Esto es un podcast de noticias, parezco está al hilo, que por cierto sacó un episodio muy bueno hace poco sobre muchos de estos temas, pero si nos parece pertinente y parte de nuestra misión tratar de entender mejor lo que se ha venido viviendo en Venezuela y lo que sienten muchos de los venezolanos que se ha ido. Entonces, con esa idea, la estaremos la historia de hoy. ¡Qué disfruten!

¡Esto es rámulat! venido viviendo en Venezuela y lo que sienten muchos de los venezolanos que se han ido. Entonces, con esa idea, les traamos la historia de hoy.

Que disfruten. Esto es Raúmulate, suelen el Alarcón. El episodio de esta semana arranca en Caracas, Venezuela el 2 de julio de 2017. Ese día, suele dar Jiménez Guevara a puso llave a la puerta de su apartamento. un duple examen pleno y luminoso en el municipio de Baruta.

Cerro de casa como que si fuera al supermercado, las camas estaban con la ropa de camas que usábamos y en el baño estaban las tuallas y todos nuestros productos de aseo, de higiene, y podías entrar a la cocina y sacar café y prepararlo y había comida en las escenas. Yo dejo esto así.

Salió a Salaropuerto con una maleta de 23 kilos, el peso máximo que permiten las aerolíneas. Se iba a visitar a su única hija a manda, que en ese momento tenía 22 años y se había instalado en Santiago de Chile 8 meses antes. En la maleta llevaba algo de ropa, un Cristo de Madera pintaba mano y muchas fotos, incluyendo una del cerro de lávila, un pico de la cadena

montañosa que rodea de este a oeste en la capital venezolana. Recuerdo que en ese momento pensé que se la gestaba trayendo a manda, porque quería que ella tuviera fotos de su familia y de su ciudad. Soledad quería compartir tiempo con ella, pero también tomar una pausa de Venezuela.

Necesitaba dejarse de la crisis social y económica del país que la goviaba.

O sea, llegó un momento en que yo sentía todos los días a la 7 de la noche,

un desasociego terrible, terrible era una cosa que no se me quitaba,

era como que en el corazón se me venía algo y yo hice aquí,

no estamos bien hay que ver para donde nos vamos el tiempo se acaba el tiempo se acaba la inseguridad en cara que has habia afectado y perdió por completo la tranquilidad con el tiempo se sumó otra preocupación el dinero cada vez le alcanzaba menos hasta ese momento eso nunca había sido un problema para ella era una bugada con casi 30 años de carrera que había trabajadoado en grandes empresas privadas. Pero en 2017 en Venezuela había una inflación de casi 900 por ciento anual y cada vez tenía que gastar más para comprar los mismos alimentos. Si es que los encontraba porque el desabastecimiento era enorme. Fue medio de todo eso que solo le da visito a su hija en Chile. En principio pensaba quedarse solo un mes pero por una cosa cosa u otra su estadía se fue extendiendo y empezó a extrañar a los que había dejado en Caracas. Ya mis padres habían fallecido pero me quedaba una tía que fue mi segunda mamá y esa tía es una vieja muy linda, súper simpática, yo la iba a visitar todos los días. Entonces, estaba ella, mi tía Vicky. Y estaba mi perrito, una boxer, quiera. Pero los tres meses de haber seguido, su tía murió. Y la idea de regresar a Caracas le empezó a aparecer cada vez más lejana. Así que mandó a traer a Kira y ahí se dio cuenta de que posiblemente ya no iba a volver a Venezuela. Cuando venía que si ya no había nadie que me esperara allá y amando estaba aquí, dije bueno, me quedó aquí, trató a hacer algo aquí. Como no les reconocían su título de abogada, empezó a probar con otras cosas. Trabajó como asesora en una empresa

de seguros desalutrivada y cuida a un bebé de una pareja de venezolanos, hasta que empezó a trabajar como consultora migratoria, ayudando a instalarse a los estranjeros que llegaban a Chile. Habían pasado cuatro años y ya se sentía afianzada en el nuevo país, Así que tomó una decisión, el ahora de vender el departamento que había dejado en caracas.

