5 • 1.7K Ratings
🗓️ 25 August 2025
⏱️ 37 minutes
🧾️ Download transcript
En este episodio de Relatos de la Noche reunimos siete testimonios que tienen algo en común: son tan inquietantes que muchos preferirían no escucharlos.
Relatos que comienzan en situaciones cotidianas —una caminata, una llamada, una noche de trabajo— y terminan convirtiéndose en encuentros imposibles de explicar.
Historias que no solo buscan asustar, sino que nos recuerdan lo cerca que siempre puede estar lo extraño, lo siniestro y lo macabro. Siete relatos que no deberías escuchar a solas, ni en la oscuridad… porque una vez que los conozcas, será difícil dejar de pensar en ellos.
—
📖 Ya puedes conseguir nuestro libro en librerías físicas y digitales. Búscalo en tu tienda favorita o sigue el enlace: https://www.amazon.com.mx/Relatos-noche-Uriel-Reyes/dp/6073836201/
🎧 Disponible también en audiolibro.
🖤 Gracias por ser parte de esta comunidad.
See omnystudio.com/listener for privacy information.
Click on a timestamp to play from that location
| 0:00.0 | Mi sesino se quejaron de esa mujer que, en mi ausencia, caminaba por el departamento soltando los pies. Le dije que debía ser un error que yo vivía solo, pero insistieron en que no. Me dijeron que habían visto varias veces asumándose por la ventana de mi habitación hacia la calle. Muy buenas noches a la mejor comunidad de tu internet y gracias por dejarnos llegar a estos cedas con la siguiente selección de historias. Con siete relatos que van a ser tan fuertes que les vamos a pedir que si tienen oportunidad no los escuchen a solas. Y es también uno de esos episodios que mejor eviten los niños. Sabemos que muchos escuchan los relatos y algunas ediciones como esta pueden ser demasiado fuertes para ellos y para personas sensibles o que puedan llegar a su gestión. Nos gusta decirles que ustedes van a ser los siguientes protagonistas de la relatoria de la noche, pero es un hecho que no todos podrían soportar hacerlo. Así que mucho, mucho cuidado, con cualquier sonido extraño esta noche, con cualquier indicio de que algo paranormal está cerca. Apaga la luz y déjate llevar, porque ya estás escuchando relatos, de la noche. Hola comunidad, soy otra vez, ya he compratido varias historias con ustedes, aunque la verdad todavía no ha salido en ninguna en el programa. Aún así quiero seguir contándoles lo que me pasó, |
| 1:45.6 | porque de alguna forma me quita un poco el peso encima. Esto, por ejemplo, ocurrió cuando yo era niño. Tendrían unos 9 años más o menos. En ese tiempo pedí permiso periódor mirar a casa de Martín, un amigo de la escuela. No era de mis mejores amigos, pero me gustaban mucho en su casa, y es que tenía una colección enorme de muñacos de trago un bol, |
| 2:07.0 | de los que vendían en el Tianguis y también de los originales. |
| 2:11.0 | Algunos que le habían traído de Japón, y aunque no eran míos me encantaba tener los todos enfrente, |
| 2:17.0 | ver cómo los acomodaban su repisa y pasar horas jugando con ellos. |
| 2:22.0 | Me acuerdo bien que mi mamá fadejarme esa tarde. Cuando llegamos, me miró muy seria y me atvertió algo que hasta ahora recuerdo perfectamente. Está bien que te quede aquí, pero no se vayan a salir al parque. Quédate en la casa. Me tendiste. Frente a la casa de Martín había un parque enorme. Tenía árboles muy altos, varios caminos de concreto con faroles y un par de canchas, pero la noche se volvía otra cosa, la mitad quedaba oscuras, como si se tragaría la poca luz que había y se veía todavía más grande de lo que realmente era. Esa noche jugamos un rato con los uñecos hasta que la bolita de Martín, que era la que cuidaba porque sus papás no vivían ahí se fue a dormir algo temprano. |
