En todo de alguna otra parte, la llama no se apagará, es un río que no se detiene.

El ánega por fin es mi casa, el rey ya venido a morar.

El ánega por fin es mi casa, el rey ya venido a morar.

El ánega por fin es mi casa, el rey ya venido a morar.

El ánega por fin es mi casa, el rey ya venido a morar.

El ánega por fin es mi casa, el rey ya venido a morar.

Cuando hablamos de ofensas, yo puedo cometer el error que han cometido conmigo,

cuando yo estaba sentado en un asiento y un pastor predicaba acerca del perdón.

Podemos meter todas las ofensas en una misma bolsa.

Y decir, si te ofendieron, perdona, se terminó el mensaje.

Y tú dice, no, yo no necesito un tratamiento, lo que me pasó es grave.

Y como pastor, tenemos que entender que las ofensas a mi humilde criterio se dividen por lo menos en tres categorías.

Categoria 1, yo la llamo ofensas menores.

La categoría 1, son las ofensas que deberían por un tema inerente volar por fuera de nuestro radar.

No debería preocuparnos.

A diario, somos ofendidos con ofensas menores.

Y a veces la gente no sabe poner las ofensas en esa categoría y se pone en víctima, pobre de mí.

Ay, usted no sabe, hoy venían el frío, hay un chinito, me miró mal.

Y después, cuando había la gasolinera, la mujer que estaba ahí, yo no hablo mucho inglés

y me quería expresar y me subestimo, hay gente que se levanta la mañana susceptible.

Con un caráctel acá que dice, ofendamen, estoy libre.

Y todo lo que va por la vida, todas las relaciones con la gente que se encuentra, con quien habla, todo el mundo lo ofende.

...