho de que ella después no cuenta que haya peleado para evitar la violación. Entonces quiere decir que no resistió. Quiere decir que concintió. Si se la buscó y concintió, de qué violación me hablan. Ya moa esto culpabilización de las víctimas. Tanto los argumentos que nos sirven para culpabilizar, como para victimizar, los tenemos todos, todos en la cabeza, muy a mano, incluidos víctimas y víctimas. Tanto es así que cuando Ana llegó a mí, |
10:48.7 | me dijo que no sabía si el testimonio de ella me iba a servir, |
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