Muy buenas noches comunidades, bienvenidos y bienvenidas a un episodio mes de relatos

de la noche, durante los siguientes minutos vamos a llevarles al mundo de lo paranormal,

a un mundo donde tus peores pesatillas son posibles.

Lo único que no cabe aquí son esas preocupaciones de la vida cotidiana que te vamos a pedir

olvides por un momento, no podrás entrar en los siguientes relatos ocupando tu mente

en ellas.

En el episodio de hoy vamos a relatar historias de un tema que es de los favoritos de la

comunidad, historias de esa gente que pasa su tiempo al volante, porque hay solitarias

que a veces esconde los terrores más oscuros.

Historias de taxistas y conductores, muchos de los cuales sabemos que siempre nos escuchan

durante sus horas de trabajo, va a proste un abrazo y este episodio, esperando que lleguen

con bien a casa y que no sean los siguientes protagonistas de relatos de la noche.

Hola, soy un gran fanático de relatos de la noche, quiero compartir una historia que

me contó un taxista hace unos años, todo sucedió en la ciudad de México, en uno de esos

barrios peligrosos donde uno piensa dos veces antes de aventurarse de madrugada.

Raúl, el taxista, solía trabajar tornos nocturnos porque según él la estarifa será mejor

si había menos tráfico, había menos que preocuparse, pero una noche, cerca de la

tosa de la mañana, recogió un pasajero en el centro y lo llevó un barrio periférico

que ya conocía bien, sabía que no era el lugar más seguro, pero el trabajo es el trabajo,

así que se metió por ese cero, por esas calles que avanzaban hacia arriba, donde muchas

veces, sus compañeros ya no querían ir, después de dejar al pasajero en su casa, Raúl

decidió regresar por una ruta diferente, tomó un ataco que atravesaba calles más oscuras

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