Algo se acercó hasta la puerta de mi cuarto. Pude escucharlo y afuera. Solo estamos en la casa mi perita y yo, así que primero pensé que era ella pero poco a poco. Pude escuchar. Me di cuenta de que su forma de rascar no era la de siempre, no era mi perreita, había algo más ahí. Muy buenas noches, mi querida comunidad. Les agradezco que de nuevo cuentes ten aquí listos y listas para escuchar las siguientes historias de gente normal, de gente común como ustedes o yo, que de pronto tienen encuentro con lo paranormal, con el mundo muchas veces aterrador de los sobrenatural. Les reécemos ser parte de esta comunidad, de este proyecto y que sigan confiando nosotros para darle voz a sus historias para compartirlas y mantenerlas vivas. Es muy importante porque alguna vez ya no está rello, ya no estaremos la mayoría de quienes escuchamos ahora, pero nuestras historias seguirán viviendo aquí en este registro para siempre. Es momento de apagarle luz, dejarse llevar, darle vida a todo lo que estamos a punto de narrar, estás escuchando, relatos, de la noche. Yo tenía unos 10 años cuando pasó esto, acompañé a mi prima casa de sobuela porque estaba muy enferma. Ella vivía en un pueblo chiquito, a unas horas de donde yo vivía, y como éramos en la misma edad, nuestras mamás pensaron que sería buena idea que yo fueron unos días con ella, para que no estuviera sola en ese momento tan difícil. Su abuela vivía en una casa antigua, de esas contechos altos, llorama de la vieja. era una señora muy terida en ese pueblo y cuando su salud se complicó, todas sus hijas

empezaron a tornarse para cuidarla. saltos, llorama de la vieja. Era una señora muy querida en ese pueblo, y cuando su salud

se complicó, todas sus hijas empezaron a turnarse para cuidarla. A mí y a mi prima, nos acaban por las noches, cuando llegaban las adultas o ser guardias, por eso las dos nos íbamos a rezar a la iglesia, que estaba una cuadra de ahí. Era una iglesia vieja de esa sepiedra, de cientos de años, con apenas unas cuantas velas encendidas, y nada

más, al menos cuando yo fui... Era un iglesia vieja de esa sepiedra, de cientos de años, con apenas unas cuantas velas

encendidas, y nada más, al menos cuando yo fui no tenía focos ni luces modernas,

todo lo alumbraban las velas que dejaban los vecinos.

Siempre empezábamos frente a un santo que estaba en un costado, por la entrada, y siempre

