Esta semana leía un estudio interesante acerca de ¿por qué los hombres podemos conducir

durante horas en la dirección equivocada? Obviamente perdernos y aún así nos resistimos

a preguntar cómo llegar. Les estudio de muestran esto, que los hombres no nos gusta

detenernos, nos cuesta errores detenernos y preguntar cómo si preguntar haría que perdiera

monestrambría o parte de nuestra habilidad, mientras que las mujeres no tienen ningún

inconveniente cuando conducen en detenerse en donde sea preguntar por una dirección, porque

son en ese caso más pragmáticas que los caballeros y dicen yo tengo que llegar como sea.

Y todos los estudios concluyen que los hombres y las mujeres utilizamos distintas estrategias

de navegación a través de la historia. A las mujeres, por ejemplo, no se ofendan por

esto, les cuesta más interpretar o leer mapas. Las mujeres tienen a depender cuando

van a un sitio más de los puntos de referencia. Por ejemplo, bueno, para llegar a tal lado,

voy derecho hasta que vea el cartel de la Shell, doble al izquierdo hasta el parque

de ese lleno de árboles, y sigo hasta que metope con el McDonald's, doble a la derecha y

continúa hasta que vea el negocio orgánico, madre, y ahí es una cuadra. Y está bueno,

siempre y cuando nunca quiten el McDonald o el cartel de Shell, porque el lleno no llega

nunca. Los hombres no miramos punto de referencia, sino que confiamos en una sensación de movimiento

más primitiva, utilizando vectores mentales internos. Por ejemplo, para él en mismo sitio

los varones decimos, voy derecho unos 20 minutos, doble al izquierdo y sigo una 6.000

de ahí, si no me equivoco de ser tres, cuatro millas más, y estaremos 10 minutos máximo

y de ahí no me acuerdo si la derecha o el izquierda, pero seguro que encuentro. Y por eso

tardas tres horas más en llegar, porque es súper perdió. Nunca registramos ni el cartel

de la Shell, ni los árboles, ni el McDonald's, y mucho menos sabías que existía un negocio

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