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🗓️ 5 August 2025
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En este episodio, viajamos desde caminos solitarios en Cuba hasta habitaciones con secretos ocultos en la Ciudad de México, pasando por leyendas vivas de El Salvador y encuentros inquietantes en calles silenciosas.
Cuatro historias distintas, unidas por ese momento en el que lo cotidiano se quiebra y nos deja frente a algo que no podemos explicar… algo que se queda con nosotros mucho después de que termina la noche. ¿Te atreves a escuchar?
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| 0:00.0 | Era de noche, escuché que alguien tocaba una reja en la calle, a unas casas. Luego tocaron en la reja de enseguida, finalmente tocaron en la mía. Voy a ser que para ver quién estaba ahí en ese calle oscuro y de cierta, para ver si se trataba de es extraño mujer que me habían dicho. Muy, muy, muy buenos noches comunidad. Gracias por estar aquí, una vez más listos y listas para adentrarse en las historias que nos envía gente común, personas como ustedes o como yo, que un día cualquiera se cruzaron con algo que no se podía explicar. Con ese lado, muchas veces inquietante y aterrador, de los sobrenatural. Gracias por seguir formando parte de este proyecto, por confiar en nosotros para darle voz a sus relatos y mantener los fibos, porque algún día ya no estaremos aquí la mayoría |
| 1:05.6 | de los que hoy escuchamos, pero estas historias se quedarán, grabadas para siempre, como |
| 1:11.3 | un testimonio de lo que vivimos, de lo que sentimos, de que en algún momento estuvimos aquí. |
| 1:18.4 | Así que es momento de apagar la luz, y entrar juntos en las siguientes historias de relatos de la noche. Hola comunidad, yo soy de Cuba, de un pueblito cerca de remedios en Villaclara. Ahora vivo aquí en Orlando, Florida y la verdad extraño mucho como antes, cuando vivía en la isla o incluso ya después en Miami, siempre hay gente con quien compartir historias como esta. Aquí mis amigos del trabajo son muy buenas personas, pero no es lo mismo. No tienen ese gusto por sentarse o ir algo así. Supongo que es parte del encanto latinoamericano. Esto que voy a contarles en paso cuando era niño. Mi más te venferme me mandaron a su lüeta, un pueblo vecino, a buscar unas medicinas que era muy difícil conseguir. Yo recuerdo muy bien como iba feliz en mi bicicleta, muy emocionado porque lo sabía encontrado. Cuando ya de regreso, a la mitad del camino largo y solitario entre pueblo y pueblo, se me pinchó una llanta. Vajé, estoy empujando la visi, pero empezó a llover. No, a llover no. Aquí llera como un urcán. Fue entonces que a lo lejos, como unos 40 metros al camino, y una casita vieja como vándonada. Y vi también que un perro grande, grandísimo, iba caminándose allá, cogeando. En ese momento pensé en acercarme, tal vez ahí podría esperar a que escampara, toque la puerta pero nadie contestó, empujé y estaba abierta. El perro estaba dentro echado, mirándome, no grunía ni movía la cola, nada. Me voy a quedar contigo, perrito. Sólo un ratito, ¿eh lo que paso la tormenta? Le dije. Había un cátre de esos viejos con la luna hundida y un costal roto en el piso. El perro estaba sobre el cátre, así que yo me sentía al costar, cuidando la bolsa de papel donde llevaba las medicinas. |
| 3:27.0 | No podía mojarse por ninguna razón, eran para mi mamá, eran muy importantes. |
| 3:34.0 | Con el cansancio de tanto haber pedaleado me recosté y casi me quedé dormido, arruyado, porque afuera la lluvia no paraba. |