cada noche había una monga ahí, una figura de negro arrodillada, rezando en silencio. Nunca no se sía nada, nunca se movía. Parecía que ni siquiera se daba cuenta de que estábamos ahí. La tercera noche que fuimos la vuela estaba ya muy grave. Yo lo supe porque valló ahora mi prima por primera vez. Ni siquiera terminó el rosario, cuando estaba un toresando se levantó de golpe y se salió de la iglesia y yo me quedé sola, pero sentí que tenía que hacer algo, como si de alguna manera dependiera de mi entonces, pero lo cierto es que en ese momento yo no creía del todo, me cuestionaba si Dios existía. Si servía de algo lo que estaba haciendo, pero igual me quedé ahí frente al santo y le pedí un milagro. No le pedí que salvara la vuelta porque ya estaba muy mal. Le pedí que si no podía hacer nada más, por lo menos le diera paz a mi a mi prima a su familia y que me diera fe a mi para creer. Terminé de rezar me levanté y caminé hacia la puerta y fue entonces cuando por primera vez no te que la monja ya no estaba mirando al santo, estaba de perfil, mirándome a mi. No me detuve, ferozentí el miedo en el cuerpo, como si una corriente helada me pasara por la espalda. Seguí caminando, la pasé por un lado y no sé por qué lo hice pero la voltea a ver. La guerra de la monga estaba cubierta de cera, de retida. No tenía expresión, no tenía ojos, solo la forma de un rostro, de formado por la ser, salí corriendo, alcance a mi prima justo en esquina, cuando ya llegaba por ello no de sus tíos, no sabizaron que la vuela había muerto. y de siguiente en esa misma iglesia hicieron la misa, el sacerdote se acercó a nosotros al final. Nos dijo que había visto como habíamos rezado por la señora todas las noches, que eso había sido lo correcto. Yo, con el corazón en la carganta, me atrevía a preguntarle por la moja, la que rezaba junto al entrada a todas las noches. El padre sonrío me dijo, aquí no hay mojas hija, hace décadas que no hay una sola en esta iglesia. Hola, vivo en Bogotá, Colombia, y los conozco desde la pandemia. Aunque debo confesar que me obsesioné tanto que en semana terminé todos los años que tenían episodios. Aunque me gustaría dejar mi nombre como anónimo por temas personales, les contaré que he vivido situaciones que la gente podría llamar cuando menos particulares. No se comparan con muchas de las historias que se comparten aquí, pero me han dejado suficientes sustos como para convencerme de que definitivamente no estamos solos. Esta vez con terredos de ellas que se podría decir están conectadas, o al menos eso creo yo. Esto pasa en mi apartamento, que comparto con mi hermano mayor, mi perro y mi madre. Es un piso bastante alto por lo que cuando hay viento, las ventanas suenan bastante fuerte e incluso si elvan. Más en susto por la noche me ha llevado por eso. El recuerdo que mi hermano estaba afuera siendo quien sabe qué, y mi mamá trabajando y yo, como estaba de vacaciones, me había quedado sola. C que siempre me pone un poco nerviosa. Hasta ese momento no habíamos vivido nada extraño, pero por la estar es aviera que no podía explicar. Como estamos creciendo decidí ver una serie que tenía bien atrasada, me senté en el sofá y prendí la televisión. Es un apartamento relativamente pequeño. Lo más importante es saber que las sales como un rinconsito, pero tiene vista a un minipacillo que da el cuarto de mi mamá. Si ella deja la puerta abierta, puedes fer un armario de esos que no tienen puertas, pero que te puedes meter a cambiar ahí. Digamos que es un quartito dentro de un cuarto, por decirlo así. Mi mamá tenía un tapete donde mi perro, un pameránea pequeño dorado, costumbrado dormir. Por eso era muy común que yo girara la cabeza de la televisión y lo viera ahí, acostado. Ya era en pasado la 7 y medio hambre, por lo que fui a cocinar. Me hizo unos ravioles de carne, de una marca que estamos mucho por por acá en Colombia, muy buenos, por costumbre ya me ha mi perro. Y lo sé, sé que no tenemos que dar la comida de humanos a los animales, pero simplemente amo como si luminava azúcar al ver comida y nunca podió resistirme. Lo llamé varias veces por su nombre, Lula, hasta que por fin apareció, caminando lento, más de lo normal. Era muy fácil detectarlo, el piso de la madera y sus uñas se escuchaban cuando caminaban. Cuando llegó sentí una punzada, un dolor en la espalda baja, pero lo enuré. Me le quedéé viendo, lula estaba como expectante, pero totalmente inexpresiva, algo que no pasa cuando sabe que le voy a dar comida, por lo pequeñita que es normalmente malgacho y le doy, muchas veces pasa que de lo emocionada muerta esta mis dedos y me dejo una marquita. Y esto pasó esta vez, pero fue muy, muy brusco. No me dejo un simple rasguño. Me dejo una herida desde la uña hasta la articulación que sigue. Y sobre salte, solte el rabiol. Ella se lo comió. Luego me miro con esos grandes ojos que tiene que… De acuerdo con mi madre, son como dos uvas y sabelinas, pues nunca le he visto la parte blanca. Pero nuevamente algo extraño pasó, no tenía brillo en los ojos, simplemente no había… Nada, ningún reflejo. La luz de la cocina estaba aprendida y debería reflejarse en ellos,

