Muy buenas noches comunidades, bienvenidos a este programa donde las sombras cobran

vida, donde los susurros del más allá encuentran una voz y sobre todo a alguien que

escuche, esta noche preparate para sumergirte en los desconocidos, en los rincones oscuros

de la mente y el corazón, donde el terror acecha y los misterios se desvelan bajo la teno

el luz de la luna, oh de esa luz que nomina ahora tu habitación, en el episodio de

hoy exploraremos historias que desafían el lógica, tu eseticismo y desata en el miedo

más primitivo, desde encuentros con aspectos que abagan por calles de ciertas, hasta

lamentos quizás conocidos que rompen el silencio en la noche, apaga la luz y abra tu mente

para lo que estás a punto de escuchar, porque las siguientes historias no son aptas

para mentes sensibles, acompañarnos en este viaje, donde esa línea entre la realidad

y tus pesadillas se volverá cada vez más burrosa, estás escuchando relatos de la noche.

Cuando mi sobrinda tenía tres años no era muy frecuente pero sí común que se quedara

quieta y callada de la nada y señalara a una pared diciendo que ahí estaba la niña

que le pegaba, la niña que la molestaba, nadie más veía nada y soleamos decir que

con el tiempo se le pasaría pensando que eros imaginación pero personalmente a mí me

aterraba y prefería ser como si ella no hubiera dicho nada, un día mi familia cogeó

al botizo de una vecina, francamente yo no solía compartir mucho con esos vecinos por

lo que no tenía pensado ir, sin embargo cuando se despidieron, ve con mucha ternura

como llevaba un vestido a mi sobrinita, muy bonita con un vestido rosa y una de adema,

cuando me quedé solo en la casa estaba tranquilo y todas las luces estaban encendidas, no tenía

la más mínima razón para sentirme nervioso o extraño, dado que ya era de noche era muy

fácil ver ser reflejado en la ventana, lo curioso es que cuando salí del baño y mire

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