Hola soy Fry, Sergio Zerrano y estás escuchando el podcast la habilé en un año, donde escuchamos la voz de Dios y vivimos la vida a través del lente de las circuituras. El podcast de la habilé en un año es presentado por Asencha. Usando la economía de la Bibliad de Grey Adventure, leeremos desde Genesis hasta Apocalypse, descubriendo

cómo se desarrolla la historia de la salvación y cómo encajamos en esa historia hoy, llegamos al día 160. Ayer observábamos varios relatos que se nos presentaba sin ningún milagro, parece que marcos, esto de los milagros ha pasado por momento y veíamos cómo Jesús hablaba con los líderes religiosos y les habla de la vía y empieza el gran conflicto si ya estaba habiendo conflicto con ellos ahora se agudizó un poco más después hablan de lo que los impuestos, el argumento de si se pagan o no se pagan y muestra la imagen del César, al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios y que es lo que es de Dios tuyo, porque la imagen de Dios está en ti, está en mí. Así que tenemos que entregarnos cada día más a Dios y al César se reentrega la moneda porque ahí está su imagen. También allá veíamos cómo los aduceos tenían un septicismo más reclar sobre acción y eso les pelea frente a esto y les dice miren si vamos a resucitar y tenemos que hacerle caso los mandamientos. En más, Jesús ahora nos invita a dar una ofrenda, es decir, a entregarlo todo, todo lo que tenemos para vivir y confiar plenamente en el señor, están frente al tesoruela del templo, mirando quién da más, me he sentado de cuenta de que esta pequeña mujer dio una ofrenda, que algunos podría ser insignificante. Jesús dice que ya dio todo lo que tenía para vivir mientras otros estaban dando lo que les sobraba. Lo grandes donantes que estaban contribuyendo generosamente no reciben hoy el enogio de Jesús, el elogio, se va para esta pequeña contribución de la vida. Vau, que lindo es poder confiar en el Señor y decir el Señor, todo lo pongo en tus manos porque si está en tus manos tu provees, tú nos das lo que necesitamos, la confianza que debemos tener en el señor. Así que la Iguera se secó, Jesús purificó el templo, nos habló sobre la oración, sobre los líderes religiosos y nos invitó a ofrecer lo mejor de nosotros, a entregarlo completamente y a estar siempre conectados con Dios a través de la oración.

Tú eres imagen y se vejanse de Dios.

Entrega a Él lo mejor de ti.

Hoy continuamos con el Eugenio Marcos, capítulo 13 y salmos 68.

Este es el día 160. Empecemos. Marcos capítulo 13. Al salir del templo, le dice uno de sus discípulos. Maestro, mira qué piedras y qué construcciones. Eso le dijo. ¿Ves estas grandiosas construcciones? No quedará piedras sobre piedra que no sea derrüida. Están luego sentados en el monte de los olivos frente al templo, le preguntaron en privado Pedro, Santiago, Juan y Andrés. Dinos, cuando sucederá esto, y cual será la señal de que todas estas cosas están para cumplirse. Jesús empezó a decirles, miren que no les engañen a nadie. Vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo, yo soy, y engañará a muchos. Cuando oigan hablar de guerras y de rumores de guerras no se alarmen porque eso es necesario que suceda pero no es todavía al fin. Pues de lavantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá terremotos en diversos lugares. Habrá hambre, todo esto será el comienzo de los dolores de parto. Pero ustedes miren por ustedes mismos. Los entregarán a los tribunales. Serán asotados en las sinagogas y comparecerán ante gobernadores y reyes por mi causa para que dentes timonio ante ellos. Y es preciso que antes sea proclamada la buena nueva a todas las naciones. Y cuando les lleven para entregarles, no se preocupen de qué van a hablar, sino hablen lo que es discomiquen a aquel momento, porque no serán ustedes los que hablen sino el Espíritu Santo, y entregará a la muerte hermano a hermano y padre a hijo. Se levantarán hijos contra padres y los mataran, y serán odiados de todos por causa de mi nombre, pero el que persevera hasta el fin, ese se salvará. Pero cuando vean la abominación de la desolación, erigida donde no debe el que lea que entienda. en los que estén en Judea huyen a los montes. El que esté en la sotea no va a genientra recoger algo de su casa, y el que esté por el campo no regresé en busca de su manto. Hay de las que estén embarazadas o creando en aquellos días. Oren para que no suceda en invierno, porque aquellos días habrá una tribulación cual no la hubo desde el principio de la creación que hizo Dios hasta el presente. Ni la volverá a haber. Y si el señor no abre vía a aquellos días, no se salvaría nadie. Pero en atención a los elegidos que él escogió, ha abreviado los días. Entonces, si alguno les dice, ¡Miren el Cristo aquí! ¡Mirenlo allí! No lo crean. Pues surgirán falsos cristos y falsos profetas, y realizarán señales y prodigios con el propósito de engañar, si fuera posible a los elegidos. Ustedes pues, estén sobreaviso lo he predicho todo. Más por esos días, después de aquella triulación, el sol se oscurecerá. La luna no dará su resplandor. Las estrellas irán cayendo del cielo y la fuerzas que están en los cielos serán sacudías. Y entonces verán al hijo del hombre que viene entre nubes con gran poder y gloria. Entonces enviará a los sánkeles y reunirá de los cuatro vientos a sus elegidos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo. De la iguera aprendan esta parábola. Cuando ya sus ramas están tiernas y brotan las hojas, saben que el verano está cerca. Así también ustedes cuando vean que sucede esto sepan que él está cerca a las puertas. Yo lo es aseguro que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda. El siglo a tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