pero no estaba ahí, ni siquiera había librillos del líquido de sus ojos, parecían mates. No me moví, no podía, y ella me miró por un tiempo más y luego se fue de regreso al cuarto de mi mamá. Mi mente simplemente no lo procesó, en automático malimpiel herida, mi comida pasta, la ve los platos y regresé al sofá. Gire la cabeza y ahí estaban otra vez en sus ojos mates, apagados, viendome desde el tapete. Gire otra vez y prendí la tele a todo volumen. Me di cuenta de que estaba casi perventilando, no sé de secuando, tal vez de que me mordió. Apenas logré calmar me limpiarme el sudor que tampoco había notado antes. Y luego creo que como todo se romano un normal y asustado, puse caricaturas. Me hizo un maratón de Barbie, Trimhaus, muy infantil, seguro, pero definitivamente yo dos y se me pasó el miedo. Debo admitir que hecho para el dedo para que parara el sangrado también ayudo. Incluso cuando daba pequeñas miradas para ver alula, no te que no me estaba mirando, estaba dormida en un novillo, como oros, y no se movía. De alguna forma eso me tranquilizó. Pasaron las oras y mi hermano y mi madre llegaron a eso de las 11, yo seguía despierta. Me pare para abrirles y de rojo, vique lo unlace paro, escuché sus uñas en la madera. Nunca, comunidad, nunca se me van a olvidar esos segundos, porque lo que pasó en ese instante, en el que parea abrir la puerta, aunque al principio fue un sonido, una visión sin importancia, ahora aún me persigue. Escucha el sonido de esos sus uñas pero más lento, como lo habéis escuchado hace unas horas. Entraron mi mamá y mi hermana y todos estaban normal, les pregunté por su día y ellas por el mío y bla bla bla. Todo volvió a la normalidad. Luego que ya en cuenta de que Lula no estaba saludando mi mamá, a quien adora, y me puse a buscarla para que mi madre la cariciara. La busque por todo el departamento y ya lo no encontrarla, le pregunte a mi mamá si la había visto. Ella me contestó. Lula? Ah, claro, tengo que ir a recogerla con tu papá. No si es el favor de llevarla a la peluquería. Mañarme con bañas por ella. Ahí me cayó el balte de agua fría. Lula estaba con mi papá. Yo misma la llevé a la peluquería y le pedé a mi papá que la recogiera porque estaba muy lejos y era muy tarde para salir. Mira mi mano. Leritaida seguía ahí, con la sangre seca, ya sanando. Me fui a espaldas y volví a hiperventilar. Mi madre luego me contó que de mi tono trigueño pase a blanco papel en segundos. Cuando respire mejor le conté lo que me había pasado. es muyyente en las energías y hace de todo para lejar a las negativas. Tenemos por ejemplo rotundamente prohibidas las películas de terror, incluso las de zombies, porque atraen o llaman a esas energías según mi mamá. En ese momento me recordó lo que repite cada vez que alguien le cuento una experiencia

sobrenatural.

Si mientras pasó no sentiste nada, o sentiste felicidad o alegría o paz, o incluso tristeza,

es que son energías buenas, ángeles y familiares que vienen a recordarnos su presencia y ayudarnos.