Ese en el que había vivido 16 años, había creado su hija y pasado los mejores momentos de su vida. Era muy agradable, muy agradable y fue una época muy linda que recordaste como el Chocalín. Toca la decisión de venderlo no fue nada fácil, pero además se sumaba otro problema. Su casa había quedado intacta, 115 metros cuadrados, llenos de libros, ropa y muebles, un apartamento lleno de fotos y objetos que eran parte de su identidad. Y ella, ahora, a la distancia, tendría que resolver qué hacer con todo lo que había dejado ahí. La periodista Cecil Adiguán, junto con nuestra productora en Eriscasas a Sus, reportearon esta historia. Aquí Cecilia. Cuando Soledad finalmente decidió poner al avental de partamento de Caracas, se sintió abrumada. Allí tenía todas sus cosas y no sabía que hacer con ellas ni por donde empezar. Era muy difícil ocuparse de vaciar lo a distancia y además no quería perder los recuerdos que más quería. Comenzó por preguntarle a sus amigos si sabían de alguien que pudiera encargarse del tema en Venezuela. Una amiga que había migrado a Madrid le dijo, solo pero Mairen está haciendo eso. Mairen reyes ventancur. Soledaya la conocía, había sido su compañera de trabajo y había ayudado a esa amiga en común a resolver un asunto. Esa vez la tía de la amiga no tenía con quien pasar el año nuevo porque toda su familia vivía en el exterior. Mairen, en seguida, aceptó a ayudarla y se ocupó de enviarle una cena a la señora. Es que Mairen siempre había sido así, solidaria, dispuesta a ayudar a todo el mundo. Una solucionadora de problemas nata por decirlo de alguna manera. Y fue después de eso cuando se le ocurrió una idea. Esta es Mairen. Eso me llevó a la reflexión de pensar, bueno, miren, entonces yo me voy a dedicar a prestar servicio para la gente que está fuera, que siempre está requiriendo alguien. En esa época Maireín tenía pocos ingresos y pensó que sería una buena salida laboral. En sus 60 años ya había tenido varios emprendimientos. Ahora se sentía lista para uno nuevo. Cuando soledad centero de lo que estaba haciendo, no duro impedir la ayuda con su casa. Me dio, llemeirí, te muelo, lo que estás haciendo, yo tenés escrito, y yo no voy a regresar, voy a vender mi mueble, te lo unas filtraciones, tú te vas a ocupar de eso también, yo le dije sí. Después de estar muchos años deshabitado el departamento de solidad había comenzado a deteriorarse. Es un problema que tienen la mayoría de las casas de los que se fueron. Como nadie se ocupa de solucionar los problemas que van surgiendo, las viviendas empiezan a venirse abajo. Lo mismo pasa en los espacios comunes de los edificios, porque para los que se quedaron es imposible afrontar los gastos de mantenimiento. Soledad, pensó entonces que la mejor estrategia para vender su casa a un buen precio era dejarla en buenas condiciones. Mairen se ocupó de todos los detalles, contrató una arquitecta y empezó a ir todos los días para supervisar los arreglos. También acordaron que Mairen se encargaría de vaciar los armarios, los cajones y las alazenas. Soledad le estaba abriendo las puertas de su casa, pero también de su intimidad. Mairen comenzó con la tarea. Primero revisó un mueble archivador que tenía tres cajones. Ahí soledad guardaba toda la documentación relacionada a su trabajo. Ahí había todo, de todas las épocas, me dice a solidar, como puedes guardar tanto

papeles, que es esto y les sea maillín, yo no sé exactamente qué hay ahí, pero tú empiezas acá, tú empiezas acá. Mairen le soca uno de los papeles que eran cientos y le fue enviando fotos para que solidad decidiera que hacer con ellos. Yo le preguntaba y que hacemos con esto, No, no me lo pongo a ir.

¿Cómo pese eso?

¿Cómo pío conststancias de trabajo, diplomas y expedientes. Pero guardo muy cuidadosamente fotos y otros papeles. Habían cosas que aunque me hubiese dicho no, deja lo yo le decía, bueno, pero mira esto es de cuando tu hija estaba pequeñita o la, ah, es verdad, no guarda, no. Cuando terminó con el archivador, siguió revisando los distintos muebles de la casa. Hablaba horas por teléfono con soledad, contándole que había en cada lugar. Y ella empezaba a echarme el cuento de donde venía. Quien se lo había dado si era su papá, si era su mamá. mamá y ya yo me escuchaba todo ese cuento para después seguir trabajando. Soledad recuerda muy bien cuando llegó el turno de deshacerse de una biblioteca de madera que le había regalado su papá cuando empezó a estudiar derecho. Y esa cuando la fueron a vender, eso me volvió, me volvió a tener que desprend en la biblioteca mi papá, más que de muchas otras cosas. Pero suelidad no era la única afectada. Me pego muchísimo porque la conocía de ser que yo había estado en esa casa varias veces, para mi fue muy importante, fue, bueno, lo no, yo creo que que se ese trabajo fue uno de los que hice con,