| 3:44.0 | Y te pronto escuché algo. Un sonido bajo, como un gruñido, abrió un poco los ojos y moverme para que no se diera cuenta. Y entonces entendí que no era sólo un gruñido, era como un murmullo. El perro se incorporó, pero lo que se levantó del cátreno era un perro, era algo que caminaba en dos patas, alto, tan alto con un hombre grande. La silueta era la de una persona, pero la cabeza seguía siendo la de un perro. Y así con los ojos entre cerrados, sentí como me miraba, y su silueta voltear hacia mí. Y si no ha ser ruido salió por la puerta, hacia los curidad, hacia la lluvia. No sé cuánto tiempo pasó después de eso, pero cuando la lluvia bajo un poco me quité la camisa para envolver la bolsa de papel de las medicinas, agregé la bicicleta para empujar la llche de andar. En el camino fue que lo escuché, algo me seguía al lado del camino entre los árboles. No lo veía pero sabía que estaba ahí, no solo porque lo escuchaba, sino porque podía sentirlo, porque podía sentir su mirada. Cortela bicicleta y corrilo lo más rápido que pude. Cheque a mi casa acotado pero con las medicinas intactas. Mi mamá me recibió contente, alegría que al verle los ojitos me olviden por completo de lo que había pasado. Fue hasta el día siguiente que fui a buscar un bicicleta pero ya no estaba. Hasta hoy, tantos años después. Me pregunto si aquella cosa no me hizo nada porque... porque sabía que yo estaba ahí por el cobono. Porque estaba cuidando mi madre. Hola, soy Nazaret. Aunque todos me llaman Naz. Vivo en el estado de México, pero actualmente estoy rentando en la ciudad de México para estar más cerca de la universidad. Esto ocurrió hace aproximadamente un mes, y solo lo he compartido con mi hermana, mi mamá. Con una curandera hay una amiga cercana por la desesperación que sentí. |
| 6:05.2 | Mis días como universitario, Forrani han sido en general buenos y llenos de aprendizaje. Además, conoció una persona muy especial con quien llevó una relación de noviazco, Carlos. Un día nos cancelaron clases y decidimos irnos a pasar el rato en un cuarto de habitación do tel. La tarde transcurría con normalidad, incluso decidimos tomar un baño pero fue en ese momento cuando todo cambió así, de pronto nada más, de repente Carlos me dijo, ¿nás? Acabo de ver un asombrano en el espejo del baño. Él es una persona a te, muy eséptica, mientras que yo soy bastante sensible a las energías, presencias y demás situaciones difíciles de explicar. Mi familia es muy holística, mis padres tienen habilidades para contactar con seres que no estén en este plano terrenal, como ánimas, arcángeles e incluso familiares fallecidos. decididimos darle importancia a lo que me dijo Carlos, aunque ambos nos sentíamos incómodos. Comenzamos a recoger nuestras cosas para irnos mientras platicábamos para calmar la atención. De repente Carlos se quedó en silencio, con una expresión de miedo en su rostro y me dijo, Las, la verdad no sé si es cierto el ópero, creo que hay manchas de sangre en el colchón Inmediatamente retiré las ávanas, lo que nos encontramos ahí fue a Tarrador No eran solo manchitas de sangre, el colchón estaba cubierto de ella Parece a vieja, seca, de un tono marrón oscuro y el colchón estaba cubierto de ella, parecía vieja, seca, de un tono marrón oscuro, y el colchón también tenía varias puñaladas, como si alguien hubiera usado un cuchillo en ese lugar. La mayor concentración de sangre estaba justo en el área donde se encontraban las marcas, era evidente que nadie había intentado limpiarlo, simplemente ahora habían cubierto con sábanas para ocultarlo, la escena me hizo tanto que no pude evitar vomitar. Esa zona donde estuvimos, es conocida como un punto rojo en la ciudad, de noche está lleno de trabajadoras sexuales, con hoteles baratos en varias calles. Cada esquina está vigilada por padrotes, quienes controlan el lugar. Por cuestiones de seguridad, tal vez, decidí tomar una foto de la habitación, del colchón, del endorno. Aquí fue donde las cosas se volvieron aún más extrañas. Recuerdo que fue detrás de tomar la la