Pero sin cambio sentiste miedo, ir a pánico o interacilidad, lo que vi no son demonios, energías impuras que buscan algo de ti, tu energía, tu terror, incluso tu alma, me preguntó que fue lo que había sentido, yo llamas Calmada, supe que si le decía que sentí pabor, se alteraría también. Así que dije que solo había sentido tranquilidad, tristeza. Mi mamá respondió. Entonces era uno de tus ángeles que te estaba protegiendo en forma de lula. ¿Quién sabe que energía se estarían rondándote para aquellos tuvieran que bajar, protegerte? Solo les son reis, ya sentí, pero por dentro, por dentro había quedado más asustada que antes. Al desigente le pedía mi hermana que fuera con mi mamá por lula y aceptó. No quería ver la noche en pintura en ese momento por mucho que la mare me daba mucho miedo. Cuando me olvía quedar sola se podía decir que me puso a reflexionar. Pudo todo ser un sueño me lastime con algo. Suro saqué una olla y hervia agua, además de que recuerdo vividamente como me murdeó. Cuando más lo pensaba más me confundía, pero intenté dormir pues era de día y me sentía cómoda. La pena ser los ojos, recordé esos segundos en los que me parea abrir la puerta, los reviví pero en cámara lenta. Y ahí, ay me cayó el segundo válte de agua fría, las uñas, esas malditas uñas, llevó a mi se escuchando al lúla andar en muchos pisos y aunque parezca raro puedo diferenciar su caminar del de otros perros, incluso haguiendo muchos en lugar, recordé cómo sonabanban en ese momento. En desorden, pero lento, como un animal de cuatro patas, luego fueron cambiando. Pero en orden. Han escuchado cuando una persona es tinta y choca sus sueñas en la mesa, o como los ya nos en las películas. Primero el menique, llobla anular, el medio y el índice repetivamente. Es un sonido mecánico, controlado y propio de lo humano. Y así sonaban como si estuvieran esperando algo, como si yo no fuera mi perro. ese disfraz de perro que simuló ser esa cosa. Mucha gente va a decir que esto no tiene importancia, que solo es un sonido, pero esos pocos segundos los tengo grabados mi memoria, y cada vez que pongo atención a cómo caminala lula, me convenzo más de que eso, no era ella. Cuando volvió no pude estar cerca de ella mucho tiempo. Por si te no era su culpa pero yo no podía. Obviamente un me encargaba de pasearla, de alimentar y de limpiarla, pero durante varios días no pude dejar de tenerla aunque fuera un poquito de miedo. Blaridas a no despacio en tiempo y todo volvió a la normalidad. Yo volvió a mi estar de sola con lula viendo la televisión, aunque ahora siempre me aseguro que sea ella a la que está en casa. O eso pensé. Esto que viene con continuación es la historia que creo que está conectada con la anterior aunque debo confesar que en comparación no puedo asegurarles que fue 100% real creo que puede ser tan real como que es que te pasen estas cosas pero lo siento como un sueño y ya entenderán por qué recuerdan que les dije que no haya pasado nada raro antes de eso pues es una verdad media, lo único que podría decir que era extraño que pasara era que las habitaciones miede mi hermana era algo con las luces de la casa, mi habitación y la de mi hermana punta en es el resto del departamento, y desde ahí podemos ver las luces de las áreas comunes. Algo que pasaba muy seguido es que dejamos las luces prendidas a las 6 cuando ya os colesía, y nos íbamos a nuestras respectivas canas a estar en el celular, las 2. Pasamos las horas y al subir la mirada notábamos que las luces estaban apagadas.

Nadie sabía si había sido la otra, o si era falta de memoria o algún problema técnico,

pero nadie se acordaba de apagarlas, ninguna de las dos decía haberlo hecho.