wow, con un nodo en la garganta constante. Porque no era solo un trabajo, era reconocer que solidad como tantos de sus otros amigos o familiares, ya no iban a regresar. también conmoverte a que alguien tenga que empezar de cero en otras fronteras y posiblemente haciendo cosas que quizás a ti nunca se las imagino que las iba a hacer. Habíamos momentos en que yo la sentía de ella muy con novia porque me decía solo, Yo estoy aquí en tu casa y me parece extrañísimo que yo estoy aquí y tú no estés y yo me quedé, me quedé porque hay que alguien cuente que efectivamente se estaban desmantelando mi casa. Es que hasta ese momento no había procesado el todo su partida. Yo caí en cuenta que no me había despedido en mi país cuando salí y mi duele migratorio fue tardío. No es lo migratorio, es una frase que suelen usarlos que migraron. Son los sentimientos y pensamientos que surgen por tener que dejar atrás la cultura, la lengua, la familia, los amigos, su historia personal, y parte de la vida que construyeron en su país. Porque para algunos migrar es como nacer por segunda vez, pero en otro lugar. Para soledad, su dóel a migratorio comenzó recién al desmantelar su casa a la distancia. ¿Por qué no se estaba despidiendo solo de sus cosas materiales? No es lo que valen esos objetos en dinero. Las memorías que están indisolublementes asociadas, una silla no es una silla, una silla es donde te sentaste a amamantar a tu hija. Un sofá no es solo un sofá. Un sofá es el sofá que era de tu exmarido que se murió a los 43 años. Cosas que le ilusionaba a guardar para algún día dárselas a su hija manda. Entonces, imagínate todo el trabajo, toda la elaboración que tú haces para llegar a aceptar, que ya no se va a sentar en esa silla, ya no se va a sentar en ese sofá, sino mismo otro. Entonces ya como que aprendes un poco a ejercer el de sapego. Pero entre las cosas que encontró Maírin hubo algo de lo que Soledad no se quiso deshazar. Unos saeros de su día Vicky. Maírin se los guardó en una caja con fotos y se los mandó a Chile para que los tuviera con ella. Cada vez que me quiero poner así como algo de color bonito,

