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🗓️ 30 September 2025
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A fines de 1977, Néstor Delgado, Juana Benítez y sus dos hijos se preparaban en Buenos Aires para una gran hazaña: ser parte de las primeras familias que vivirían en la Antártida. Pero poco antes de partir, Juana recibió una noticia inesperada que pondría en riesgo todos los planes.
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At the end of 1977, Néstor Delgado, Juana Benítez and their two children were preparing for a great adventure: soon, they would be among the first families to live in Antarctica. But shortly before leaving Buenos Aires, Juana received unexpected news that would put all of their plans at risk.
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| 0:00.0 | Esto raro un volante soy Daniel Alarcón. La historia de hoy transcurren un lugar sin árboles |
| 0:05.6 | ni comida fresca. Un lugar sin cinés ni tiendas ni supermercados, una tierra gris en sus veranos y cubierta de nieve el resto del año. Vamos a viajar el polosur a la Antártida, el continente más frío del mundo, un lugar donde nadie pensaría fundar un barrio con familias y niños. Bueno, nadie, hasta que se lo ocurrió a Argentina hace casi 50 años. Y me viene con la novedad, ¿sabéis qué escucha y qué van a hacer? Un barrio en Antártia, está proyectado. Ella es Juana Benites y el que le contó fue su marido Néstor Delgado. Era 1977, Juana tenía 35 años y en Argentina gobernaba la última dictadura militar. Néstor trabajaba como cocinero en el ejército argentino y había participado en dos campañas antárticas que duran casi un año, desde un verano hasta el siguiente, y que tienen como objetivo abastecer a las bases en ese continente y hacer investigación científica. En ese momento, Juana y Néstor tenían dos hijos, norma de 13 y Gabriel de 6. La Antártida era el tema de conversación en la mesa familiar. Era la razón de que papá no estuvieran en casa durante meses. Juana ya tenía sayada una respuesta cuando sus hijos le preguntaban ¿por qué su papá no los iba a buscar a la escuela? Y yo le tenía que explicar que porque está muy lejos, que cuando no haga más frío ya va venir papá por que papá lo tienen que ir a buscar en avión y ahora no se puede porque hace mucho frío y corre mucho viento. Las dos veces que en esto había viajado la entartida, había tratado de mantener contacto con sus hijos. El murio en abril del 2021, pero Norma y Gabriel recuerdan muy bien a que ya época, cuando se sentaban junto al teléfono a esperar la llamada de su apá. Esta es norma. Pero él trataba de llamar como mínimo una vez por semana y él nos preguntaba cómo que hicimos como nos ponle escuela y nos contaba que hizo. |
| 2:06.6 | Estaven en una de las bases argentinas de la Antártida. Desde allí los dejaban llamar por radio y debían turnarse con sus compañeros para hablar. Cada uno tenía de 15 a 20 minutos y rogaban que no hubiera mucho viento para que no se cortara la llamada. Pero era la única oportunidad de tener contacto con él y después, bueno, cartas en comiendas que me llamaba preparaba. Este es Gabriel, que tuviera recuerda todo lo que metían en esas cajas, frutas y verduras frescas, dibujos que él enorme le hacían, casets grabados con sus voces. Y cuando su papá volvía, todos escuchaban las historias de cómo era vivir en ese mundo lejano y extraño. Trineos jalados por perros polares, noches largas como meses y descubrimientos en mares congelados. En una oportunidad nos trajo una vertebra de tacena, nos trajo piedras con el hecho petrificado, piedras con un hongo y con líquenes para que veamos cómo eran. A través de las historias que le contaba su marido, Juan había imaginado la entarti de tantas veces que sentía casi como si la conociera. Y me gustaba, me hacía la idea, es como que veía, porque me lo explicaba de una manera que yo volaba con la mente por ahí. Y era como que yo vivía eso. Pero realmente estar allí, sentir el viento helado en la cara, el silencio de un mundo de hielo, eso sí imaginaba sería otra cosa. Yo siempre quise ir, ¿cuándo será que nos van a decir que nos van a vacacionar en la entarte de decir a yo? Así que cuando Néstor le habló de la posibilidad de que toda la familia se fuera por un año, Juana ni siquiera lo dudo. Unos días después les confirmaron que al año siguiente emprenderían el viaje. Juana fue la encargada de darle la noticia a sus dos hijos. Norma, recuerda que les dijo, Nosotros tenemos que saber que es lo que vive, papá, cada vez que se va, entonces, vamos a ir todos juntos y vamos a disfrutar y a ver y a conocer qué es lo que hacía papá cuando se iba. Nosotros sabíamos de dónde íbamos por las fotos y a negros que contaba, ¿no? Pero como familia