Hola, soy Marina Mamoliti y esto es... no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, más mío, más índimo, más nuestro diría.

Te cuento que estoy acá en el patio de casa, en Uruguay, con el calorcito que ya se empieza a sentir,

fin de año,

ciclos que se cierran,

otros que se abren,

momentos de desilibración,

por lo logrado este año,

pero también de mucha introspección.

Y en el medio de todo esto me surgió una gran pregunta para hacerme a mí que quizás también

puede resonar con vos, entonces te la quise compartir. ¿Cuánto me estoy cuidando? ¿Qué espacios me estoy dando para mí?

Porque sí, yo sé que vivo hablando de autocuidado, tengo un montón de pisodios sobre eso.

Pero cada tanto me gusta volver a lo básico.

Recordarme lo, cuestionarme.

Porque incluso aunque yo esté hablando todo el tiempo de eso,

muchas veces la rutina o la

buráginen del día a día me come. Y está muy bueno hacer un stop y volver a las bases cada tanto.

Entonces, esta vez mientras así a esta reflexión, algo tomó forma, algo que quiero compartir con vos

y con esta comunidad hermosa que construimos juntos desde esta

idea de regalarme momentos para mí a diario después de hacerme esta pregunta de cuánto me estoy

cuidando que espacio me estoy dando a mí es que nació el calendario de adviento de autocuidado, que es un proyecto pensado súper desde el corazón,

desde mi experiencia personal,

pero también desde las ganas de que podamos transitar

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