Enigma sin resolver es un podcast para mayores zedad. Algunos escuchas pueden encontrar el contenido del programa ofensivo.

Recommendamos la descripción de la escucha, especialmente para menores zedad.

Hola anigmáticos, bienvenidos a otro episodio de testimoniales enigmáticos. Mi nombre es

Daphne Webheve. Yo estoy de la bienvenida y te recuerdo que tú puedes ser parte de este episodio de testimoniales.

Únicamente, nos tienes que escribir tu historia o mandarnos un audio, una nota de voz contándola de tu propia voz,

a enigmasarrobaunivisión.net, todo lo que sea paranormal y sobrenatural para que sea parte de este episodio de testimoniales,

también te invito a que nos sigas en las redes sociales en donde semana publicamos cosas con respecto a los episodios

principales de los lunes, nos encuentras en Instagram y en Facebook como enigmas sin resolver y también te invito a que si te encuentras en el

territorio de Estados Unidos, nos sigas desde la aplicación de Uforia, ya que de esta manera ayudas a enigmas sin resolver a crecer.

Vamos a comenzar con los testimoniales de esta semana, por aquí nos escribe.

Hola Daphne, mi nombre es Daniela, autorizo que menciones mi nombre y que leas mi testimonial en el programa.

Te saludo desde la Ciudad de México, estoy muy feliz de escribirte y que leas esto con tu bella voz. Gracias.

Mi suegra solía limpiar cada semana la tumba de la abuela de minobio en el Panteón francés.

También le gustaba limpiar otras tumbas para que los fallecidos no se sintieran solos.

Un día encontró entre las hojas una letra A de latón, que es la letra inicial de su nombre.

Era una letra oxidada pero muy bella, por lo que decidió llevarla a casa para volver a darle vida.

Limpió y pulió la letra y la fijó en la puerta de su departamento.

Años después comenzaron a suceder cosas como las siguientes.

Escuchaban el arrastre de lasillas al comedor durante la noche o la madrugada, sentían una presencia sentada en el comedor.

Veían una masa amor fanegra que giraba en la esquina de la regadera y escuchaban a alguien correr con tacones que después se asotaba en la pared.

El departamento está en el último piso y en el departamento de alado no habita nadie.

Un día mi suegra acudió con una señora que vivía cerca de su casa para buscar ayuda.

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