Nancy está en su habitación, su hija de 17 años Ana está con ella hablando. Ana le cuenta a su mamá que su papás

violento con ella, se le cuenta porque ya no aguanta más. El día anterior su papá le pegó muy fuerte, tanto que le dejó moritones en toda la espalda. Ana se levanta la remera y le muestra su mamá los moretones. Náncie no puede

creer lo que su hija le cuenta, queda frisada. Es la primera vez que escucha esto, nunca

lo notó antes. Se pone muy nerviosa. No puede contener un llanto inconsolable. Mientras

llora empieza a romper adornos de la casa y fotos familiares donde aparece su marido.

Está llena de ira.

En ese momento, su marido llega a la casa.

Nancy está desforzada.

Quiere gritarle.

Quiera hacerle entender toda su furia, pero no puede hablar.

En vez de eso, agarrar el palo de Joke y aná y empieza a pegarle en la cabeza a los gritos.

Anagrita, Nancy no frena, después de muchos golpes Nancy mata a su marido. Sí, este que te conté es un caso extremo, pero real. No hace falta irnos a casos tan extremos

para entender que muchos de nuestros problemas cotidianos por no decir la mayoría son fruto

de una mala gestión emocional.

¿Alguna mejoraste durante días por perder un objeto material o está ya este de ira

y dijiste cosas horrible a quienes querés porque algo no salió como esperabas?

¿Te pasó de perder la concentración cuando te dan una buena noticia?

Si respondiste que sí, alguna de estas preguntas quizás no tengas tantas estrategias para regular

tus emociones como crees,

pero tranquila, tranquilo. Que como todo en esta vida tiene solución, estas estrategias

se aprenden y hoy voy a enseñarte muchas.

Soy Marina Momoliti. marina mamolítica, psicóloga clínica. Esto es psicología al desnudo, un podcast de salud mental.

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