nunca habíamos ido a algún lugar como ese y tampoco sabíamos cómo era, ¿no? En detalle. Y a nosotros nos pareció un idea excelente, así que en los enticias más o si uno preparamos para ir. Toda una aventura y es que no era cualquiera záña, serían parte de las primeras familias que vivirían en la Antártida. Por primera vez la propuesta era que mujeres y niños viajaran con sus maridos militares y se quedaran en la entartidad la temporada completa junto a ellos. Argentina había decidido crear un barrio en una de las estaciones más accesibles, en base esperanza. El barrio se construiría justo antes que llegara la primera camada de familias, a inicios de 1978. En total viajaría en otros familias, más el personal asignado a la base. Para el éxito de la campaña era importante que las familias se conocieran y formaran un vínculo antes de viajar. El año previo, por un año muy divertido para nosotros como chicos, porque se hacían asado unas reuniones para socializar y después probarnos la ropa. Enterizos naranjas de tela especial para el frío antártico, sacos de lana, capuchas de cola de sorro, pantalones y camisetas térmicas, guantes, gorros, botas. Además de la ropa para la familia, Juana debía pensar en lo que necesitaría durante todo ese año. Regalos para cumpleaños, una pelota de fútbol para Gabriel, Lana y Agujas para Norma, que aprendería a tejer productos de higiene femenina, algunos libros y no mucho más, porque el pedido era no sobrecargar al equipaje. También tenían que hacerse varios chequeos médicos. Los adultos incluso tenían que sacarse la péndice para evitar que les agarrara una péndicitice en el medio de la nada. Juana, Precavida, también sacó una cita con el ginecólogo. Aunque su marido siempre había querido tener otro hijo, ella no quería volver a quedar embarazada. Ahora, con la aventura de la entarcia en el horizonte, menos aún. Así que, para no correr ningún riesgo, decidió comenzar un tratamiento anticonceptivo. Y seguimos ese medicamento. Y creo que no pasó dos meses y me sentía mal. Me voy al médico. Estoy embarazada. Me asusto. Yo lo digo al médico que yo no quiero estar embarazada. Yo quiero ir a la Antártida pero no quiero estar embarazada. La felicidad por la idea de vivir un año en la Antártida ahora está opacada, por el miedo de llevar un embarazo y dar al luz en el lugar más remoto del mundo donde tampoco claro había hospitales ya volvemos hola ambulantes quiero compartir una noticia que nos emocion. Hace unos días lanzamos un nuevo podcast sobre lo que significa vivir un momento tan incierto, político y socialmente como este. Se llama The Moment, with Jorge Ramos en Paola Ramos y es nuestro primer podcast en inglés. Padre e hija conversan con políticos, artistas, activistas para ofrecer perspectivas latinas auténticas sobre cultura popular, sociedad, política y los temas más subjentes de la actualidad y los cambios sin precedentes que vivimos. Escucha the moment, which honge ramos en faula ramos todos los mírcules en tu aplicación de podcast favorita. Estamos vuelta en ráambulante la periodista Patricia Serrano junto con nuestra la productora de Neri Escasasuz investigaron esta historia, equipatrizia. Juan Asenteró de su embarazo a fines de 1977, meses antes de viajar a la Antartida. La noticia la había tomado completamente por sorpresa. Según los cálculos, el bebena sería un junio de 1978 en pleno invierno austral. Estaba muy preocupada porque no sólo se trataba de viajar embarazada a un lugar sin hospitales ni las comunidades que podría tener en Buenos Aires sino también por lo que todo eso implicaba. Porque yo sabía que me iba a perturbar el embarazo, no iba a poder hacer lo que yo quisiera hacer por donde quisiera andar, que es yo. |
| 8:29.0 | Y aunque le costó aceptar la idea de viajar embarazada, su marido terminó por convencerla. |
| 8:34.0 | Yo te voy a cuidar, me dice, yo voy a estar la verdad 24 horas, vamos a estar juntos. |
| 8:39.0 | En seguida avisaron del embarazo al comando antártico, y después de hacer unos chequeos médicos a Juana, les dijeron que podía viajar. Así que tan solo unas semanas después comenzó la aventura. Las ocho familias subieron una aviónércoles de la Fuerza de Eriar Gentina, una avión militar donde también viajaban un sacerdote y un doctor. Los llevaron hasta una de las ciudades más australes del mundo, la o su haya. Allí esperaron las condiciones climáticas perfectas que les permitieran hacer el resto del traslado hasta el destino final, base esperanza. Tendrían que sortir casi 1.200 kilómetros por agua en una de las zonas más peligrosas del planeta. Lo hicieron en un barco de carga de la armada argentina, también |