foto que dejé mi celular en la Messi y corría el vayan a vomitar. Carlos me siguió para ayudarme, pero lo que pasó después no sejó muy mal, confundidos. Decidimos apurarnos para irnos de ese lugar con tu antes, sin embargo, cuando busqué mi celular, no estaba donde lo había dejado. Parecía que alguien lo había tomado, fuiste recordado claramente haberlo puesto en la mesa antes de correr al baño. Carlos intento llamarme, pero en ese instante comenzaron a escucharse ruidos, ruidos por todos lados, en el cuarto de al lado, en los tuberías, en la calle. Eran los ruidos normales. Coches, ambulancias, gritos. Pero de alguna forma en ese momento era tanto ruido que no podíamos escuchar el tímelo del celular por ningún lado. Revizamos desesperados. Revizamos el colchón. Quitamos las hábanas, buscamos incluso en el sexto de basura, pero el celular no aparecía. Entonces, es decir, ir a mirar debajo del colchón. Al levantar un pedazo de safaná que estaba en medio caer al suelo, ahí estaba mi celular, pero como llegó hasta ese lugar, no podía explicarlo. más inquietante fue que en cuanto lo encontramos, sentí que todo el ruido se sode golpe. Era como si de pronto todo ese ruido que parecía estar ahí adentro con nosotros, quedara muy lejos, y sólo se quedó un silencio profundo con nosotros en la habitación. No podría explicar por qué sentimos tanto miedo, pero salimos corriendo. Aunque al principio estaba decidida denunciar lo ocurrido, sabía que hacerlo sería resgado. Este lugar está controlado por la mafia y en México, especialmente en estas zonas, las autoridades no hacen nada. Denunciar solo pondría en peligro mi seguridad. días después empiezas a sentirme mal físicamente, tenía naocias constantes y una presión en el pecho que me dificultaba respirar. Hablé con mi hermana desesperada para contar el uso sedido. Era de noche y mientras le narraba lo ocurrido por teléfono, les puedo jurar que las luces de mi cuarto comenzaron a parapadar, como si estuviera punto de irse a la luz. De pronto la llamada se cortó, y cuando intenté marcarle de nuevo, inmediatamente sonaba como si hubieran colgado, como si no pudiera salir la llamada. Pasaron 5 minutos en los que no pudimos comunicarnos. Finalmente ella comenzó a rezar en su casa. Ella tiene las mismas habilidades por decirla así que mis papás y quizás por eso logramos reconectar. Cuando terminé a decontarle, me dijo algo que me asustó todavía más. Lamentablemente, sí, ahí murió alguien. Muy probable probablemente una trabajadora sexual. Esa alma te vio, se te pego, está contigo ahora. Necesitas hacer algo al respecto. Tres días después recibió una llamada de mi padre, con una noticia devastadora para mí. Familiar muy querido había fallecido. Alguien que era como una secundamadre para mí. Alguien que siempre estuvo cuando mis padres no podían cuidarme. Esa noticia me destrozó. Tenía que viajar tres horas para despedirme y le pedía un amigo, Antonio, que me compañara. Estaba muy agotada. emocelmente rota, y a pesar de todo todavía tenía que lidiar con los trabajos finales de universidad, mientras hablaba con Antonio le confese que desde hace 7 días sentía que alguien me seguía, que sentía que me antocaban en la espalda, que me jelaban el cabello de repente una sensación constante hipertur. También le conté del colchón. Muy preocupado me dijo que tenía que ser una limpia, que realmente alguien estaba conmigo. Que incluso él que no tiene ninguna sensibilidad especial, se daba cuenta, yo no estaba sola. Intenté hacer unaia yo sola, pasarme un huevo por el cuerpo, una práctica tradicional mexicana pero evidentemente no funcionó. Mi hermana entonces me dio el contacto de una curandera que ya conocía por todo lo que he estado estudiando. Una verdadera maestra en estos temas. Le llamé, le conté lo sucedido. Todo, todos