| 2:45.0 | Apenas escuchamos la puerta de su cuarto cerrarse, Martín me dijo que fáramos con Herrera, otro niño de la escuela. Él tenía un PlayStation 2 y un montón de juegos que yo nunca había probado. La idea de sobedecer me ponía nervioso, pero la verdad es que me ganó la emoción. |
| 3:06.0 | Salimos sin hacer nada de ruido. |
| 3:08.2 | Saltamos... provado. La idea de sobredecer me pone nervioso, pero la verdad es que me ganó la emoción. |
| 3:26.9 | Salimos sin hacer nada de ruido. Saltamos la varda del parque. |
| 3:30.8 | Corrimos directo por la parte más oscura, alejados de los caminos alumbrados para que nadie nos |
| 3:36.6 | viera. Yo iba con el corazón la tiendume fuerte, pensando a lo que mi mamá me había dicho, |
| 3:42.5 | pero al mismo tiempo emocionado porque sentía que estaba siendo algo prohibido que era una travesura y yo nació muchas de ellas cruzamos el parque llegamos a la casa de rera y ahí se nos olvidó todo el miedo jugamos un rato, trago un vuelvo, doca y jugamos Tekken y después a un FIFA que el presumía mucho porque lo había comprado con su propio dinero. Entre risas y pelas con los controles, el tiempo se nos ovolando. De pronto, Herrera nos dijo que ya era muy tarde, que su papá estaba por llegar y que si nos encontraba y si nos iba a regañar. Cuando salimos, cuando vimos lo que teníamos que atravesar en en la escuridad, el parque nos pareció gigantesco. Está en un silencio total, saló por el ruido de los crillos. No había nadie, o al menos eso creímos hasta que ya la mitad del parque lo vimos, en medio del camino iluminado, había un hombre era altísimo, exageradamente alto, muy delgado, vestido con un traje negro que le aciever todavía más larga las piernas y los brazos, tenía la cabeza levantada como si estuviera mirando al cielo, completamente inmóvil, como si estuviera observando algo invisible allá arriba. Su rosto rato totalmente blanco, liso, sin facciones que se pudieran distinguir. Parecía que lo tenía cubierto con vendas, las manos igual, o es juzas alargadas, pero cubiertas con vendas. Nos quedamos congelados. Martín, que era el valiente, el que cruzaba ese parque de noche como si nada solo, se veía igual de confundido que yo. Me acuerdo que incluso murmuro algo como que diablo ese eso y no se movió. Yo apenas podía respirar, todo lo que quería era correr, pero sentía que si lo hacía, esa cosa me iba a seguir. Decisimos rodear para no cruzar cerca de él. Encontramos un tramo de la cerca donde la gente se arrastraba para salir sin necesidad de brincarla. Y fue por ahí donde intentamos escapar. Martín paso primero y salió disparado corriendo. yo intenté seguirlo, pero justo en el momento en que estaba pasando por debajo de la cerca, sentí algo. Como si un humano me hubiera sujetado por la pierna, no fue fuerte, pero si lo suficiente para serme sentir que alguien estaba intentando detenerme. Pero volteé y no había nadie, nada, el camino estaba vacío, aunque por dentro sentía que esa cosa se llegué, que estaba viendo no se cerca. Llegamos a la casa con la respiración entrecordada, cerramos la puerta y nos quedamos asomándonos por la ventana hacia el parque, cada vez que veíamos una sombra que se moviente los árboles, pensábamos que era él, que iba a salir de ahí para buscarnos. Estábamos tan asustados que estuyimos a punto de despertar a la bolita, de confesarle todo, pero nos aguantamos. Apenas consigliamos el sueño sanoche. |
| 7:05.0 | Lo extraño de todo esto es que años después cuando ya era yo adolescente, vi por primera |
| 7:09.8 | vez una imagen de eslander mal en internet. |
| 7:13.2 | Lo que más me impactó es lo mucho que se parecía eso que vimos. |
