Estoy feliz de haber conseguido trabajo, pero lo único malo es que me quedo lejos. Estoy feliz de haber bajado dos kilos, pero lo único malo es que todavía no me cierran los ins. ¿Qué fregó que México va a hacerse de del mundial? Pero lo único malo es que vamos a perder. No me gusta este chavo, pero lo único malo es que no es tan alto. Estoy agradecido con la vida, pero lo único malo, lo así sonamos. Y así sonamos todo el tiempo.

Que garajundos pasa? ¿Por qué en lugar de abrazar lo que tenemos? Estamos tan tan obsesionados con lo que nos falta, con lo que aún no está, no hay trabajos perfectos, no hay matemones perfectos, no inglés, ya es gobiernos, cuerpos, proyectos, personas perfectas, no te da cuenta que condenas al mundo a que te decepcione, pero lo condenas, porque eres tú que condena al mundo con tus absurdas expectativas. Si tú estás esperando que todo esté perfecto y alineado, tú ya firmas tu náclara de función en tu vida y todavía no te vas de este mundo. En realidad estás más asustado por el éxito que por el fracaso,

porque te saboteas sin darte cuenta, le encuentras una grita a todo y si a todo le hace falta algo, quizás tendrás que preguntarte a ti mismo si no eres tu, y que esta en completo, porque este mundo es abundante, pero si tu actitud proviene de las caséis, entonces tu esta entrenada para detectar únicamente la carencia. Incluso el milagro más grande te va a

aparecer en suficiente a ti y no, no es que la vida notada señales o oportunidades o belleza, el asunto es que tú nada más ves lo que falta y lo que se enfoca se expanden y si tú nada más te enfocas en los rotos pues estás jodidos y te enfocas en los rotos vas a creer que nada sirve, Si nada más te enfocas en lo queos, pues estás jodido, si te enfocas en los rotos, vas a creer que nada sirve.

Si nada más te enfocas en lo que no tienes, vas a terminar por despreciar lo que ya conquistaste. Me explico, por eso la queja es más peligrosa que el fracaso. Porque la queja no destruye de golpe, sino que te va desgastando, poco a poco te va apagando, lentamente te vuelve el ciego para lo bueno, pero te vuelve adicto al problema.

Y aquí, aquí vienen lo peor, porque una actitud de escasez siempre está buscando culpables. Pueden encontrar culpable al gobierno, al padre, a la pareja, al amigo, al socio, al clima, al algoritmo, al horoscoposa. Todo mundo es culpable menos tú, porque es más fácil culpar. Que cambiar es más cómodo quejarse quese que construir te das cuenta. O sea, nos hemos vuelto expertos en criticarlo que no queremos pero somos muy torpes para construir lo que amamos. Dale la vuelta, si algo no te gusta, no te querés vivir ahí en foca, tenlo que sí. Tan simple, tan sencillo, tan obvio, pero tan difícil de entender, y aún más jodido es la práctica, pero aquí te va un hábito que puede cambiarlo todo, muy obvio, deja de quejarte de todo, veíralo todo y si no lo consigues, oye, siempre te puedes ir en paz de donde sea cuando sabes que en verdad lo diste todo, esa si es tu vict Victoria, si en verdad quieres transformar tu vida,

vas a tener que cambiar esa narrativa interna, que convierte cada bendición en un sí,

pero lo único malo, deja de buscar perfección y empieza a buscar propósito.

No todo está perfecto, no todo va a salir como lo planeaste y aún así vale la pena

hacerlo, intentar lo roto también puede ser perfecto.

Capíxico con eso.