Oye, Marta, ¿qué eres más? ¿Eres más de calor o eres más de frío?

De calor. Por favor, calor, calor. O sea, sí.

Yo prefiero tener mucho calor que tener mucho frío,

porque hay un frío que se te mete dentro de los huesos

que no te lo puedes quitar. Sí, no, no, no.

Bueno, pero es más difícil quitar del calor que el frío te lo quitas con chamarras, con honderguer, con... No sé, inclusive con fuego, o sea, con califacción, pero el calor.

Es que el calor vive dentro de mi yordi.

Ah, fombo, son la muchacha, no sabré tu persona.

Sí.

O sea, preciores mil veces la playa que una...

mil.

Que la montaña?

Sí, mil vea. Bueno, también me gusta la montaña, pero justo así,

os sé como que bien cobijada y por cuatro días, cinco días y ya,

vámonos, o sea, yo, la playa puedo vivir, pero también pues es que como soy

Tabasqueña, pues igual allá el calor, sí, todo, se yo aguanto bastante calor. Pero tú por ejemplo te podrías,

esta tú llegas a la playa te puedes quedar cuatro, cinco días

asoleándote y así en la playa sobre la arena. No me asoleo, no, no,

porque no me gusta chicharrarme, pero sí lo que sí hago es este pues

básicamente disfrutar la playa, disfrutar del calor, jugar, con pelotas, sabes cosas así, cartas, comer, o sea,

cualquiera actividad que es así como que más...

Pues más de playa, pero no soy de las que me he hecho así a tostar?

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