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El es Rubén Quintero. Me conmigo, me fue hoy, pero me olvidé algún día.

Lo vamos a ver, lo vamos a escuchar, yo digo,

tienes todo mi fe, puente en Dios.

Y en todo lo tanto posible, para nuestros encuentros.

Quintero, como le dice Cariño Samente su hijo,

es un hombre de 66 años, de ojos grandes y cabello blanco.

Todos los días hace lo mismo. Agarras su teléfono, abre WhatsApp, busca la conversación

con su hijo y le mandó un mensaje de voz. Todos los días desde el 12 octubre de 2022,

el día en que su hijo Rubén Antonio desapareció cuando iba camino a los Estados Unidos. Todo voy a hacer, no veo por qué no lo puedo hacer, no tengo ninguna noticia que me dieran lo más de más mensaje.

Al momento de publicar este episodio Rubén llevaba 471 días haciendo esta especie de ritual que le ha permitido de alguna manera mantenerse conectado con su hijo. Muchos de los mensajes son breves resúmenes de su día a día.

Otros son felicitaciones, por su cumpleaños, en navidad y otros son desahogos, simples

mensajes para decirle cuando lo extraña.

Aquí en cuanto a todos los que busquen este teléfono, cualquier tono de voz de mensaje

lo en cuenta a ella.

Pues todo se lo ha dicho.

Desde que salió de Venezuela a rumbo a Estados Unidos,

António le estuvo mandando mensajes de texto a su papá durante todo el viaje.

La última vez que Rubén recibió un mensaje de su hijo,

fue a aquel 12 de octubre de 2022 en la madrugada.

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