Más de aquel día y hora, nadie sabe nada ni los ángeles en el cielo, ni el hijo, sino sólo el padre. Estran atentos y vigilen, porque ignoran cuando será el momento, Al igual que un hombre que se ausenta, deja a su casa,

da a tributiones a sus ciervos a cada uno su trabajo y ordenar portero que bele. Ve el importante, ya que no saben cuando viene el dueño de la casa, si a la tarde hacer o a media noche o al cantar del gallo o de madrugada.

No sé a que llegue de improviso y les encuentro dormidos. Lo que ustedes digo a todos lo digo, Belén. Falta un dos días para la pascua y los ásimos. Los hubo sacerdotes y los escribas buscaban cómo prenderle con engaño y matarle. Pues decían, durante la fiesta no, no sea que haya alboroto del pueblo. Estando el envetánea en casa de Simón el leproso recostado la mesa, una mujer que traía un frasco de alabastro con perfume puro de nardo, de mucho precio, quebró el frasco y lo derramó sobre su cabeza. Había algunos que se decían entre sin dignados. ¿Para qué? Este espifarro de perfume. se podía haber venido este perfume por más de 300

denarios y haberse lo dado a los pobres y refuncíaban contra ella. Más Jesús dijo, déjela.

¿Por qué la molestan?

Ha hecho una obra buena en mí,

porque pobres tendrán siempre con ustedes y podrán hacerles bien cuando quieran, pero a mí no me tendrán siempre. Ha hecho lo que ha podido. Se ha anticipado en balsamar mi cuerpo para la asepultura. Yo les aseguro, donde quiera que se proclame la buena nueva en el mundo entero, se hablará también de lo que está a hecho para memoria suya. Entonces, Judas Iscariote, uno de los doce, se fue a ver a los humos acerdotes para entregarse. A lo lo ir ellos se alegraron y prometieron darle dinero y él andaba buscando cómo entregarlo en momento oportuno. El primer día de los ásimos cuando se sacrificaba el cordero de Pascua le dicen sus discípulos. ¿Dónde quieres que vayamos a hacer los preparativos para que comas el

cordero de Pascua? Entonces envía a dos de sus discípulos y les dice, vayan a la ciudad, les saldrá al encuentro un hombre llevando un canto de agua. Cígalo. Y ayer donde entre Digan al dueño de la casa.

El maestro dice

¿Dónde está mi sala?

