La siguiente historia no se recomienda para niños o personas impresionables. Muy buenas noches a todos, mi nombre es Fepo. Por favor, apaga las luces y acompáñame a escuchar estas increíbles y terroríficas historias que han llegado al correo de Podcasts Paranormal. Jaili no está aquí. Hola Feppo, mi nombre es Mercedes, espero te encuentres muy bien. Tengo unas cuantas anécdotas sobre un lugar en el que trabaje. Antes que nada, debo decirte que tengo un hermano con autismo. El por su edad ya no puede ir a la escuela y tenía que ir a un instituto para adultos. Es como un tipo de escuela. Un lugar para que ellos puedan interactuar y en algunos casos incluso llegan a independizarse. Hay otro tener experiencia de cómo tratar e interactuar con este tipo de personas con discapacidad, no ofrecieron un trabajo. Por experiencias en trabajos anteriores, en menos de un mes me promovieron al departamento de V-Mode, Vigabor Modification Program, que se traduce a programa de modificación de comportamiento. Este programa es muy físico y peligroso. Tuve que ir a entrenar con el departamento de policía del condado para saber cómo controlar a este tipo de pacientes. Este programa se encontraba en un tercer edificio. En el edificio un y dos, es de pacientes que parecen bebés y en el tercero, donde yo estaba, es de pacientes agresivos. Pero nadie me dijo a mí que tan graves eran los comportamientos de los pacientes. Cada uno de ellos tiene su propia historia al criminal, el cual yo debía leer y aprender para saber cómo tratar e interactuar con cada uno de estos pacientes. Había desde asesinos, violadores, pedófilos, narcisistas y psicópatas. Ahora sí, la historia. En este lugar, una paciente, llamada Gaili. Era muy bajita, no pasaba de un metro con 20 centímetros. Yo, miedo casi 180. Ella era legalmente ciega, tenía un ojo completamente gris, saltado fuera de sórbita, y el otro lo tenía asumido, era casi imposible de ver, en todo su cuerpo tenía unas enormes y catrices, en su record había una advertencia de agresividad, también tenía diagnóstico de personalidad multiple, esquí sofrenea y múltiples de sord mentales. Escuché muchos rumores de que esta paciente en realidad estaba poseída, porque su comportamiento no tenía sentido con su diagnóstico. Haley, por estar ciega, necesitaba asistencia para poder al baño, comer, etcétera.

De repente, cuando tenía esos cambios extraños de personalidad,

podía ver.

Atacaba a otros pacientes.

Era rápida.

Sabía dónde estaba cada persona.

Sus ataques eran directos.

No era como que tirara golpes al aire.

No.

Ella corría directamente hacia su víctima y la atacaba con una fuerza sobrenatural. Yo era la única mujer en el grupo de control de pacientes. Mis otros compañeros eran de casi dos metros de altura. En total, éramos cuatro. Y no podíamos entre todos contenerla. Era exageradamente fuerte. En una ocasión se empezó a atacar a ella misma. Y ahí fue cuando supe porque tenía esas cicatrices. Se mordía y se arrancaba pedazos de carne. Los masticaba y escupía. Nos observaba, se reía y burlaba, como si no sintiera dolor al

bueno. Y por cierto, cada vez que tenía uno de estos episodios, su voz cambiaba la de un hombre. Cuando le decíamos, Haley, para, no lo hagas. La voz de hombre nos contestaba. Heilin no está aquí.

Lo último que hizo, lo cual me hizo creer que ella estaba realmente poseída, fue un día que estábamos por salir. Debo decirte que yo sufro de problemas de fertilidad. Tengo un síndrome dovario policístico. Mi esposo y yo hemos estado tratando de tener hijos y desgraciadamente no lo hemos logrado. Esa semana no me sentía bien, estaba teniendo síntomas diferentes y pensaba estar embarazada por fin. Estábamos esperando los autobuses que levantan a los pacientes para llevarlos a sus casas, hogares o instituciones de cuidado. Yo estaba monitoreando los pacientes, pero en realidad está un poco absorta pensando estar embarazada. En ese momento, Gely se me acercó y me dijo con una voz tranquila ¿Estás esperando? Miramos hacia la ventana y yo le conteste Estamos esperando a que llegue tu transporte Ella se volto hacia mí Puso su mano delicadamente sobre mi vientre y me dijo con la voz del hombre. No, todavía no. Sonrió y siguió su camino. El granio. La siguiente historia me la envía una seguidora, de nombre Dalia Abila. Su abuelo vivía cuando era joven en un pueblo llamado Magdalena, en Jalisco. En ese entonces, solía con sus amigos a bailes que se efectuaban en distintos lugares de este pueblo. Un día, con sus amigos decidieron bail, pero para llegar ese baile, lo más sencillo era cruzar por el cementerio. Así que como estaban todos juntos, decidieron cruzar por este lugar. Mientras cruzaban por el pantheon, vieron un cráneo humano. Uno de los amigos, se quiso hacer el gracioso, lo pateó y dijo, vamos a bailar Pelona, todo se rieron y después continuaron su camino hacia el baile. Cuando llegaron al baile, se se sentaron en unas sillas y veían de frente a la pista. Este muchacho estaba en silencio, observaba la gente bailar, de repente se puso en pie y sacercó a la gente que bailaba. Ellos lo vieron a lejarse, no sabían qué era lo que estaba pasando. Este joven luego les contó, que había visto una muchacha muy hermosa. Ella estaba al centro de la pista de baile, lo observaba y le sonreía, le cogeteaba. Él pasaba todo el tiempo viendo, era muy hermosa, hasta que tomó valor, separó y se acercó a ella. Le dijo, ¿podemos bailar? Ella sonrió y asintió con la cabeza. Empezó una nueva pieza de bail. Él la tomó por la cintura y empezaron a bailar. Se quedaba viendo a su rostro, de repente, ella le dijo mientras lo veía a los ojos. Recuerdas cuando venías y pateaste un crano? A él parezó muy extraño y respondió, sí, porque me pregunta eso. En ese momento ella gachó su vista y cuando volvió a levantar su rostro había cambiado. La mitad era un gran hipodrido y le dijo, me pateaste a mí. En ese momento el hombre cayó desmayado. En la vuelo de dale sus amigos lo vieron cuando cayó fulminado al piso, corrieron hacia él,

