¡Buenos días! Gracias por estar aquí en despertando podcast. Iniciemos este día, presentes y conscientes.

En estos tiempos tan complicados, es muy fácil comparar nuestras propias luchas con las de otras personas.

Soblemos poner el dolor en una balanza y creemos que el que parece más grande es el único que es válido. Probablemente en algún momento de tu vida, has pensado algo como, Sí, yo tengo problemas, pero hay otras personas que tienen problemas mucho más grandes que los míos. No deberías sentirme así. El problema de este tipo de pensamientos, es que por un lado, dejamos de atender nuestras necesidades y nos podemos llegar a descuidar. Pero por otro lado, minimizamos lo que estamos viviendo y sintiendo, lo que nos puede llevar a sentir culpa por estar mal, por tener preocupación y angustia. Y es entonces cuando entramos en un ciclo del que puede ser difícil salir. Por eso es que hoy te quiero decir algo.

Tus problemas son igual de válidos que los de las otras personas.

No importa que tan pequeños insignificantes

puedan llegar a aparecer en comparación de los de otras personas.

Cada uno de nosotros enfrenta su propio desafío y todos son igual de reales importantes.

Cada quien tenemos diferentes niveles de tolerancia, la estresa y adversidad. Y lo que puede parecer una montaña para ti, pueden hacerlo para alguien más. No hay un medidor universal de dolor o sufrimiento. Y eso está bien. No tienes que justificar tu dolor o minimizarlo por alguien más. Incluso si tus problemas parecen triviales en comparación con otros, no significa que no merezcan atención a solución. Tus problemas son tuyos. Tienes todo el derecho de sentirte sin ánimos. De abrumarte y de sentir que no sabes hacia donde moverte. No te sientas culpable por tus emociones, porque son válidas y son reales para ti. A veces, cuando podemos conocer realidades y ver más allá de lo que tenemos en frente, reconocemos que nuestro punto de partida ha sido distinto. Que a veces tenemos privilegios que otras personas no tienen. En esos casos, claro que tenemos cierta responsabilidad de hacernos cargo de ello y ver como desde nuestra posición aportar para que el mundo sea un mejor lugar. A veces incluso conocer las historias de otras personas puede ser el pretexto perfecto para conectar con la gratitud de todo aquello que tenemos, de todos los regalos que la vida nos ha hecho, pero incluso teniendo toda esa información, nos debemos a nosotros mismos, darnos permiso de sentir lo que tengamos que sentir, de hacer espacio para explorar nuestras emociones. Además, es importante recordar que las dificultades que enfrentas hoy, pueden ser una oportunidad para el crecimiento y superación personal. Cada reto al que te enfrentas te enseña algo nuevo. Cada vez que superas un obstáculo, te vuelves más fuerte y resistente. Así que no te desanimes ni te culpes por tener problemas. Reconoce tus sentimientos y permítete procesarlos. Busca, pollo y ayuda si lo necesitas. Porque no está sola ni sólo en esto. Todas las personas enfrentamos desafíos en la vida y de la mano podremos superarlos.

Recuerda, tus problemas son igual de válidos que los de las otras personas y merecen tu atención y cuidado.

Gracias por dejarme acompañar tu mañana.