También llega a consulta puntual como todos los mércoles.

Prende la cámara y lo veo al otro lado de la pantalla.

Hoy se lo ves súper entusiasmado.

Envista la sesión, diciéndome.

Marina, no sabes, me enamore.

Me enamore una persona que nunca vino y toque.

Ella está en Australia, unos 14 mil kilómetros de distancia.

Venimos hablando hace semanas. La verdad no te lo había contado porque me pareció una tontería, un juego,

pero cada vez es más serio.

Hablamos todos los días, todo el tiempo, literalmente.

Me encanta.

Siento que la conozco mucho.

Me encanta su sentido de humor.

Tenemos conversaciones muy largas y muy profundas,

como no había tenido con nadie en un montón de tiempo.

De horas,

hablamos de todo, todo, todo, de mis miedos, de sus miedos, de nuestras familias, de lo que sentimos

en nuestros trabajos, de qué queremos hacer con nuestras vidas, del sentido de nuestra existencia,

hablamos de filosofía, de arte, de música, de sustentabilidad, de colegía, es increíble.

Viste cuando valien, le interesa exactamente lo mismo que a vos.

Y realmente, ¿puedes como fluir con esa persona?

No sé. No me da creo que alguien me va a sentir así

...