| 9:25.9 | los acompañaban rompeilleros, un barco especial para abrir pasos en mares congelados. No era un viaje apto para personas miedosas, tenían que atravesar el pasaje de Drake, donde se juntan el océano Atlántico y el océano Pacífico. Lo lograron en medio de una tormenta con olas que podían llegar a los 15 metros de altura. |
| 9:47.1 | Juana, que estaba entrando su sexto mes de embarazo, pasó el viaje amarrado en una cama en la enfermería del buque, descompuesta todo el tiempo. Y ahí con el movimiento del mar me revolvió el estómago, y prácticamente me pasó a más en la salita, en una cuna, que como las cunas se mueve a la parte del movimiento del buque, |
| 10:09.6 | eso te calma. |
| 10:11.8 | El viaje duró más de una semana. |
| 10:14.3 | Gabriel tenía seis años, pero recuerda muy bien esos días en Alta Mar, |
| 10:17.8 | que parecían interminables. |
| 10:20.0 | Y yo estaba desesperado por haber tempanos. |
| 10:22.1 | Pasaba la día, pasaba la día, nunca llegábamos. |
| 10:24.4 | Hasta que, me acuerdo claramente que un día miro así por el ojo de web y empiezas a ver un par de tempanos, y ahí me puse contento que estábamos llegando en Tartid. Era 14 de febrero de 1978, y las familias estaban a punto de comenzar el año más extremo de sus vidas. Pero peremos en este punto, Antes de seguir es necesario entender el propósito de esta misión. Empecemos por la Antartida, ese lugar más frío, seco, eventoso del planeta, contiene la mayor reserva de agua dulce del mundo y es un laboratorio clave para la ciencia. ¿Cómo entra Argentina en esta historia? Bueno, aunque muchos no lo saben, Argent es un país fiscontinental. Eso se debe justamente al reclamo de soberanía sobre una parte de la Antártida, delimitada por los meridianos 25 y 74 de la unituó este que se extiende hasta el polosur. Y lo fundamenta sobre todo entre razones. Por el enencia histórica, Argentina ha heredó derecho |
| 11:25.0 | sobre el territorio después de la independencia de España, ya que formaba parte del birlainato del río de la plata. Luego, por presencia continua, fue el primer país en establecerse en la Antártida en 1904, con una base llamada Orcadas. Desde entonces, ha mantenido una presencia en interrumpida con actividades científicas, militares y civiles, hasta llegar a tener 13 bases en ese continente. Y por último, debido a la proximidad geográfica. La península antártica está lineada directamente con la Patabonia Argentina y separada solo por el pasaje de Drake, lo que refuerza al vínculo natural entre ambos territorios. Pero para reafirmar un más de ser reclamos sobre la soberanía, Argentina y de O también el plan que estaban llevando a cabo la familia de Juana y las otras siete. Ser el primer país se encrear un barre en la Antartida. Un lugar donde la vida fuera similar a la del resto del mundo, con nacimientos, bodas y niños en la escuela. Era una idea que |
| 12:25.1 | venía desde hace muchos años, desde el gobierno de Juan Domingo Perón en los años 50, |
| 12:30.7 | y que recién ahora se estaba poniendo el marcha. Lo llamaron Fortín Sargento Cabrade, |
| 12:36.6 | y es allí donde Juan y su familia llegaron a que el 14 de febrero de 1978. El barrio, |
| 12:43.7 | ubicado en base esperanza, albergaría 31 31 personas, tenía cinco casas rojas de madera y metal, una edificio grande, una central que generaba energía eléctrica y una plazoleta. Todos los materiales necesarios fueron transportados obviamente por barcos. La familia de Juana recibió la casa número 3, previo un pequeño problema. Esta es otra vez norma, la hija mayor. El barco que llevaba a las cazas, sufrió un inconveniente, muchas cosas se tuvieron que tirar para que el barco no se hunda, entonces las cazas no quedaron perfectamente acabadas. Las cazas tenían dos habitaciones, un baño, un living comedor y una cocina. Era en estructuras modulares de metal, es decir armadas con paneles que devían sellarse en sus juntas. Una pareja va brochada a la otra, pero le faltaba el sellador para que no entre la nieve por el costarito. Y ahí ya hice que da alguna indija y por ahí entraba la nieve. |
| 13:46.6 | Y se acumulaban el piso de la casa. Norma y Gabriel lo tomaban como una aventura. Se abrigaban y hacían muñecos de nieve en la sala. Y aunque hoy resulte casi imposible de creer, no tenían califacción central. Calentaban el ambiente con pequeñas estufas de creoseno, que Juana iba cambiando de lugar a medida que se movían por la casa. |
| 14:07.4 | Durante el día los chicos iban a la escuela, pero era muy distinta la de Buenos Aires. Solo tenía 12 alumnos, tampoco que prácticamente tenían clases particulares. Norma estaba empezando a la secundaria y Gabriel era el único alumno de primer grado. Las clases la tomaban la casa de su maestra, esposa de un suboficial del ejército. |
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