Esa situación seguía unos ocho meses después de lo que pasó con mi perro y llegó esa noche, estaba sola y pasó, levanté la vista y las luces estaban apagadas, aunque juraría que estaban prendidas un momento antes, no había nadie, ni siquiera lula, así que me encerré mi habitación. No había nadie, ni siquiera esta valula, me había asegurado de eso. Está en mi habitación, pero como siempre, con la puerta abierta de par en par. Reversé mi vista, mi celular. Pasó un tiempo cuando, en mi visión periférica, no te alcorraro y levanté la mirada. Mi puerta estaba cerrada. Solo que podrán pensar, las puertas se cierran solas con el viento o algo así, pero las ventanas estaban cerradas todas. Si hubiera sido el viento habría escuchado además un fuerte golpe. Fóquemás la viste y no te que no solo estaba cerrada. La puerta tenía el seguro puesto. Si el palito estaba vertical estaba abierto, si este honor horizontal se había cerrado, efectivamente, así estaba en honor y son tal. Eso sí no podía ser posible, sobre todo sin que yo me diera cuenta estando cerca de la puerta y solo me quedé pensando por un momento. El miedo me iba subiendo poco a poco por los pies cuando decidí pararme para revisar y escuché algo. alguien giraba la perilla de la puerta, pero no podía abrir. Primero lento, bastante lento y luego empezó su virdente y citada hasta que parecía que le quería arrancar. Yo estaba ahí viendo eso, paralizada y de pronto se detuvo. Alguien tocó con el nutillo. Tocaba como si a mi hermana, pero al mismo tiempo, diferente. Y con esa misma voz, con la voz de ella me habló por un hombre y dijo, ¿Lo que deja algo en tu cuarto? ¿Me puedes dejar entrar? ¿Por qué serás la puerta si lo tenemos prohibido? Ábreme. Mira, te traje algo. Me habló en un tono de olson que ella no utiliza. Y no puse contestar. Me quedé de pie. Completamente atónita. Luego puños, pero violentos. Y enada gritó. ¿Abre una maldito puerta? ¿O no salgas de saber? ¿Abre una latundo? Critaba, critaba, pero ya no critaba como mi hermana. No me regañaba como ella. Ví como la pintura de las paredes cercas es moronaba y en ese momento las piernas simplemente me fallaron y cayó el suelo. Luego eso cambió de vos. A una... Ronka como el señor borracho y fumador. Muy, pero muy desagradable. Y ya tranquilamente Por favor Deja mentir o la prefieren a ella mientras escuchaba las uñas de lula en la puerta de madera la estaba imitando se fueron volviendo esos que escuché ese día, no las de ella, no las de lula. Cambió ese ritmo mecánico que les comenté antes, como de impaciencia, muy humano. No me dijo nada más pero sí se empezó a reír, mientras con su sueña

