Hace mucho tiempo atrás, cuando yo tenía ocho años, pueden decir, uuuu, ojalá segaran a

mi edad como yo entiendo a la envidia y es el homenaje que los celos le hacen al éxito. Lo

cierto que cuando tenía ocho años le pedía a mis padres si podían conseguirme un cachorro para

que fuera mi propia mascota. Siempre había un perro en la casa, pues yo quería tener un propio

perro. Le dije, podían conseguirme uno, dije conseguir de manera totalmente intencional y

arbitraria, porque en mi tiempo un perro no era algo que se podía comprar, no se vendían y se

compraban perros, en mi tiempo se conseguían. Simplemente un día aparecía y nadie hacía muchas

preguntas, se conseguía, yo no recuerdo nunca haber comprado un perro, no nos llevaban a vacunar

a nosotros y van a comprar un perro, imagínese. Y no se categorizaba a los perros por raza,

sino por color. La pregunta era, ¿te gustaría un perro negro o un perro marrón? Esa era la única

opción que tenían, como cuando uno sobe de avión que dice, ¿chiquen o viste? Bueno, marrón o negro,

nadie se lo ocurría si él tal raza, quiere un brillón brillé, no, era perro raza, marca perro y

tampoco era una garantía que uno pedía el color negro o marrón, porque luego mi padre salía

a la calle y misteriosamente traía lo que estaba disponible, un perro casejero de color dudoso,

según el resultado de la cruza de sus padres también desconocidos y anónimos. Y mi padre

aceptó traerme un cachorro, pero dejó muy en claro el acuerdo prenupsial con mi perro,

que yo devían cargarme de cuidarlo, me dijo es tu perro, tenía que alimentarlo,

darle de agua, no era tan difícil alimentarlo, esto último tampoco, porque no existían ese

entonces tampoco el alimento balanceado, se le tiraban las obras de la mesa, el perro comía

casca de banana, casca de huevo, algodón, lo que cayera. Y yo tenía que alimentar sus deposiciones,

o sea sus excrementos, no alimentar, tenía que limpiar, perdón, limpiar. Y yo acepté

aquel contrato, con mucho gusto, con tal de que me conseguieran mi cachorrito. Y al principio,

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