Estás escuchando el podcast que te enseña hacer más feliz por el placer de vivir. El tema de hoy en el placer de vivir en este entrevista deseo dejar a mi pareja, pero no tengo lana para poder mirir con mis hijos, para mantenerlos, para mantenerlos, a ver, Monica. Especialista tererapeuta. Es muy común esto. Sigue ahí porque, oye, ¿qué miedo? Vamos a ponerse en lugar de una mujer. Que un bachista que listuno trabaja, que te saco de trabajar es más, o que trabajas medio tiempo, porque estás atendado a tus hijos. Y de repente estás sin trabajo con cierta edad con dos, tres hijos que mantener. Y aguantan lo inagvantable. Erró niamente estás de acuerdo. Totalmente, ¿acuerdo? Y les voy a decir algo que no les va a gustar. A nadie le va a gustar. A muchas no les va a gustar lo que voy a decir, pero es la verdad. A ver. El dinero y los hijos son los dos principales pretextos que usa una mujer para no dejar a su pareja.

Fuertes declaraciones de la venegas. O sea, es un pretexto. Son pretextos, son pretextos. Y lo primero que quiero decir es que no hay que usar a los hijos de pretexto. Y eso, de verdad, grávate lo en la cabeza porque por tres razones, los hijos, lo primero es que sufren mucha ansiedad

por el ambiente tóxico en el que vean sus partes, porque es un ambiente de violencia muy

tóxica. No, no nos hacemos tantos a los hijos,

si a los hijos se dan cuenta cuando las cosas no andan bien, ¿eh? ¿Qué me dice? No, Mónica, mis hijos, ni cuenta, se da al no nos peleamos a ver los hijos, se enteran perfectamente.

Si o no. Y número 3, les estás dando un ejemplo de vida.

Les estás diciendo a tus hijos, ya tus hijas, que aunque estés infeliz, que aunque te traten mal,

ahí te tienes que quedar por... y número tres les estás dando un ejemplo de vida. Les estás diciendo a tus hijos,

ya tus hijas, que aunque esté sin feliz, aunque te traten mal, ahí te tienes que quedar, porque no hay dinero. Entonces fíjate la barrera emocional tan fuerte que les estás poniendo y la creencia de no hay dinero y cuando no hay dinero, te tienes que aguantar. Y estás de acuerdo que el porcentaje de que cometan los mismos errores los hijos porque lo vieron en la casa, se incrementa drásticamente.

Se incrementa drásticamente.

Se incrementa drásticamente y

fíjate que el sentimiento de

culpa también se es artú

el caso de una paciente verídico

real que su hija le decía mamá.

Si porque la mamá le decía es que

yo me quedo por ustedes y por

ustedes por ustedes. Bueno,

llegó un día en que la hija tuvo

su momento en ex, digamos, llegó al límite y le dijo, a ver, mamá, si por mí te estás quedando, por mí te lo suplico que ya te vayas, yo ya no puedo con esta culpa. Oye, si te es la culpabilidad en los hijos, porque se lo dicen, es que que hago como dejo a tu papá, cómo les doy de comer, entonces cada que comen, imagínate que me estoy imaginando, que estoy comiendo por el sacrificio de mi mamá.

Cuando es un arte sagrado el

comer es una.

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