Si te gustan los temas de True Crime, extraterrestre, fantasmas y todo lo bizarro y extraño que sucede nuestro mundo, tienes que escuchar leyendas legendarias.

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¡Muy buenas noches comunidades!

Como ya pueden ver por el título de este episodio, esta noche vamos a dedicar este espacio a las madres de la comunidad, a las que los un, a las madres de nuestros escuchas y a todas las que sin ser lo desangre, han tomado ese rol.

Vamos a entrar pues en historias inexplicables, algunas, algunas que nos harán sentir bien, al saber que quienes ya no están en vidas siguen presentes, otras como las que compartieron recientemente en nuestro grupo de Facebook, quizás de las historias más tristes que hemos contado en 11 años haciendo relatos de la noche.

Pero, pero también hay un lado oscuro, macabro, no todas las madres son buenas y esa conexión, esa que nos hace siempre estar unidos a ellas, aún después de la muerte, no siempre es la mejor de las noticias.

Vamos a dejar que en cada historia vayan descubriendo ustedes mismos de que tipo de encuentro se trata, mientras tanto te invitamos a apagar la luz y dejarte llevar, porque ya estás entrando en relatos de la noche.

Mi mamá fue asesinada cuando yo tenía 10 años, cuando apenas era una niña, las personas que lo hicieron, dejaron su cuerpo muy lejos de donde nosotros vivíamos, allá cerca de un río.

Si la encontramos fue porque me abuela en su desesperación, luego de buscar y buscar sin una sola pista, fue con una señora que leía las cartas.

Esta señora le dio todos los detalles para que le encontrara, le describió perfectamente que lugar lejos de nosotros, lejos de todo.

Hasta ya fueron a buscar la mis familiares y sí, allá le encontraron, después de 10 y a buscando, finalmente encontramos el cuerpo de mi mamá.

Años después me casé con un sujeto que no era de aquí de mi ciudad, el vía de fuery se quedó vivir conmigo, entró a trabajar a una mina, y para llegar a ella tenía que pasar justo al lado del lugar donde había encontrado a mi madre.

Eso yo jamás se lo conté, era un recuerdo muy nuestro de mi familia, que no nos gustaba desenvolvar, no esos detalles, yo solamente le había contado que ella murió cuando yo era pequeña.

Hasta que un día él me contó algo, con mucha pena y con mucho miedo también, me dijo que una de las veces que tuvo que salir de la mina ya muy noche, se le había parecido una mujer que estaba pidiendo a vento al lado del camino, pidiendo que alguien la llevar al pueblo, devuelta con sus hijas.

Nos atrevió de tenerse y eso le apenaba mucho, entonces le pedí que me la describiera, conforme lo iba siendo, el alma se me iba cayendo al suelo, describió con esa actitud a mi madre, con las mismas ropas que llevaba que el último día.

Jamás, jamás me he atrevido a acercarme, averiguar si cierto o no es sude que varias personas le han visto, es un martillo para mí saber que mi madre, pena por volver, por volver a vernos, por regresar a proteger a sus tres pequeñitas.

Mi historia comienza en una carretera entre Medellín y Caldas, en Colombia, apenas saliendo de esta última.

Ahí vivía mi mamá, yo vivía solo con mi padre Medellín, pero íbamos a visitar la dos veces al mes, antes pasaba ya todos los fiendes semana pero, por la enfermedad de mi madre me hizo dejar de hacerlo.

Recuerdo una vez que fuimos a verla, el carrito de mi papá se calentó apenas al tomar la carretera, cerca de una curva.

Mientras intentaba enfriarlo y revisaba el radiador, yo salí para entretenerme jugando entre los árboles, me dijo que no me alejara y así lo hice, pero fake no te entre los árboles a lo lejos, a una señora viéndome.

Estaba vestida de negro, tenía cubierta su cabeza con un velo, solo tenía descubierta su cara y me sonreía, me sonreía muy tiernamente, su posición era extraña, estaba parada nada más, con sus manos en el pecho.

Mi papá me habló cuando finalmente el carro se había enfriado, lo suficiente para seguir el camino y yo me olvidé por completo de aquella señora, hasta que la vi, dos noches después.

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