| 7:17.7 | Pero de alguna forma lo nuestro paso mucho antes de que esa creepypasta existiera. Hola comunidad, quiero contarles algo que me pasó hace ya varios años cuando tenía 17. Fue mi primer trabajo serio como me cero en un restaurante. La verdad es que yo no tenía nada de experiencia, pero me dieron oportunidad porque mi tío había trabajado ahí muchos años y todavía lo recordaban con cariño, aunque parecen entonces ya no vivían la ciudad. Los primeros días fueron emocionantes, a aprender a llevar charolas, a atender mesas, a quedar bien con los clientes, a moverme rápido entre los pasillos sin chocar con nadie, pero también eran cornadas pesadas. Casi siempre salía muy tarde, con un olor a comida impregnada en la ropa y los pieza doloridos de tantas horas de pie. Aquella noche empezó igual que otras. Mucho movimiento, muchos clientes, hasta que por fin cerramos. El compañero que normalmente me daba aventón estaba descansando, así que me tocó salir solo. De afuera ya no quedaba nadie. El boulevard que llevaba hasta la parada de mi transporte estaba casi vacío. Sólo uno que otro coche pasando, debes en cuando. Apenas empecé a caminar, escuché algo raro. Fue como un morbullo. Como si alguien no hubiera pedido ayuda. Me detuve, huirte a mi alrededor, pero no había nadie, ni un alma. No había viento, observé entre los matorales que crecían en el terreno valtio al lado del boulevar, pero, huraría que habia escuchado una voz aunque parecía que no había nada. Seguí caminando con los nargos de punta, el silencio de la calle me parecía ahora más este radorrador del normal como si todos los fuidos que venían de lejos se hubieran apagado. |
| 9:31.4 | Llegar puente peatonal y comenzar a subir las escaleras, fue ahí donde los cuché de nuevo. Era un quijido, largo, apagado, como de alguien sufriendo. Tenía de abajo del puente, me tuve a la mitad de las escaleras, me asomé, y lo que voy a decir es muy atarrador, es horrible, es espantoso, y no quiero que les escucha gente sensible, pero esto es lo que estoy seguro de que vi. Abajo, en la calle, estaba una cabeza, una cabeza, no tenía cuerpo, solo la cabeza tirada en el asfalto, como si alguien le hubiera dejado ahí, y lo más atarador fue que parecía moverse, como si intentara hablarme, me di cuenta que los que hígidos salían de ella. No supe como reaccionar, sentí que las piernas se meto mesían como si el miedo no me dejara mover, pero eso duró apenas unos segundos porque en seguida salí corriendo, corri como nunca en mi vida, ni siquiera esperé en la parada por mi camión, corrió los dos kilómetros que me quedaban hasta la casa, corri con el corazón a punto de salirse de mi pecho, volteatrasras ni una sola vez, lleguen papá de un sudor temblando y esa noche casi no puse dormir. Después de eso cada vez que salía tarde el restaurante, prefería pedir un uver aunque gastara la mitad de lo que había ganado, todo con tal de no pasar solo por ese boulevar de nuevo. Al |
| 11:26.4 | poco tiempo dejé el trabajo, pero lo que fin nunca se me alfito. Años después, cuando mi teobino de visita en la ciudad, salió al tema que yo había también trabajado ahí en esa restaurante. De pregunto por algunos de sus viejos amigos, empezó con terminado, te has... |
| 11:22.4 | se ríe hasta que... |
| 11:24.2 | de pronto se puso serio. |
| 11:27.0 | Me dijo que lo único malo que... por algunos de sus viejos amigos, siempre socontan manedotas. Se reía hasta que, de pronto se puso serio. |
... |
Please login to see the full transcript.
Disclaimer: The podcast and artwork embedded on this page are from Sonoro, and are the property of its owner and not affiliated with or endorsed by Tapesearch.
Generated transcripts are the property of Sonoro and are distributed freely under the Fair Use doctrine. Transcripts generated by Tapesearch are not guaranteed to be accurate.
Copyright © Tapesearch 2025.