y con alcohol lograron despertarlo.

Él estaba totalmente aterrado, les contó lo que había pasado.

Ellos por su parte, dicen que solamente lo vieron, bailando solo en la pisa, y pensaron

que quizá sólo estaba borracho. Seamos amigas. La siguiente historia me la mandó una amiga de Ecuador. Su nombre mía. Esta historia es una de las más terroríficas que he escuchado. Es un poco larga. Por favor, presten mucha atención. Cuando mía tenía ocho años, sus papás se separaron. Su papás se fue vivir aparte a un departamento, en la ciudad de Quito. En ese departamento, miya conoció una niña y así a todo con ella, era su amiga. La primera vez que la vio fue cuando estaba en el cuarto de su papa, dibujando y escuchó unos golpes en la sala. Salió del cuarto y sacercó a la sala, cual fue su sorpresa que vio la puerta del departamento abierta. Y en la sala había una niña jugando con una pelota. Ella vio a la niña, y esta se acercó y le dijo, ¿cómo te llamas? Ella le respondió, soy mía y tú la niña respondió, me llamó luz, ¿quiere ser mi amiga? Mía que no conocía otros niños en ese edificio decidió ser su amiga, se la pasaron jugando toda la tarda.

Y se dio cuenta de algo que en aquel momento no le pareció tan extraño, la niña, tenía el cabello larga, esta abastía de blanco, su rostro estaba un poco demacrado, como si no hubiese estado comiendo bien en muchos días, tenía algo como si fuera un ligero golpe. Pero lo más extraño, es que cuando caminaba, arrastraba una pierda. Ella decidió que no diría nada. Quizás estaba lastimada, o tenía algún mal, y no podía caminar. Al final, era su amiga, y no le importaba que fuera así. Miya le contó a su papá que tenía una nueva amiga. Él no hizo mucho caso de esto. Pensó que quizá era la hija de alguno de sus vecinos. Al día siguiente, Luz regresó para jugar. Y se volvió algo cotidiano. No hablaban mucho, solamente se dedicaban a jugar. Cabe recalcar que los papás de mía, aunque se habían divorciado, tenían una buena relación. Así que un día, la mamá fue a casa del papá y se sentaron los tres a cenar. Miale contó a su mamá de su nueva amiga. La mamá algo extrañada preguntó, pero vició de dónde, que yo sepa, en este edificio no hay más niñas. Mias simplemente levantó los hombros y le siguió contando, se llaman a los, jugamos a la pelota, es muy divertida. Los papás creían que mía tenía una amiga imaginaria, claro, debido al divorcio, platicaban entre ellos y pensaron que quizá era algo normal en una niña de ocho años que estaba pasando por algo así. Mía recuerda, algunos días de juego, otros no tanto, como un recuerdo vago. Lo extraño es que no puede recordar, como

es que mía llegaba a su casa, y tampoco en que momento mía se iba.

Los papás la sentaron un día en la sala y le preguntaron, ¿cómo dices que se llama

tu amiga? Miya respondió, se llama el luz, y como es dijo el papá. Es una niña vestida de blanco. Está como un poco rara de su cara. Ellos en ese momento confirmaron que efectivamente se trataba de un amigo imaginario. Así que nuevamente lo dejaron pasar. Un día, llevar una mía a un restaurante, que en la parte de atrás, tenía una casita de juegos. Mientras ordenaban, mía se fue a esta casa. ¿Cuál fue su sorpresa al encontrar que dentro de esta casita de juegos, estaba luz. Ella le dijo, tus papás no me pueden ver. Ellos no tienen la capacidad de hacerlo, como tú. Por favor, no les digas más de mi existencia. Mi alma le dijo, pero yo quiero que ellos te vean, porque dicen que eres una amiga imaginaria y no estoy loca. Luz le respondió, yo no quiero perderte a mi staff, creo que lo mejor es que ya no les digas nada. Cuando mía a facentarse a comer con sus papás, ellos continuaron cuestionándola. Y mía les dijo, lo que pasa es que ustedes no la pueden ver pero ella es real los papás comenzaron a preocuparse un día la mamasa quedó a dormir en el departamento del papá en el cuarto de mía ya que al día siguiente tendrá que viajar y de la autobús es que daba más cerca de este departamento.

En la noche, Mía le dijo, mamá, ¿puedes quedarse luz a dormir con nosotros?

La mamá le respondió enojada, mía, por favor.

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