los detalles y de nuevo. Como cuando se lo conté a mi hermana, la llamada simplemente se cortó. Y cuando intentaba marcarle mi teléfono parecían no tener señal, no servir, simplemente no salía la chamada. Esta vez pasaron 15 minutos antes de que ella pudiera devolverme la chamada cuando yo ya me había cansado de intentarlo. Cuando lo hizo, lo escuché diferente, agitada. Me dijo que había empezado a vomitar incontrolablemente y que se sentía muy enferma. Me preguntó si yo me iba a sentir así y le confirmé que me sentía mala aunque no hay ese grado. Fue entonces cuando ella comprendió la gravedad del asunto. Voy a ser claras. Hay un alma dentro de ti, en pena. Es una mujer, probablemente alguien que se fue con mucha violencia. |
| 14:45.0 | Tú estuve en ese lugar, donde ya se quedó. Y ahí comenzó a consumir tu energía, sin saber que está muerta. No busquesarte daño, sólo está ese esperada. Atrapa de una oscuridad que nosotros no podemos comprender. llore, llore de miedo y de su esperación. |
| 14:43.6 | No sabía cómo manejar algo así. Como último recurso, llamé a mi mamá, quien tiene experiencia en este tipo de situaciones. Ella me propuso hacer un ritual de limpieza a distancia. Preparé todo lo que me pidió, una veladora, un vaso de agua, una planta, incienso y algo que me hiciera sentir protegida, elegí un cuarzo y un collar. Mi madre más seguro que sabría que hacer, que sólo debía mantener la calma. Comence a meditar, respirando profundamente, de pronto que allí en un especie de sueño un profundo, sentí como algo pesado se desprendía de mi espalda, como si algo estuviera abandonando mi cuerpo, dentro de ese sueño vio a una mujer sentada frente a mí, intenté hablarle y ella atenta, me escuchó, no conozco tu historia ni por qué estás aquí Quiero ayudarte a que tu alma encuentre la paz, pero este no es tu cuerpo. Este no es tu lugar desde el fondo de mi corazón. Te pido que me dejes, por favor. Nunca vi su rostro, pero de alguna forma supe que fue un hombre quien le quitó la vida. alguna alguna forma supe que se llamaba Teresa y que estaba preocupada por su descendencia, descendencia, esa palabra que dógrava de mi mente. Mientras mi madre trabajaba desde su lugar, contactando al canker es para llotarla, todo finalmente llegó a su fin. Cuando desperté mi habitación se sentía en paz, el cansancio, las náuseas, y el miedo finalmente se había anido. Al recoger mis cosas sentí un abrazo cálido, como si alguien me estuviera agradeciendo, desde atrás de mí. Desde entonces siento que algo cambió dentro de mí. Muchos de los lugares a los que voy terminan escuchando sus urros, sintiendo presidencias que antes no notaba. Fue un final bueno, un o malo, o simplemente un final. Fue casualidad o destino estar en ese cuarto, en ese colchón, lo dejo el criterio de quienes escuchan esta historia. Gracias por seguir por aquí comunidad, por ser de esos pocos que llegan hasta este punto del episodio y que buscan de forma casi instintiva, esas historias que muchos otros prefieran evitar. Nosotros aquí las escuchamos porque nos gustan, porque de alguna manera nos recuerdan que seguimos vivos. Acabamos de escuchar la historia de Nas y de ese cuarto donde encontró algo, o algo pareció encontrarla ella, y no quiso dejarla ir. Se imaginan con cuántas cosas no se topan todos los días, con cuántas historias no se encuentran sin conocerlas, siempre es importante estar preparados, uno nunca saben que momento, un lugar puede marcarnos así, puede ser una apara de autobús, un vagón del metro, un pasillo de hotel o de una oficina, una casa en renta que vamos a ver, o incluso un sitio en la calle por el que sólo vamos de paso, y así, sin darnos cuenta, algo se queda con nosotros. Si ustedes han vivido algo similar, en algún lugar que orevita no |
