Hola, buenos días. Gracias por, y hoy me gustaría platicar

contigo.

Espera no te asustes con mi presencia.

Al contrario, de lo que a veces pueda aparecer no vengo a hacerte daño. Quiero que nos entendamos.

Quiero ayudarte a conectar contigo y hacerte algunos recordatorios acerca de ti.

Acerca de algunas cosas que creo podría trabajar.

No vengo con la intención de hacerte sentir mal. Ya he estado aquí antes. Y al final,

cuando me voy, todo ha salido bien. No será la última vez que venga, ni tampoco será

la última vez que me vaya. Pero, solo quisiera que entendieras que estoy aquí, porque traigo mensajes que necesitas

escuchar.

Y haré mi mejor esfuerzo porque mi visita sea lo más ligerita posible.

Perdón si aceleró tu corazón o si te asusto con mi presencia, pero es que no he encontrado

alguna otra manera de hacerme escuchar.

Si fui yo aquella vez que no podías dormir y no sabías por qué, si fui yo aquella

vez que lloraste desconsoladamente y que dejaste de confiar en ti.

Si fui yo, en aquel momento en el que las manos te temblaban por miedo a la incertida

hombre de la vida.

Si soy yo, cada vez que te comienzas a alejar de ti. Sé que luego te ocupas demasiado tratando de ser una persona productiva y que

estás dando todo por crear un camino lleno de grandeza. Es por eso que a veces te hablo

un poco más fuerte porque estoy intentando recordarte que pongas ese mismo enfoque en ti, que de repente vuelvas a tu centro y conectes contigo.

Lo que intento decirte es que probablemente necesitas hacer unos cuantos cambios en la relación contigo, conmigo y con el mundo que te rodea.

Por alguna razón no te estás sintiendo en paz y creo que es momento de que regreses a

...