seguía golpeando la puerta. No pude más. No me da pena confesar que me puse en posición fetal y simplemente ser los ojos mientras lloraba. Cuando los abrinosé cuando tiempo ha va pasado. Está dormiendo en mi cama, con la misma ropa pero dentro de la cama tapada. Me levanté cuando escucha mi mamá llamándome. Salí sin mirar nada y comí el desayuno. Ya era de mañana. Me regañaron por meterme la cama con la ropa puesta y por varios días estuve durmiendo en el cuarto de mi mamá. Eso es lo que me hace dudar si esto pasó o no, si estuvo último fue un sueño, fue real. Aunque cuando revisa la puerta, esta tenía cuatro pequeños agujeros como anilera que parecen hechos con un tornillo y había pedazos de pintura y polvo de la pareta alrededor de la puerta, como si alguien de verdad casi lo hubiera hecho caer. Y ya no tengo esa puerta, porque por el gúnextraña razón después de ese día empezó a rechenar muy feo. Las vizagras que si se habían vencido a golpes, según la persona que nos la cambió. Mi madre dijo que era mi culpa, que yo siempre la sotaba, pero la verdad es que yo no hago eso. Ahora comunidad, estos son por decirla así, mis apuntes, mis conclusiones sobre lo lo que yo llamo el limitador. Uno, imita a un ser que quieres. Primero fue mi perro, luego mi hermana. Pero creo que no puede apropiarse de su físico totalmente. Algo sigues siendo diferente. Son ellos, pero sin ser ellos. Como carajos saber que lo que te está gritando de este afuera de tu cuarto con la voz de tu hermana, es realmente ella. ¿Por qué su voz y al mismo tiempo no lo es? Segundo, no creo que sea un skin walker o un doppelganger. Mis relatos son parecidos a los de personas que los han sobrevivido, pero la verdad, algo no me cuadra. No sé si a ustedes sí. Tercero me queda una pregunta. ¿Por qué ese se rola puerta? ¿Por qué nos demostró como mi hermana, como lo hizo cuando personificó a Lula? La idea sería encerrar a la persona contigo pero no quedarte afuera, no? porque alguien se roba esa puerta, alguien le puso seguro y si no fue él quien lo habrá hecho con qué propósito habrá sido los ángeles que tanto aclama mi más, o algo más. Todavía siento que eso está esperando. Me da mucho miedo pensar que si hay una siguiente vez intentarás irse pasar por mi madre, o por mi papá. Ya no he pasado nada en más de tres años, pero nunca puedo bajar la guardia. Siempre siento algo vigilándome, este solo lo hago acompañada de día o de noche, simplemente es una sensación que no se me puede quitar. Ahora sigo con mi vida, ¿por qué? ¿Qué más puedo hacer? Como muchos protagonistas, arrelatos a la noche, solo sigo adelante, rocando porque no vuelva a pasarme nada. Gracias comunidad por escucharme, por la atención, por los consejos, les deseo felices sueños. Gracias por continuar aquí, entrando en la recta final del episodio de esta noche, te quiero recordar suscríbete porque hay un buen porcentaje de gente que nos escucha recurrentemente, pero que aún no se suscribe y es muy importante que lo hagan. Que se vuelvan parte de la comunidad y si has disfrutado de este episodio, solo si lo has disfrutado recuerde compartirlo con un amigo, con un un amigo con alguien que creas que necesita escucharlo o con alguien que tiene una buena historia para contar. Pásale este para que se anime a contarnos la suya. Ahora continuamos a la siguiente historia viajando hasta un lugar emblemático y muy misterioso de México, las islas marías, continuamos. Oloriel, saludos a ti y a toda la comunidad. Me llamo Cecilia Cabriel, me encanta el podcast y por eso decidí compartir esta experiencia. No tengo forma de explicar lo que pasó. Y creo que hasta ahora ha sido el episodio paranormal más fuerte que me ha tocado vivir. Y lo peor es que no estaba sola. Que hubo más testigos. Hace un año trabajaba en la institución pública en cargada de temas ambientales y me mandaron a dar una capacitación a un grupo de jóvenes defensores del medio ambiente en las islas marías, en Allerite. Mucho seguramente han escuchado hablantes asislas porque desde 1905 hasta 2019 fueron un centro panitenciario. Como te imaginarás, ahí sucedieron muchas cosas, cosas muy malas, muchas injusticias. De hecho, te puedo decir que estar increíble que si das un episodio especial de estas islas, porque creeme las historias paranormales de lugar abundan. A mí me mandaron dos veces a capacitar ahí, mi estancia fue de dos semanas en cada ocasión. La primera vez que fui no vivía ningún suceso raro, mucho menos paranormal, nada fuera de lo común, y eso que iba con mucho miedo por todo lo que habéis escuchado de ese lugar. Pero como no pasa nada, creo que la segunda vez fui con la guardia baja y fue justo cuando me llegó el susto. Te voy a dar un poco de contexto. El curso de capacitación organiza el gobierno federal y convoca a jóvenes diversas regiones del país. La capacitación se da en la isla María Madre, que es la única habitada actualmente y donde se encontraba la prisión, los susgados y las casas de los costodios. Tiene su placita, su iglesia, parece un pequeño pueblito. Hoy solo está ocupada de forma temporal, por personal de la secretaría de Marina y de la Secretaría de Medioambiente de Recursos Naturales, porque son área natural protegida. También hay personal de empresas constructoras que dan mantenimiento a las construcciones de la isla. Desde hace un tiempo también se permiten pequeños grupos de turistas los fines de semana, pero entre semanas está prácticamente vacía. Sus calles, completamente desiertas. Ahora sí, voy a lo que me pasó. Los el programa de capacitación os quedamos repartidos en diferentes puntos a la isla. Los capacitadores dormimos como dos kilómetros al lugar donde se hospedan sus estudiantes. Cada noche se designa a un grupo de todos o para hacer guardia allá, por si llegara a presentarse alguna situación. Ese día me tocó hacer la guardia con otras dos compañeras. Entre semana no había turistas, la isla estaba más vacía que de costumbre. Transitar de noche se puede volver, pesado.