¿Dónde está mi sala, donde pueda comer la pascua con mis discípulos? Él les enseñará en el piso superior una sala grande ya dispuesta y preparada, hagan allí los preparativos para nosotros. Los discípulos salieron, llegaron la ciudad, lo encontraron tal como les había dicho y prepararon la pasqua. Y a la tarde ser, llega el con los 12. Y mientras comían recostados que sus dijo, yo les aseguro que uno de ustedes me entregará, que come con conmigo. Ellos empezaron a entriste serse y a decirle uno tras otro. ¿Acaso soy yo? Él les dijo, uno de los dos se que moja conmigo en el mismo plato, porque el hijo del hombre se va como está escrito de él, pero hay de aquel por quien el hijo del hombre es entregado. Más le valdría ese hombre no haber nacido y mientras estaban comiendo tomó pan. Lo ven dijo, lo partió y se lo dio hoy dijo. Tomen, este es mi cuerpo. Tomó luego una copa y dada las gracias, se la dio y bebieron todos de ella. Y les dijo, esta es mi sangre de la alianza que es derramada por muchos. Yo les aseguro que el ya no beberé del producto de la vida hasta el día en que lo viva nuevo, en el reino de Dios. Y cantados los hymnos salieron hacia el monte de los olivos. Esos les dice. Todos van a escandalizarse ya que está escrito. Eriré al pastor y se dispersarán las ovejas, pero después de mi resurrección, iré delante de ustedes a Galilea. Pedro le dijo, aunque todos se escandalicen, yo no. Eso le dice, yo te aseguro, hoy esta misma noche, antes que el gallo cante dos veces, tú me habrás negado tres, pero él insistía, aunque tenga que morir contigo, yo no te negaré. Lo mismo de si van también todos. una propiedad cuyo nombre es Hetzemani y dice a sus discípulos. Sientense aquí mientras yo hago oración. Toma a consigo a Pedro, Santiago y Juan y comenzó a sentir favor y angustia. Y les dice, mi alma está triste hasta el punto de morir. Quédense aquí y velen. Y adelantándose un poco, caí en tierra y suplicaba que hacer posible pasara de él aquella hora. Y decía, ¡A va a padre! Todo es posible para ti. A parte de mí está copa, pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú. Bien entonces y los encuentra dormidos y dice a Pedro. Simón, duermes? ni una hora ha podido velar, Belenioren, para quien no caigan en tentación, que el Espírito está pronto, pero la carne es débil. Y, alejándose nuevo, oró diciendo las mismas palabras, volvió otra vez y los encontró dormidos, pues sus ojos estaban cargados. Ellos no sabían que contestarle. Viene por tercer a vez y les dicen, ahora ya pueden dormir y descansar. Basta ya. Llegó la hora. Miren que el hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. Le vántense, vámonos. Miren el que me va a entregar está cerca. Todavía estaba hablando cuando de pronto se presenta Judas, uno de los doce, acompañado de un grupo con espadas y palos de parte de los sumos azardotes de los escribas y de los ancianos. El que le iba a entregar le sabía dado esta contraseña. Aquela quien yo de un beso, ese es. Prendanlo y llevenlo con cautela. Nada más llegar se acerca el y le dice, rabi, y le dio un beso. Ellos le echaron mano y le aprendieron. Uno de los presentes sacando la espada y hirió al ciervo del sumo sacerdote y le llevó la oreja. Y tomando la palabra Jesús les dijo, ¿Cómo contra un salteador han salido a aprenderme con espadas y palos? Todos los días estaba junto a ustedes enseñando en el templo y no me detuvieron. Pero es para que se cumpla las escrituras. Y abandonándole huyeron todos. Un joven le seguía cubierto solo de un lienzo y le detienen. Pero él, dejando el lienzo, se escapó desnudo. Llevaron a Jesús ante el Sumo Sérdote y reunen todos los sumos sacerdote, los ancianos y los escribas. También Pedro le siguió de lejos hasta adentro del palacio del sumo sacerdote y estaba sentado con los creados calentándose al fuego. Los sumos sacerdotes y el Sanedrín entero andaban buscando contra Jesús un testimonio para darle muerte, pero no lo encontraban. Pues muchos daban falso testimonio contra él, pero los testimonios no coincidían. Algunos levantándose, dieron contra el este falso testimonio.

