Buenas noches, espero encontrarles bien. Espero que esta noche haya sido tranquila hasta

ahora porque las historias que están a punto de escuchar, si se atreven, pueden quedarse

con ustedes por mucho tiempo. Los relatos que escucharán no son historias cualquiera.

Espido por favor que las escuchen con cuidado y que no se sugestionen, que intenten no asustarse

porque el miedo es un sentimiento muy poderoso, el miedo además, alimento energías, atrae

seres que están ya bastante cerca de nosotros. A veces tener el miedo suficiente puede

convertirte en el siguiente protagonista de relatos a la noche, intentemos que hoy por

lo pronto, no sé si, está bien. Cuíense mucho esta noche.

Ah, yo no historia que no nos gusta compartir a mi hermana ni a mi. Quiero atreverme por primera

vez a contarla. Y me da miedo. Me da miedo que esta persona que la protagoniza me

escuche y no sé de qué sea capaz, de verdad que no lo sé, siento que no lo conozco, que

no es él. Le dije a mi hermana que va a enviar la relatos a la noche. Ella no es fanática.

Bueno, ya no. Antes lo era, antes veía todo lo que encontraba de terror, pero ya no

a partir de eso que vivimos en 2020 y los momentos más difíciles de la pandemia. Vivimos

en Santa Monica. Mi papá es mexicano. Mi madrastra también no es, al menos de origen

mexicano. Pero mi mamá, aquí no vemos desde hace años, desde que éramos niños, es

completamente esta donidense. No hablan ni una sola palabra de español. No le gusta

nuestra cultura. Bueno, no entiendo aún como puedo vivir por tres años con mi papá. Pero

sucedió. Mailla no la vemos este hace mucho como les dije. Ni siquiera sabemos dónde

vive. Pero a mi tía Jenny, su hermana, la frecuentamos mucho por temporadas porque también

vive aquí. Muy cerca. También en el bulvars ambicente de hecho. Es una buena persona, muy

religiosa, muy llamable. Le gustaba recibirnos y prepararnos comidas de las que dice, solía

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