digo, vente Vicky, la compañía me atalcó, se me pongo lo, me pongo los árboles. Cuando Maireín terminó su trabajo, el departamento se vendió muy rápido, pero también muy barato. Porque con la crisis del país se desplomó el valor de las propiedades. Un departamento, según los hijos soledad, pasó de costar 150 mil dólares a 40 mil o menos. Es que había muchos venezolanos queriendo vender y pocos pudiendo comprar. Y si bien soledano y es un buen negocio, le consuelas a ver que no dejó cuentas pendientes en Venezuela. Y con eso hice las pases al tener este pensamiento. vino paz, me aquietó o ser en mi espíritu porque me preguntaba en muchas nochas de que me despertaba madrugada, yo se quedé que me hubiera podido traer que serán que necesito ahora y eso me generaba mucha inquietud, muchas de esa sociedad. Y el día en que dije, solo te trajiste es lo que te tenías que traer y lo que se quedó allá, no lo necesita. En ese día encontré paz. Maireen pasó muchísimas horas vaciando el departamento de soledad, pero no quiso cobrarle nada por su trabajo. Y le dije no, no me debes nada, porque lo voy a tomar como mi entrenamiento. Y mira, fue tan cierto lo que dijo, porque se convirtió de ahí en adelante su reinvención. La desoledad no era la única casa por desocupar. En poco más de 10 años salieron del país cerca de 8 millones de venezolanos, casi un cuarto de la población. Y hay más de un millón de viviendas vacías y en ellas objetos que son rastro de la vida que hay hubo. Maireen estaba dispuesta a ayudar a muchos otros a reencontrarse con sus recuerdos. Una paz y vol volvemos. Queremos contarles una gran noticia. Este jueves 23 de octubre se publica la nueva serie de central, el canal de serie de Raúl ante estudios, con una historia que nos impactó desde el primer momento. Se llama La Ruta del Sol y reconstruye un caso que sacudió a todo un país, una tragedia inquietante, privada, que terminó poniendo en foco la mayor trama de sobornos del continente. Es la historia de un hombre, una familia y un puñado de personas que quedaron atrapadas en esa frontera borrosa, donde se cruzan el poder económico, el poder político y la corrupción. La pueden escuchar a partir del próximo jueves en central potcas.audio, o en aplicación donde escuchen sus podcas. Acá les dejamos un pequeño adelanto. Afinales de 2018, una tragedia familiar está llunescándolo en Colombia. Vamos a reconstruir el impactante caso de la muerte de Jorge Enrique Pisano, uno de los principales testigos del caso Bo de Orecked, y tres días después la de su hijo Alejandro. Inmediatamente le pregunté quién mató mi papá, quién fue, quién estaba ahí. La historia de los muertes, una botella de agua envenenada y una rete corrupción internacional. Escuchan central la ruta del Sol en la Abdea de Aja Radio a Paul Podcast, donde sea que escucha estos podcasts. Estamos ¿Qué es la idea? ¿Qué es la idea? ¿Qué es la idea? ¿Qué es la idea? ¿Qué es la idea? ¿Qué es la idea? ¿Qué es la idea? ¿Qué es la un nombre. Cuando Maduro la idea y Maduro el nombre, que digo, y se vaya a mar solucionó por ti, pero pronto se dio cuenta de que era demasiado trabajo para ella sola. Entonces le propuso a su sobrino Carlos Sanrique asociarse. Él ya la había ayudado a vender los muebles de soledad en plataformas virtuales. Además son muy cercanos. Este es Carlos Enrique. En una de las dos muy bonitas de respeto, que mosoca niño, y bueno, ahora que estamos en esto, que he aprendido muchísimas cosas y me han enseñado muchísimas cosas también. Carlos Enrique era el único joven de la familia que no había migrado. Tenía 22 años, estudiaba relaciones internacionales, y además había trabajado en la compra y venta de autopartes con su papá. Pero cuando su tía le propuso el trabajo sentuciazmo, juntos pensaron en optimizar el método para vaciar las casas. Primero habría que hacer un inventario para luego decidir

con los dueños que donar, que vender, que guardar y que tirar. Y con el boca en boca les empezaron a llegar las primeras casas para desmantelar. En general las personas que los contactan son de que las medianas, mayores de 50 años y con hijos. Son menesolanos y venezolanas que pensaban volver, por eso dejaron sus casas armadas. Mairen organiza con ellos videoyamadas para conocarlos y saber que necesitan. También para ganarse su confianza. Después de todo le van a dar el acceso a su casa y a diferencia del caso de soledad para ellos Mairen es una completa descon desconocida. Para Maírin no deja de ser impactante entrar a una casa que estuvo tanto tiempo cerrada. Y agradable así como que hay que enrritmo lo es porque generalmente hay polvo, hay telaráneas por supuesto, pueden haber bichos, cucarachas,acha chiquipas y el olor que se siente al entrar es muy particular pues como se lisa que olor ha guardado que no sé cuál es el olor ha guardado me imagino que es el olor a tierra olor a polvo olor a como a la madera úmeda porque 10 años una pasan cerrar realmente crea mucha humedad. Una vez que están adentro comienzan a revisar todo. Suelen usar guantes, tapabocas y pinzas para evitar alargias en los ojos y en la piel. Abren puertas, cajones, armarios. Gaban varios videos con todo lo que hay dentro y luego se los envían a sus dueños, porque muchas veces ni se acuerdan que dejaron en sus casas. Hola Sara, me iré y como estás, desorunciando por ti. Juntos deciden que hacer con cada cosa y ahí comienzan a embalar. Pero a este no tiene mucho embalar así para poder le no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, lo mejor entre el razón y decía botar el papel,

o cualquier otra cosa que haya guardado.

Acá por ejemplo está Maidine en una casa deshabitada revisando con un experto un piano que llevaba va a año sin ser tocado. Y se dan difíciles de mis comprobetos vendiendo.

Porque no va a rellevarse al piano.

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