Nosotros le oímos decir, yo destruiré este santuario hecho por hombres y en tres días edificaré otro no hecho por hombres. Y tampoco en este caso coincidía su testimonio. Entonces, se levantó el sumo sacerdote y poniéndose en medio preguntó a Jesús. ¿No respondes nada? ¿Qué es lo que estos ha testiguan contra ti? Pero él seguía callado y no respondía nada. el sumo sacerdote le preguntó de nuevo. ¿Eres tú el Cristo, el hijo del bendito? Jesús contesta. Sí, yo soy. Y verán al hijo del hombre sentado a la Día Estrada del Poder y venir entre las nubes del cielo. En su mosa serote se rasga las túnicas y dice, ¿qué necesidad tenemos ya de testigos? ¿Han oído la blasfemia? ¿Qué les parece? Todos sus garos que era reo de muerte. Algunos se pusieron a escupirle, le cubría en la cara y la bambos fetadas, mientras le decían, adivina y los creados le recibieron a golpes. Estando pedro abajo en el patio, llegaba una de las creadas del sumo ser dote, y al ver a Calentano se le mirá atentamente y le dice, también tú estabas con Jesús de Nazaret, pero él lo negó, ni sé ni entiendo que dices, y salió fuera al portal y cantó un gallo. Le vio la creada y otra vez se puso a decir a los que estaban allí. Este es uno de ellos, pero él lo negaba de nuevo. Poco después los que estaban allí volvieron a decir a Pedro. Ciertamente eres de ellos, pues además eres Galileo, pero él se puso a echar imprecraciones y a jurar. Yo no conozco a ese hombre de quien hablan. Inmediatamente, canto un gallo por segunda vez, y Pedro recordó lo que le había dicho Jesús. Antes que el gallo cante dos veces, me habrás negado tres y rompió a llorar. Salmo 68

Del maestro de Coro, de David, Salmo, Cántico, Dios se levanta, se dispersan sus enemigos, huyen de su presencia los que lo odian. se disipa el humo los disipas.

Como se derrite la sera ante el fuego, los malvados parecen ante Dios. Pero los justos se alegran alborosados ante Dios y saltan de alegría. Cantina Dios. Taña en su honor. Abran paso al que cabalga en las noves. Su nombre es Yabey. Exulten ante él. Padre de Wuerfanos, Tutor de Vudas. Es Dios en su Santa Morada. Dios da un hogar a los desvalidos. Abre los cautivos la puerta de la dicha. malo rebeldes moran en suero estéril.

O Dios cuando salías al frente de tu pueblo. Cuando cruzaba se les cierto, la tierra retenbló. Y hasta los cielos se licuaron ante Dios. ante el rostro de Dios, el Dios de Israel.

De ramas de Dios, una lluvia generosa, reanimaste a tu heredad extenuada, tu rebaño encontró una morada. ¿Qué bondadoso o Dios, al mísero preparabas? El Señor ha dado una orden. Su mensajero, un ejército inmenso. Reyes y ejercitos huyen a la desbandada y dentro de las casas se reparte el botín. Mientras ustedes descanzan entre los abriscos. las de Paloma v bañadas en plata, conclumas que destilla noro verde. Cuando Chadai dispersaba a los reyes, caía a nieve por el monte humbrio. Monte divino, el monte de basán, monte escarpado, el monte de basazar. ¿Por qué miran celosos montes escarpados al bonte que Dios escogió por mansión? En él morará llave para siempre. Los carros de Dios son miles de millares. El señor ha venido del Sinaí al santuario. Soviste a la altura, conduciendo cautivos, recibiste tributo en hombres y en rebeldes para quedarte en tu mansión, ya ve Dios. Venito sea el Señor día tras día. Él se encarga de nuestra salvación. Nuestro Dios es un Dios Salvador. El Señor ya ve el libera de la muerte, pero Dios aplastan la cabeza de sus enemigos, el cogote peludo de quien anda entre crímenes. Dijo el Señor, de Basán lo extraeré, lo extraeré de los avismos del mar, para que laves sus pies en sus sangre, y participe en el enemigo la lengua de tus perros. Ya aparece tu procesión, odios. La procesión de mi Dios y mi rey al santuario, delante los cantores, los músicos detrás, las doncelles en medio, tocando el tamboril. Van bendiciendo a Dios en grupos. Es llave desde el origen de Israel. Abre la marcha Benjamin, el pequeño. Los príncipes de judá con sus escuadras, los príncipes de Saulón, los príncipes de Neftalín, la ordenes dios con tu poder, el poder que por nosotros desplegaste desde tu templo en lo alto de Jerusalén, donde los reyes vienen con presentes. Llama al orden a la bestia del Caña Veral, a la manada de toros y novillos de los pueblos, que se sometan con lingotes de plata, dispersa los pueblos bellicosos, acudan los magnates desde Egipto. Tienda hacia Dios sus manos etiopía. Canten a Dios, reinos de la tierra, tañan todos para el Señor. Que cabalga por los cielos, los cielos antiguos, que atruena con su voz, su voz potente. Reconozcan el poder de Dios. Su maje está sobre el Real, su poder en las nubes. Dios sobrecoge desde su santuario.

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