| 18:46.5 | que todavía les provoca pensar en lo que pasó, compartanlo con nosotros. Pueden enviarlo |
| 18:52.3 | a mi relato de la noche a Robachimail.com, lo veremos con la atención y quizás forme parte |
| 18:59.1 | de la siguiente recopilación. Por ahora sigamos, que aún queden más historias esta noche. |
| 20:05.1 | Hola comunidad, mi nombre es Jennifer. Soy de Santa Ana en el Salvador y yo estoy que voy a contarles su setviéndose en 2015. La viemosi de visitarme a Vuela, que vivían ese entonces en San Miguel, El lugar llamado Bolívar, a unas horas de mi casa. La suya era una casa sencilla, en medio de un terreno muy bonito. Atras estaba el espacio donde hacían tortillas y no muy lejos pasaba una quebrada. De esas compiedras enormes donde la gente a veces la va a barropa. Ese día recuerdo bien que hizo muchísimo calor, para tomar agua teníamos que cruzar la quebrada, porque al otro lado había una tubería que daba agua potable, pero en la casa ya no quedaba, ni una gota, y nos mandaron a buscar. Sin embargo como niños que éramos, en lugar de hacer casos de inmediato nos pusimos a jugar y dejamos que se nos fuera siendo tarde |
| 20:10.4 | hasta que se hizo de noche, cuando pensamos a nosotros ya no nos iban a mandar |
| 20:16.7 | pero entonces salió mi primo el más grande a regañarnos por la desobediencia |
| 20:23.2 | para asustarnos un poco y aprendí a la elección dijo que sí que él iría a traer el agua |
| 22:25.0 | pero que todos iríamos con él de noche la quebrada era su momento oscura, sin interna no podía ser nada, ni siquiera tus propias manos. Nos agarramos todos de la mano y así avanzamos en oscuridad. Mi primo llevaba unos cántaros grandes y así cruzamos. Al llegar al choro de agua empezamos a llenarlos y fue entonces que escuchamos como si alguien estuviera lavando ropa. A unos metros junto a un pozo, estaba una mujer vestida de blanco, con el cabello negro cubriendo en la cara. No parecía prestarmos atención. Pero mi prima la más chiquita comenzó a acercarse a ella. pensó que se trataba de Cecilia, una mujer muda del pueblo que conocíamos a toda la vida. Así que empezó a llamarla como podía. Chechy. Chechy. La mujer volvó a verla. Levantó los brazos como para alcanzarla. Yo le dije mi primo. Mira, creo que sé siquiera abrazar mi prima. Cuando lo volteó a ver su cara cambió por completo. Nos gritó que corregamos a casa. Que no nos estudiamos por nada. Yo lo intenté. Empezó a correr a una escuridad rumbo a la casa, pero en un momento mirásse atrás. Mi estaba jalando a mi prima y la mujer, la mujer se había descubierto la cara, no sé cómo explicarlo, no era un rostro normal, era algo muy, muy extraño, un rostro alargado, muy largo, que definitivamente no parecía ser humano. yí corriendo lo más rápido que pude. Mi primo venía detrás de mi cargando mi prima que lloraba. Cuando llegamos a la casa, mi abuela sin decir nada nos metió y nos roció con agua bendita. Nos frutó los pies con aceite y plantas y nos puso resar. ela noche todos dormimos juntos, a montonados en una cama. |
| 22:29.5 | A fueras se escuchaban ruidos, como si algo diera vuelta a alrededor de la casa, |
| 22:34.8 | rasguñando las paredes. |
| 22:38.2 | No sé si fue su gestión, pero a mí me daba la impresión de que se detenía justo |
| 22:42.5 | frente a las centanas, como si intentara somarse, pernos. que se se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se que se la impresión de que se detenía justo frente a las ventanas, como si intentara somarse, pernos. Al desigente mi primo manició con fiebre, no pudo levantarse en varios días. Mi tío fue buscar los cántaros que dejan os tirados, pero regresó diciendo que no lo sabía encontrado. Yo luego escuché que le decía mi ab abuelita, en voz bajita, que sí los |
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