Es muy fácil llegar a su gestionarte, pero nosotros en ese momento íbamos tranquilas, relajadas, ríendonos de cosas que habían pasado en el día. La guardia comienza la sieste la noche, pero eso no se hizo tarde. Apenas nos estamos bañando y preparando las cosas para pasar la noche con los estudiantes. terminamos saliendo de nuestra casa casi en la una de la madrugada

y vamos caminando muy tranquilas, conversando sin miedo. Pero justo una cuadra antes y llegar a la iglesia, escuchamos algo. Un lamento de mujer venía del monte, se escuchó muy bajito, apenas perceptible, pero con un dolor tan profundo, tan real que nos detuvimos, nos miramos pero nadie de nada, dimos unos pasos más. Y ahí fue cuando se escuchó de nuevo, el mismo lamento, pero esta vez, mucho más fuerte, con eco. Yo y una de mis compañeras nos miramos y fue tan fuerte lo que sentimos que se nos salieron las lágrimas, pero no eran de miedo. Era por la tristeza que transmitía ese lamento. Lo otro compañero se quedó completamente bloqueada, no podía ne hablar. Fue tan fuerte el sonido que corrimos. Nos vimos directo uno de las casas cercanas donde se estaban quedando otros compañeros, que gracias a Dios todavía estaban despiertos. Tucamos con tanta desesperación que ellos mismos se asustaron en la brirnos. Les preguntamos si habien escuchado algo pero nos fijaron que no. Y no lo pusíamos creer porque realmente se había escuchado muy, muy fuerte, y no había durado poco, no fue nada más un segundo, fue un lamento largo que se quedó vibrando en el aire, nos fijaron que tal vez lo habíamos imaginado, que podía ser su cuestión, pero no, las tres lo habíamos oído, las tres estábamos pálidas. Cuando se nos bajó un poco el susto, ellos mismos nos acompañaron al lugar de la guardia, uno se quedó con nosotros esa noche, pero la historia no terminó ahí. Porque las noches siguientes, las tres comenzamos a tener sueños rarísimos y tristeza que no se iba. Una cosa que no sabíamos de dónde venía pero que se quedó conozó atrás. Una noche terminamos hablando de cosas muy profundas, perdidas que habíamos tenido. Personas que se fueron de forma repentina. Dolores que ya teníamos bien guardados. Yo no pude volver a estar tranquila en la isla hasta que hablé con una de las estudiantes. Ella practicó una religión originaria y le conté lo que había pasado. Me explicó que eso que escuchamos es lo que muchos conocen como la llorona. Pero que en realidad no es una almean pena ni nada así. Me dijo que hay espíritus el agua, que nos un buenos ni malos, que existen en ciertos lugares para proteger a la naturaleza, y me dijo algo que no se me va a olvidar. Tal vez se manifestó para que levantes la voz por todas las injusticias que están ocurriendo en la isla. Esa explicación de alguna forma me tranquilizó. Me ayudó a terminar mi estancia un poco más en paz. Pero la verdad, hasta el día de hoy, no me explico que fue lo que escuchamos sin mis amigas y yo esa noche. Nunca lo voy a hacer. Y nunca voy a olvidar. Es el aumento que se quedó conmmigo Que me dejó una tristeza que nunca se fue del todo

Saludos comunidades

Espero que dorman bien This is an I Heart Podcast.