Antes de comenzar una advertencia a nuestros soyentes, esta historia tiene descripciones a veces gráficas de abuso infantil y de violencia.

Bienvenidos a Rambulantes desde NPR, so Daniel Alarcón.

Bueno, en esta historia hay muchos nombres sobre todo al comienzo, o sea que prestemos atención.

Judis es de barranquía y es una de seis hermanas y un hermano.

Después de vivir en Colombia casi toda su vida, se fue para Venezuela un tiempo.

Ahí tuvo una hija, queenda. Y luego en 1987, cuando tenía 35 años, se fue a Estados Unidos con una visa de turista.

Pero se quedó. Un tiempo después se casó y por los papeles de su marido se pudo hacer residente.

Aquí nació su segunda hija, Kenya.

Judis mandaba plata a Colombia todos los meses, con el dinero que ganó en Nueva York compro una casa en barranquía, donde vivieron dos de sus hermanas y sus sobrinos.

Es decir, los primos de Kenya, esta es Kenya.

Me llamó Kenya Pérez, vivo en Nueva York, nacía aquí en Nueva York y tengo 26, 26, 27.

Tengo 26 años.

Desde que nació Kenya vivió con su mamá y su hermana, Kenya, que le llevaba 15 años.

En un apartamento humilde pero agradable en el alto Manhattan, en Nueva York.

Nunca viví con mi papá, mi mamá y mi papá nunca estuvieron juntos.

Y aunque se acuerda poco de esos primeros años, cuando Kenya piensa en ellos, la sensación que tiene es que era un lugar donde recibía mucho cariño.

La hermana menor de su mamá, Narellbis, se mudó de Colombia a vivir con ellas durante un tiempo y Judit le ayudó con sus papeles de residencia.

Narellbis era casi de la misma edad de la hermana de Kenya. Ambas la cuidaban, la consentían y la querían.

Mi hermana, Kenda, tenía un chiste que yo era como la muñeca de ellas porque ella me peinaba ni me vestían y se peleaban por quien me iba a peinar.

Y Kenya se encarigó mucho con Narellbis.

Yo la quería mucho, era mi tía, mi tiana de decía.

Vivían felices, tranquilas, por un tiempo.

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