¡Avíe un avís, en un rey no muy lejano, dos hijos del rey que le preguntaron a su padre,

su majestave, un caballero nace, o sea se, el padre dijo vosotros que creéis, bueno,

creo que un caballero nace caballero contestó uno de los hijos, no estoy de acuerdo, dijo el

otro hijo, un hombre solo llega a hacer caballero con preparación, con entrenamiento,

con disciplina, entonces el rey les planteó un desafío, me dijo bueno, probad vuestras teorías y

presentadme un ejemplo si un caballero nace, o sea se, o doy una semana dijo el rey para que volváis

con las pruebas, era medio gallego o catalán, así que los dos hijos partieron en direcciones

diferentes, el hijo que creía que un caballero se hace y no nace encontró su prueba en una taberna,

pidió una taza de café y quedó asombrado que el camarero era un gato y este gato estaba

entrenado para pararse sobre sus patas traseras y con las delantiras llevaba la bandija, la

charola, usa un pequeño uniforme y era la prueba que una criatura puede superar su naturaleza

con preparación, con disciplina, así que el primer hijo ya tenía la prueba de su teoría,

si se puede cambiar un gato con más razón o con mayor razón un hombre, de modo que el

príncipe compró el animal y se los llevó consigo a la corte como prueba y el otro hijo no tuvo

tanta fortuna, recorrió el reino pero no pudo encontrar nada que sustentara su teoría,

esto se regresó al palacio con las manos vacías y para empeorar las cosas llegaron a sus oídos

los comentarios sobre el descubrimiento de su propio hermano, entonces las noticias sobre el

gato que caminaba sobre las dos patas le hicieron dudar acerca de sus convicciones, pero una

sola sante de que tuviera la cita con el padre que tenían que presentarse ante el rey,

vio algo este segundo hermano en una tienda que lo hizo sonreír, lo compró, no le dijo nada

nadie y los dos hermanos entraron a la cita a la corte del rey llevando cada uno una caja,

el primer hijo anunció que podía probar que el hombre puede superar cualquier obstáculo y

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